Esta semana se vino el calor a full, y estos tips son necesarios para saber qué hacer y qué no. El hielo, el freezer y algunas técnicas.
Antes de la llegada de noviembre, una ola cálida invadió el país y produjo que aumenten las temperaturas. El pronóstico augura que este clima perdurará durante toda la semana y como sabemos, el calor y los vinos no se llevan muy bien.
Consumir un vino a alta temperatura genera que su graduación alcohólica sea más perceptible, y beberlo mucho más frío de lo que requiere estropea las características aromáticas y de sabor.
Con el objetivo de anticiparse al verano, veremos las mejores formas de enfriar un vino sin perjudicarlo.
Primero, ¿lo primero?
Lógicamente, lo más importante a tener en cuenta para saber si es necesario enfriar un vino es la temperatura ideal a la que se toma. Para eso hay que analizar el tipo de vino que tenemos en nuestras manos. Esta nota trae algunos consejos al respecto.
Es importante saber que los vinos blancos, rosados y espumosos se sirven a una temperatura más baja que los tintos y que depende de si hay crianza o son jóvenes.
El mejor consejo
La paciencia. Sabemos que los cambios bruscos de temperatura en un vino, por lo general, lo afecta. Lo más aconsejable es prever el enfriamiento con antelación. Enfriarlo dos horas antes puede minimizar el impacto del cambio de temperatura. Para eso se puede usar la heladera.
Ahora bien, en muchos contextos esto no es una opción y necesitamos un enfriamiento rápido que produzca el menor impacto posible. ¿Cómo hacemos?.
Vamos a empezar por lo no recomendable, porque casualmente es lo más común. Hablamos de introducir la botella en el freezer o colocar hielo en la copa. Si bien las nuevas tendencias de consumo aseguran que la mejor forma de consumir un vino es la que cada uno prefiera sin necesidad de reglas, recomendamos tener a estas dos opciones como el último de los recursos.
La primera, porque es la fuente más abrupta de cambio de temperatura. De hecho, en ocasiones a veces ni el vidrio de la botella resiste. La segunda, porque el deshielo desprende agua, que interviene en la calidad del vino.
Con esto aclarado, estos tres sencillos métodos pueden ayudarte a enfriar rápidamente una botella o copa tratando de intervenir lo menos posible.
- 1. El primero es de los más utilizados en bares y locales bailables: el balde con hielo. Es recomendable cubrir la botella con hielo, agua y sal. La sal permitirá enfriar más rápidamente la botella al absorber su calor.
- 2. La otra opción es utilizar el freezer, pero con un truco que implica menor impacto en la botella y un enfriamiento más veloz. Se trata de colocar un trapo húmedo o servilletas de papel humedecidas para cubrir la botella.
- 3. El último consejo es útil para cuando no contamos con estas herramientas. Se trata de un enfriamiento directo en el vino sin la necesidad de que el agua entre en contacto con el vino. Una alternativa son los cubos de plástico o bien -quizás con más creatividad- congelar uvas de un racimo e introducirlas en la copa.
Como dijimos, si ninguna de estas opciones es posible, siempre se pueden utilizar los mecanismos tradicionales, con el fin de simplemente tomar algo fresco y disfrutar del momento. Estos no son más que consejos para prevenir al máximo la intervención en la calidad de un vino.
En cualquier caso, lo único importante es disfrutar a pesar del calor.