Según reveló un estudio su desaparición cambió los bosques, algo que permitió la expansión de las plantas trepadoras y enredaderas.
¿Qué tienen en común la extinción de los dinosaurios y el vino? No es el inicio de un mal chiste, sino el fundamento de una hipótesis sólida que sugiere que la desaparición de estas criaturas permitió la expansión de plantas trepadoras y enredaderas, como las vides. Esta teoría se basa en el descubrimiento reciente de pepitas de uva que datan de entre 60 y 19 millones de años.
Los bosques se cerraron tras la desaparición de los dinosaurios
Una investigación reciente ha encontrado fósiles de pepitas de uva en Colombia, Panamá y Perú, con antigüedades que varían entre los 19 y 60 millones de años. Estos son los fósiles de uvas más antiguos encontrados en el hemisferio occidental.
A nivel global, los fósiles más antiguos de uvas fueron hallados en la India y datan de hace 66 millones de años, coincidiendo con la extinción de los dinosaurios debido a un meteorito que aniquiló al 75% de la vida en la Tierra.
La hipótesis plantea que la extinción de los dinosaurios, que con su enorme tamaño mantenían los bosques abiertos, permitió que estos se cerraran. Según los investigadores, los dinosaurios, al derribar árboles y arrasar con la vegetación, mantenían los bosques más abiertos de lo que son hoy.
Mónica Carvalho, una de las investigadoras, afirmó: “El bosque se reinició de una manera que cambió por completo la naturaleza de las plantas”. Además, explicó que la presencia de grandes dinosaurios probablemente mantenía los bosques más abiertos.
Con la desaparición de los dinosaurios, los bosques se cerraron y esto permitió la expansión de enredaderas y plantas trepadoras, como las vides. Los nuevos mamíferos y aves, que emergieron después de la extinción de los dinosaurios, también contribuyeron a la distribución de estas plantas. Así, cada vez que disfrutas de una copa de vino, podrías estar brindando gracias a la extinción de los dinosaurios.
Un documental reciente de Netflix profundiza en esta fascinante teoría, recordándonos que, si los dinosaurios hubieran seguido existiendo, es probable que los humanos no estaríamos aquí para disfrutar de esa copa de vino.