Los números hablan por si solos y si bien el gran impulso del comienzo ha aminorado su marcha, sigue mostrando un resultado positivo.
Hace poco más de veinte años se comenzó tímidamente a ofrecer malbec en los mercados internacionales. La situación no era fácil, había que presentar un cepaje relativamente nuevo para el consumidor pero con un gran apalancamiento: Argentina ofrecía una excelente relación precio calidad. Por lo que el esfuerzo de muchos empresarios, enológos y productores que decidieron apostar por la variedad hizo que en la última década las exportaciones de malbec acapararan casi el mitad de las envíos al exterior de vino.
Si bien el lugar histórico de producción de malbec fue Cahors, una localidad ubicada en el sur de Francia, lo cierto es que en Argentina encontró el terroir que la iba hacer despegar. Se sabe que en la década de 1850, las cepas de malbec se comenzaron a cultivar en la Quinta Agronómica de Mendoza bajo la dirección de Michel Aimé Pouget. Según explica el historiador Pablo Lacoste, "bajo la protección política de Sarmiento, estas unidades (Mendoza y San Juan) lograron incorporar millares de plantas para avanzar en el proceso de renovación de la agricultura en general, y la viticultura en particular".
Lo cierto es que más de 170 años después, el cepaje por el que apostaron los padres fundadores de nuestra historia logró gran relevancia mundial y con un espacio en las góndolas y menús del mundo entero. Algo que varios podrían llamar "hazaña".
Los números hablan por si solos y si bien el gran impulso del comienzo ha aminorado su marcha, lo cierto es que sigue mostrando en el análisis a largo plazo un resultado positivo:
Argentina pasó de tener 26.255 hectáreas de malbec en 2008 a 42.231 hectáreas en 2018: creció 61%. Mendoza tiene 85% de la superficie cultivada, seguida por San Juan, Salta La Rioja y Neuquén, entre otras.
A pesar de las bajas que registra el mercado interno, analizado de punta a punta, los argentinos consumimos 18% más de malbec que hace una década. Sobre el mercado total de vinos varietales, el malbec concentra 40%, marcando una clara preferencia entre los locales.
Y a pesar, de los vaivenes de la economía, los costos en alza y el tipo de cambio, las exportaciones de malbec crecieron en 10 años 131% en valor FOB y aumentaron 97% si se lo evalúa en litros entre 2008 y 2018. Estados Unidos, Reino Unido y Canadá son los principales mercados para nuestra cepa emblema. Y la participación del malbec sobre el total de las exportaciones pasó de 15% en 2008 a 45% en 2018, es decir, casi la mitad de lo que enviamos al exterior.
La generación dorada
Para llevar adelante la empresa de colocar al malbec en las góndolas del mundo se necesitó una gran cadena de valor, desde los labriegos, pasando por los productores y los industriales, pero probablemente los que llevaron la bandera fueron los enológos, que desarrollaron grandes vinos, dinos de los más altos puntajes de los críticos internacionales, que abrieron puertas y promocionaron en los mercados el producto con la misma pasión que lo diseñaron en la bodega.
Alejandro Vigil, winemaker de Catena Zapata y copropietario de Bodega Aleanna sostiene que "el malbec ha tenido su desarrollo fuerte del 2005 al 2012 en todos los segmentos y a partir de ahí nos metimos en los segmentos altos con expectativa y discutiendo a los grandes vinos del mundo".
Vigil, quien ha logrado con sus vinos los puntajes más altos de los críticos, aseguró que el único camino para seguir consolidando al producto es ofrecer calidad y novedad al mundo.
Para Daniel Pi, enólogo de Trapiche, "el malbec no tiene techo", pero no dejó de resumir parte del problema por el que tenemos que atravesar en el corto plazo. Y sostuvo: "Nosotros deberíamos focalizarnos en el segmento de 'value for money' que habíamos dejado por cuestiones de costo y precio. Hoy están dadas las condiciones para volver a ofrecer vinos con una excelente relación precio-calidad y que nos pueden dar mas volumen. Creo que así vamos a encontrar un nuevo escalón en ventas y que nos permita salir un poco de este momento triste, de crisis donde se ha estancado mucho el consumo, tanto en el mercado interno como en Estados Unidos".
La situación que grafica Pi, quien ha sido en numerosas ocasiones reconocido por todo el trade, está enmarcada dentro de la realidad del mercado argentino en recesión, en donde, desde 2015 el consumo de malbec bajó 11% en volumen, siguiendo la tendencia general del mercado.
Marcelo Pelleriti, director general y winemaker de Monteviejo, Chateau Le gay, La Violette y Montviel en Pomerol, Francia reconoció que la cepa emblema entre 2000 y 2010 creció en exportaciones como ningún otro varietal lo ha hecho. "Argentina creció lo que no creció ningún país del mundo, pero en la segunda década del milenio se ha mantenido, sigue siendo una imagen muy fuerte de Argentina y que sostiene a la imagen de Argentina en el mundo".
Pelleriti cree necesario trabajar en poner más foco en la versatilidad que tiene
el malbec como varietal, "podemos hacer blends, podemos hacer vinos de mediana gama y vinos de guarda con grandes representantes", cuenta.
Aspectos particulares
Estados Unidos y China siempre han sido los mercado objetivos del malbec argentino, el primero es el primer destino de nuestra exportaciones, sin embargo, el segundo sigue siendo esquivo para nuestros vinos.
"Fuera de Argentina, el malbec tiene lugar para crecer. Estados Unidos es el país adonde más exportamos y todavía la demanda es sostenida, y al mismo tiempo vemos con agrado cómo están naciendo nuevos mercados como Polonia, Australia y China donde la población es alta y de a poco ven al vino en general, y al malbec en particular, como una opción interesante para su consumo", comenta Germán Berra de Bodega Flichman.
En tanto, Marcelo Parolaro, gerente de Enología de Fecovita, estimó que "Estados Unidos sigue siendo uno de los mercados más demandantes de malbec. Nuestra cepa es muy versátil, puede seguir creciendo en el mundo y sin techo".
Un gran motivo para festejar en el mundo
"El malbec tiene mucho más para dar. Es una gran uva que expresa su terruño muy fielmente. Por lo tanto si me preguntan qué más puede brindar esta variedad, mi respuesta sería más e incluso mejores malbecs", sostuvo el crítico británico especializado Tim Atkin, en una entrevista con Los Andes durante su última visita a la provincia.
En este sentido, los expertos aseguran que se debe seguir afianzando el malbec como vino insignia de Argentina, redoblando los esfuerzos para mantener una oferta de calidad y diversificada por las distintas expresiones de los terruños.
Por ello es que por iniciativa de Wines of Argentina el #MalbecWorldDay se celebra, desde 2011, cada 17 de abril. En esta nueva edición, son 75 ciudades del mundo las que celebrarán, en distintos acontecimientos, a la cepa emblemática del país. En tanto, Buenos Aires y San Juan también se unen al brindis con distintas actividades y, por último, Mendoza será escenario, durante todo el mes. / Florencia Da Souza