En el universo del vino, nos encontramos con una amplia diversidad de productos, no solo debido a las distintas variedades de uvas utilizadas, sino también a los procesos de elaboración específicos que se emplean.
Los vinos suelen clasificarse en tres categorías principales: vinos tranquilos, vinos espumosos y vinos generosos, que incluyen variedades como los finos. Sin embargo, existen otros tipos de variedades que presentan mayores desafíos a la hora de clasificarlos, o simplemente no encajan fácilmente en ninguna categoría, pero destacan por su calidad y singularidad.
Entre estos vinostradicionales que merecen mención especial, encontramos seis que en algún momento, si eres de aquellos que gustan de probar cosas nuevas no deberías dejar de consumir.
Oporto: Originarios de Portugal, son vinos dulces generosos elaborados principalmente con la uva tinta Touriga Nacional. Se distinguen dos categorías principales: los Ruby, que envejecen en botella, y los Tawny, que envejecen en barricas. Tienen un alto contenido alcohólico debido a la adición de alcohol durante la fermentación.
Oporto, imagen ilustrativa.
Moscateles: Elaborados a partir de uvas de la variedad Moscatel pasificadas, a las que se les añade alcohol y se someten a un proceso de crianza en botas de roble. Por su método de elaboración, podrían considerarse vinos generosos.
Vinos Tostados: Originarios del noroeste de España, se elaboran de manera similar a la pasificación, pero en un entorno controlado y seco, en lugar de bajo el sol. Este proceso busca eliminar el agua de las uvas para concentrar sus sabores.
Fondillón: Provenientes de la región del Levante español, se elaboran con uvas de la variedad Monastrell que se dejan sobremadurar antes de fermentar. Luego, se someten a un largo proceso de crianza que puede extenderse hasta diez años.
Mistela: Aunque técnicamente no son vinos, se producen mediante la mezcla de mostos sin fermentar con alcohol. Algunas variedades, debido a su alto contenido de azúcares, se conocen como moscateles.
Vinos de Hielo: Populares en Centroeuropa y conocidos como Eiswein en alemán, se elaboran a partir de uvas recolectadas en pleno invierno, cuando están congeladas. Posteriormente, se fermentan y maduran en barricas.
Estos vinos, que destacan por sus métodos de elaboración únicos y sus sabores distintivos, contribuyen a la riqueza y diversidad del mundo vitivinícola.