Gadgets para quedar bien con un enófilo. Parte 1.

De un tiempo a esta parte los “gadgets” son parte de la experiencia de consumir determinado producto, y justamente el vino, no es la excepción. Los hay de los caros o los más modestos, todo dependerá del uso, la ocasión y la billetera del momento, pero lo cierto que muchos que son muy útiles para el consumo cotidiano del vino pero que además levantan la elegancia de la casa o la mesa en cuestión.

Esta breve nota pretende ser una punta de ovillo de los accesorios para vino y su utilidad cotidiana. Así que acá van algunos ejemplos de los más accesibles a los más onerosos para regalar o autoregalarse.

Cortagotas:

Muy baratos y sumamente útiles si no queremos manchar manteles con vino tinto. Los mejores son una elipse de acetato que se coloca en el pico de la botella al momento de servir evitando que se formen las gotas. Son fáciles de lavar y se pueden utilizar infinidad de veces. Existen otros que son como un anillo con felpa por dentro, pero tienen el gran inconveniente que son difíciles de higienizar.

Tapones:

Los tapones son excelentes accesorios/regalos, y baratos. También se han inventado de varios tipos: de metal con anillos de silicona son los más elegantes y caros, pero también abundan los de silicona que incluso juegan con la sorpresa y el humor. Pero lo importante es que se tape el vino para evitar la entrada de oxígeno o la pérdida del gas, según sea el caso, pero principalmente para que no “tome” los olores de heladera si lo vamos a guardar allí. Simple, útil y barato.

Termómetros:

¿Cuál es el fundamento de este accesorio? Que los distintos vinos saben y huelen mejor en un rango de temperatura determinado, básicamente por la reacción con los taninos y el desprendimiento aromático. Por ejemplo, conviene enfriar los vinos blancos, rosados y espumantes (entre 5 y 8 °C), y dejar entre 18 y 20 °C a los vinos tintos. Los expertos enófilos pueden llegar a determinar esta temperatura al probar los vinos, pero lo aconsejable es que los vinos lleguen a la mesa a la temperatura ideal de servicio.

Sacacorchos de dos pasos:

Hay muchos modelos de sacacorchos, pero sea cual fuere, no se tendría que hacer fuerza para poder sacar un corcho. Los peores descorchadores son los tipos “T” ya que no usan ningún tipo de apoyo o palanca y todo depende de la fuerza bruta de la persona. Tampoco son muy útiles los de 1 paso porque suelen romper el corcho. Por eso son tan útiles los descorchadores de dos pasos ya que se hace palanca con el pico de la botella. También hay descorchadores eléctricos, pero no son tan elegantes.

Frapera:

Es muy útil ya que puede enfriar en unos minutos un vino tinto al que se nos olvidó darle un “toque” de heladera (especialmente en verano) pero también para mantener a temperatura a un vino blanco, rosado o espumante mientras dure su consumo en la mesa. Las fraperas suelen ser accesorios elegantes que visten cualquier mesa, pero hay que tener en cuenta que luego de cada servicio de vino la botella gotea agua por lo que hay que tener a mano un paño de secado para que las gotas no terminen en la mesa.

Esta nota quedó en dos partes porque accesorios hay infinidades, muchos muy útiles y elegantes y otros no tanto. Pero en el fondo si son buenos “juguetes” para los amantes del vino.

Perfil

Francisco González Antivilo forma parte del mundo del vino desde hace 18 años. Escribe y comparte. Se ha formado y trabajado en distintas áreas que aportan a la industria vitivinícola, como la comercialización, la producción y la docencia. Tiempo después de recibirse de ingeniero agrónomo comenzó su formación para recibirse de Doctor en Ciencias Biológicas, trabajando como científico por varios años. Hoy, trabaja en su empresa de I+D para el sector agrícola como gerente. www.frangonzalezantivilo.com / @frangonzalezantivilo

“Las opiniones vertidas en este espacio no necesariamente coinciden con la línea editorial de Diario Los Andes”.