Servir el vino a la temperatura correcta te ayudará a apreciar mejor todas las características en copa y tendrás una experiencia más placentera al tomarlo.
La temperatura es una característica fundamental a tener en cuenta cuando se trata de disfrutar de un buen vino, ya que puede influir significativamente en la apreciación de sus matices y aromas. Sin embargo, cuando se trata del vino tinto, suele surgir una pregunta recurrente: ¿se debe tomar frío o a temperatura ambiente?
En primer lugar, es esencial entender que la temperatura de servicio del vino tinto puede variar según la variedad que se esté sirviendo. Sin embargo, como regla general, se recomienda servir todos los vinos tintos a una temperatura ligeramente más fresca que la temperatura ambiente.
¿Por qué se enfría el vino tinto?
Aunque pueda parecer sorprendente, los vinos tintos también pueden y deben enfriarse en ciertas circunstancias. No obstante, la diferencia de temperatura en comparación con otras variedades, como el vino rosado o el vino blanco, es significativa. En particular, se aconseja enfriar el vino tinto antes de abrirlo y servirlo, sobre todo cuando te encuentres en un entorno muy cálido o durante épocas de altas temperaturas.
La mejor manera de lograr la temperatura de servicio adecuada para tu vino tinto es colocar la botella en el refrigerador durante aproximadamente una hora antes de su consumo. Luego, sácala del refrigerador unos 10 a 15 minutos antes de servirla. De esta manera, el vino irá ganando gradualmente la temperatura adecuada y estará listo para disfrutar a unos agradables 18 grados centígrados, que es la temperatura ideal para el vino tinto.
En cuanto al vino blanco, que se caracteriza por su acidez y sus aromas florales y afrutados, se recomienda servirlo a una temperatura más fría. El vino blanco joven y seco debe ser disfrutado entre 6°C y 10°C, mientras que el vino blanco con crianza se aprecia mejor entre 8°C y 10°C.
Entonces, hay que tener en cuenta, que la temperatura de servicio es esencial para apreciar plenamente las cualidades de un vino, y en el caso del vino tinto, enfriarlo ligeramente antes de servirlo puede realzar la experiencia. Mientras que, el vino blanco se disfruta mejor a temperaturas más frías para resaltar sus características únicas.