Marselan, la uva creada en un laboratorio de Francia que se extendió por el mundo

En el mundo existen más de 1.300 tipos de uvas vinificables y todas se expresan en la botella de manera distinta. Algunas nacieron de la hibridación de uvas con origen en la región del Cáucaso y otras son mucho más recientes y se remiten a los laboratorios.

En este segundo grupo se encuentra la cepa Marselan, nacida en el seno de un laboratorio, fruto de la cruza entre la uva Cabernet Sauvignon y la Garnacha. Hoy esta cepa celebra su Día Internacional.

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Esta creación se produjo en la década del 60′ y el proyecto fue liderado por el ampelógrafo Paul Truel para el Instituto de Investigación Agronómica en la región de Marseillan, una zona vitivinícola en el Sur de Francia. De ahí deriva el nombre de esta cepa.

El resultado de la cruza es una uva tinta caracterizada por la excelente calidad de los vinos que produce. El perfil de esta uva se caracteriza por ser equilibrado, con mucho cuerpo, complejo, de mucho color y aromático.

Es un tinto de taninos suaves y que tiene la particularidad de ser propenso o recibir bien el añejamiento. Son vinos de guarda.

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En relación al maridaje, algunos especialistas recomiendan acompañar con carnes asadas o vegetales a la provenzal. También, con cerdo o chorizo. Además, se luce con quesos fuertes de aromas intensos.

Por su calidad, la uva trascendió las fronteras de Francia y hoy está sembrada en otros países del Nuevo Mundo como Chile, Argentina, Brasil y Uruguay. Hasta en Bolivia. También en otros países como España, Italia y Estados Unidos.

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En nuestro país, de presencia más marginal entre las tintas, es utilizada por lo general para vinos de corte. Esto porque su intensidad cromática y aromática, y su estructura; la hacen ideales para complementar otros tipos de uvas tintas. Aún así, hay algunas experiencias de monovarietales para esta cepa.

En Uruguay, por ejemplo, viene creciendo y actualmente se encuentra en la sexta posición de las más sembradas, en un ranking que sigue liderando la Tannat. 

Las uvas

Ampelográficamente, sus racimos son pequeños o medianos y sus frutos redondeados, de color negro violeta y poco jugosos. Los viñedos son sensibles al estrés hídrico, prefiere suelos frescos e irrigados. También son poco sensibles a enfermedades como la podredumbre gris.

Durante los primeros años después de la siembra, su cosecha puede tener un rendimiento muy elevado pero con la regularidad comienza a equilibrarse.