Vino blanco para curar el resfrío: ¿verdad, mentira o tradición?

¿Quién no tuvo una abuela o bisabuela que aconsejaba preparar vino blanco tibio con cebolla triturada para el resfrío?. ¿Qué había de cierto en esto?. ¿O sólo era una tradición?.

Estudios médicos realizados en la Universidad de Búfalo demostraron que el vino, especialmente el blanco, ayuda en la función a los pulmones. La Universidad de Búfalo es una institución pública de investigación intensiva en la Universidad Estatal de Nueva York, fundada en 1846.

Los compuestos estudiados fueron Eucaliptol, Guayacol, Mentol,4-terpineol, Alfa Terpineol, R-mirtenol, Nerol, p-anisaldehído, Transanetol, Timol, Carvacrol, Eugenol, Isoeugenol y Alfa pineno. Nombres raros y difíciles pero que todos conocemos y mucho.

Se realizaron estudios en Argentina sobre los contenidos en vinos blancos y tintos. Los resultados obtenidos demuestran un mayor contenido de dichos compuestos en vinos blancos que en tintos. Se compararon en las variedades emblemáticas argentinas Malbec y Torrontés riojano.

Si bien, los valores tomados como dosis terapéuticas distan de las dosis recomendadas en los fármacos, se podrían considerar como bioactivos, es decir que poseen efectos farmacológicos terapéuticos. Estos compuestos ejercerían efectos farmacológicos que modularían funciones terapéuticas que resultan benéficas para la salud, especialmente en la función pulmonar como expectorante y mucolítico y coadyuvarían en algunas patologías leves como resfriado, asma y bronquitis.

Aunque la información científica sobre las propiedades farmacológicas del alcohol etílico es amplia y exhaustiva, la relacionada con las propiedades farmacológicas del vino es escasa, mucho más si se trata de comparar el vino tinto con el vino blanco. Probablemente, este déficit informativo proviene de la presunción de que los efectos del vino tienen su explicación en el etanol que contienen. No cabe duda de que, en buena parte, esto es cierto, pero no debe desvalorizarse la presencia de otros compuestos en tales bebidas. Por lo tanto, dada la diferente composición del vino tinto y del vino blanco puede presumirse que existan diferencias en sus efectos farmacológicos.

Diversos compuestos bioactivos que poseen efectos farmacológicos terapéuticos provienen de alimentos de origen vegetal o animal, sean éstos comestibles o no.

Los alimentos funcionales se definen como los productos alimenticios de origen vegetal o animal, consumidos en la dieta diaria, que además de aportar nutrientes, poseen componentes bioactivos. Estos compuestos ejercen efectos farmacológicos que modulan funciones terapéuticas que resultan benéficas para la salud.

En el congreso de la American Thoracic Society del año 2002, el Dr. Holger Schunemann, del Departamento de “Medicine and Biomedical Sciences” de la Universidad de Búfalo, anunció los resultados obtenidos por su equipo de investigación: el vino, especialmente el blanco, colabora con el mejor funcionamiento pulmonar. Este hallazgo puede indicar que los nutrientes del vino son los responsables de los efectos positivos y la función pulmonar.

El vino tinto, bebido con moderación, ha demostrado en numerosas ocasiones ser beneficioso para la salud del corazón, pero en este caso, la relación preventiva del vino blanco es mucho más consistente.

Los investigadores de la Universidad realizaron el estudio gracias a una muestra obtenida de 1.555 individuos residentes en Nueva York. Recogieron información sobre su estilo de vida y sus hábitos respecto al consumo de alcohol, la dieta y su constitución física.

Todos los participantes fueron sometidos a diversas pruebas en las que se estudiaba su función pulmonar, entre ellas se realizaron espirometrías (medición de la capacidad pulmonar). Los resultados de todas las variables sobre el consumo de alcohol y la capacidad pulmonar demostraron que el consumo de vino, en especial el blanco, se asociaba con una mejora pulmonar, gracias a sus propiedades antioxidantes.

¿Cuáles son estos compuestos y a qué nos recuerdan sus aromas?

  • El Eucaliptol con su aroma a eucalipto posee propiedades antisépticas y expectorantes, antibronquítico, anticatarral, antitusivo, bactericida y balsámico.
  • El Guayacol de aroma a farmacia es un fenol que también posee propiedades desinfectantes, empleándose como expectorante estimulante.
  • El Timol y Carvacrol que huelen a tomillo y orégano, respectivamente, tienen actividades antisépticas y expectorantes.
  • El Alfa pineno, cuyo aroma recuerda al pino o a bosque de pinos, tiene propiedades antiinflamatorias y antigripales.
  • El Mentol es antiséptico, antibacteriano, expectorante y broncomucolítico.
  • El 4- terpineol, que recuerda a cítricos como limón y lima, al cual se le otorgan propiedades curativas para el tratamiento del asma.
  • R- Mirtenol con su olor a arándanos es antiséptico y expectorante.
  • S- Eugenol e Isoeugenol son antisépticos y expectorantes con un típico aroma a clavo de olor, la nuez moscada y la canela.
  • Nerol actúa como sedante y para el asma. Huele a azahar, hojas verdes y especias.
  • Anetol y Trans anetol poseen propiedades expectorantes. Típicos aromas de regaliz, anís, hinojo y anís estrellado.
Raquel Romano, de AMUVA.
Raquel Romano, de AMUVA.

Estos componentes son utilizados en preparaciones farmacéuticas como jarabes, en medicina tradicional y en terapias alternativas.

Considerando que en farmacología se pueden dar los siguientes mecanismos de sinergismo:

1. Sinergismo de suma, cuando fármacos agonistas con una similar actividad intrínseca actúan para conseguir un efecto máximo con dosis mínima, es decir, cuando se administran fármacos y se consigue un efecto máximo con la dosis mínima de cada fármaco.

2. Sinergismo de potenciación, cuando con agonistas se consigue un efecto máximo superior que el que se consigue con cada fármaco individualmente.

Podría considerarse, entonces, que la suma de los compuestos estudiados al ser de grupos químicos y acciones farmacocinéticas similares tendrían una acción de sinergismo. Por tanto, la suma para vinos blancos es de 0,25 mg por litro y para tintos es de 0,11 mg por litro.

En el caso de la variedad Torrontés riojano la concentración es de 0,193 mg por litro y para Malbec de 0,075 mg por litro. Dichos valores, tomados como dosis terapéuticas, distan de las dosis recomendadas en los fármacos, pero podrían ser considerados como bioactivos es decir que poseen efectos farmacológicos terapéuticos.

Estos compuestos ejercerían efectos farmacológicos que modularían funciones terapéuticas que resultan benéficas para la salud, especialmente en la función pulmonar como expectorante y mucolítico y coadyuvarían en algunas patologías leves como resfriado, asma y bronquitis.

Entonces, la abuela tenía razón y su receta de vino y cebolla triturada tiene fundamento científico. Punto para las abuelas del mundo.

Existen dos formas: una es bebiendo 2 o 3 copitas por día si sos adulto o, como mi mamá, que colocaba un recipiente en la mesita de luz. Punto para mi mamá.

*La autora es Ph.D. Integrante de las Comisiones de Expertos de la Farmacopea Argentina. Investigador del INV, Integrante de la Comisión de Expertos de Consumo, Nutrición y Salud de la OIV (Organización Internacional de la Vid y el Vino).

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“Las opiniones vertidas en este espacio no necesariamente coinciden con la línea editorial de Diario Los Andes”.

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