Tomar una copa de vino es uno de los grandes placeres terrenales. Por eso es fundamental hacer uso del recipiente correcto.
En algunos sitios de consumo rápido y menos exigentes asociados al tapeo los vasos se emplean para tomar vino. Sin embargo, conviene señalar que se ha comprobado que alteran el sabor real del vino, ya que se disipan algunas sustancias volátiles y alteran la longitud del sorbo. Es decir, el vino en vaso sabe peor y para el paladar del consumidor no hay diferencia de lo que está bebiendo.
Se recomienda que las copas sean de cristal o vidrio, dónde una de las características más importantes es el grosor, debe ser muy fino. Su transparencia debe ser total, con el fin de captar todos los matices visuales.
La forma y tamaño de la copa
La forma es otro factor determinante ya que es por la cual se captan las cuatro zonas gustativas de la lengua humana que perciben gustos diferentes:
- Los extremos interiores captan lo ácido.
- Las zonas laterales delanteras perciben lo salado.
- La punta asimila el dulce.
- La parte posterior recoge lo astringente (amargo).
Copas grandes direccionan el vino con mayor facilidad hacia la parte posterior de la lengua, potenciando los sabores astringentes y ácidos, mientras que copas más pequeñas entran en las partes iniciales de la lengua potenciando los sabores dulces y salinos.
De este modo, los vinos blancos, tintos o rosados, se verán beneficiados de copas grandes que potencien los taninos y la acidez, pero si el vino tiene demasiada astringencia es conveniente reducir el tamaño de la copa. Del mismo modo, los vinos dulces o salinos se disfrutarán mucho más con copas muy pequeñas, que potencien los sabores dulces y salados.
Otros aspectos de la forma de la copa
Asimismo, el grosor del vidrio puede modificar la percepción y el contacto directo de la mano sobre la copa altera la temperatura del líquido. Los largos tallos de las copas, en ese sentido, evitan este efecto negativo.
En cuando a los diseños, existen infinidad de modelos, pero lo más importante es que la boca de la copa sea más pequeña que la zona central del cuerpo, llamada balón, para evitar que los aromas salgan de ella. En consecuencia, se magnifican en el interior sin escaparse fácilmente por arriba.
La copa perfecta depende del vino a degustar, las características y los atributos deseables varían para cada uva y tipo de elaboración. En cualquier caso, con la copa de vino perfecta, el placer sensorial se magnifica y la experiencia vinícola eleva los sentidos aún más.