Hoy te contamos algunas similitudes y diferencias entre dos clásicos de fin de año a la hora del brindis.
Durante un largo tiempo en las fiestas de fin de año se veía, a la hora de chocar las copas, una botella de sidra y también un ananá fizz para que brinden los más chicos.
Sin embargo, en los últimos tiempos el espumante viene ganando nuevos seguidores y podría decirse que pasó a ser una competencia más pareja.
El vino es la materia prima y actor principal del espumante. Los más clásicos se elaboran utilizando las variedades Chardonnay y Pinot Noir. Existen dos tipos de métodos para su elaboración, Champenoise o tradicional, en el cual hay una primera fermentación en tanque y posterior embotellado; luego se produce una segunda fermentación alcohólica en la botella.
Por último, tenemos el método Charmat o Granvas: con éste se hace la segunda fermentación en tanques, y cuando ya está gasificado se embotella.
En ambos casos, antes de esa segunda fermentación se le agrega al vino una mezcla de levadura y azúcar.
Por su parte, la sidra es completamente diferente. Se obtiene por la fermentación alcohólica normal del jugo de manzanas frescas, con o sin la adición de jugo de peras, en una baja proporción.
En lo que respecta a las góndolas, tanto en supermercados como en vinotecas los espumantes siempre están presentes, mientras que quizás veamos la presencia de alguna sidra aunque no como en la época de las fiestas, cuando podemos ver que hay más de una marca reconocida y con tradición. Son clásicos.
A la hora del brindis
Con la familia o amigos, ¿y porque no ambos? Sea con una copa de espumante o de sidra, lo importante es el momento. ¡Salud!
*El autor comenzó a trabajar en 2005 en gastronomía, en uno de los restaurantes más importantes de la provincia. Tras 11 años de servicio, dejó el restaurante ya como sommelier y se dedicó a trabajar en bodegas como Clos de Chacras, Vinyes Ocults y Séptima. En la actualidad se desempeña como sommelier de Bodega Los Helechos.
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