Leandro Funes: “Habría que seguir bajando la graduación pero no llegar a cero alcohol”

Leandro Funes: “Habría que seguir bajando la graduación pero no llegar a cero alcohol”
Leandro Funes habló de los planes de Bodega A16 de incorporar vinos en lata, veganos y orgánicos. - Gentileza

El enólogo de Bodega A16 fue el protagonista de la cuarta charla “Entre enólogos”, organizado por Guarda14. Habló del vino desalcoholizado, los nuevos proyectos de la bodega, producción sustentable y más.

El ciclo gratuito de charlas "Entre enólogos” organizado por Guarda14 tuvo su cuarta y última noche con la participación de Leandro Funes, enólogo de Bodega A16, quien estuvo hablando con la moderadora, la licenciada Ana Puelles, de sus vinos, los nuevos proyectos del establecimiento lujanino, algunos temas controversiales de la industria y mucho más.

Funes hizo referencia a uno de los temas más controversiales de las últimas semanas en la vitivinicultura, el vino desalcoholizado. “Es un debate. Primero tendría que ver cómo queda, yo no he experimentado con vinos sin alcohol. He probado algunas cervezas sin alcohol y no me gustó. Habría que seguir bajando la graduación pero no se si llegar a cero”, opinó. Y agregó: “Es un trabajo importante y un gasto muy grande. Pero no cierro las puertas a hacer una prueba y ver cómo queda”.

Los nuevos proyectos

Además de contar con la bodega que ofrece servicio gastronómicos los viernes, sábados y domingos, la tienda y una amplia gama de líneas de vinos, A16 tiene en el corto plazo las intensiones de seguir creciendo. Entre los proyectos futuros también se encuentra el lanzamiento de vinos en lata. “No vamos a apuntar ni a los vinos espumantes ni dulces o endulzados . En nuestro caso van a ser todos secos: un Sauvignon Blanc, un Rosé de Malbec y un Malbec tinto. Queremos ir por un lado distinto al que se ve hoy en el mercado”, contó. “No creo que esté apuntado solo para los jóvenes. La lata está apuntada a un consumo menor o más rápido. Algo que vos puedas comprar y tomar en cualquier lado”, sostuvo.

Además de este nuevo envase, para finales del 2020 el establecimiento lujanino tiene pensado obtener la certificación vegana de sus vinos, así como avanzar en la reconversión de parte de sus viñedos a orgánicos.

“Los vinos son veganos y ya han tenido la primera auditoría para poder certificarlos. En realidad no usamos ningún insumo de origen animal así es que creo que ya en noviembre vamos a obtener la certificación vegana”, comentó Funes.

El joven enólogo sostuvo que “en la bodega tenemos paneles solares, una parte de la finca la estamos reconvirtiendo a orgánica, la bodega la vamos a poder certificar como orgánica ya el año que viene. Tenemos una huerta orgánica con la que abastecemos la parte gastronómica. Tenemos el comercio y finca certificados “Fair for Life” -Comercio justo- que en el mercado europeo lo piden bastante”.

La cosecha 2020

Leandro Funes consideró que la última añada ha presentado características especiales, no solo por la pandemia de coronavirus, sino también por todo lo que sucedió después, con la uva ya en la bodega: “Este año, además del virus, fue muy particular la maduración que ha tenido la uva. Varios tanques me quedaron con azúcar residual. Hay un vino que terminó de fermentar en septiembre en la propia barrica”, dijo desde su experiencia.

El estilo de Funes y los vinos de A16

El enólogo comentó que lo que él busca con los vinos de la bodega es “bajar un poco la graduación alcohólica y romper un poco el paradigma de que los mejores vinos son los que más alcohol tienen, algo que hace diez años era lo que se bebía. Tenemos que hacer vinos para todo el mundo y esa reconversión se ha dado no sólo porque hayamos hecho mal las cosas sino porque los gustos del consumidor van cambiando”.

Hoy en día se comercializan en Córdoba, Rosario, Santa Fe, una parte de Buenos Aires, Bahía Blanca y Mendoza. Con exportaciones en Brasil, Estados Unidos, Alemania, entrando en China y con grandes ventas en Lituania.

Todos los vinos de A16 se encuentran disponibles en la Tienda de Los Andes. Entre ellos se destaca la línea Civit 757 que “tiene casi 20 vinos y en los proyectos que se vienen está la incorporación de cinco más con nuevos conceptos como huevos de cemento, un vino tipo Oporto, y más”.

“Civit 757, lanzada a finales de 2019 y principios de 2020. Tiene tres segmentos. En ese vino lo que hacemos es jugar un poco con dos terroir diferentes de Perdriel y de Campo de Ala, de Tupungato. La idea es que ningún terroir esté sobre el otro. Está fermentado por separado y después hemos hecho el blend”, dijo sobre la línea y el Semillón que pudieron degustar con Ana Puelles y está disponible aquí.

Otro de los destacados dentro de Civit 757 es el Petit Verdot. “Hemos tenido muy buena experiencia. En 2017 nos arriesgamos a elaborarlo y a partir de este año la incluímos en nuestro portfolio de Civit 757. A la gente le ha caído muy bien. Es una variedad que hay que trabajarla con delicadeza”, explicó Funes.

En la charla entre los enólogos también resaltaron el Blend de terroir. “Nos permitimos jugar con uvas tintas del año, en este caso -2017- son el Malbec, el Petit Verdot y el Cabernet Franc. En 2018 fue Malbec, Cabernet Sauvignon y Petit Verdot. Y en 2019 todavía no lo he hecho. Esta línea no está tan marcada por el roble, la idea es que sea frutada y la madera acompañe y complemente, pero que no sea la protagonista. Ninguno de los tres varietales se destaca sino se complementan entre sí”, manifestó Funes sobre este vino que se puede conseguir aquí.

El Punto ar Nuit también tuvo su momento, sobre todo el Malbec, que tiene la particularidad de haber sido cosechado de noche: “Lo hicimos por primera vez en 2016. Decidimos hacer una cosecha nocturna para poder obtener una uva más fresca y de esa manera cuidar la calidad del mosto. También para que no sea tan caro bajarle la temperatura. Este vino tiene crianza en barrica de 9 meses”, dijo sobre esa etiqueta, también disponible en la Tienda de Los Andes.

Por último mencionaron a Apogeo, el tope de gama de la línea A16. “Tiene más expresión de madera. Pasa 30 meses de crianza en barrica. La fruta queda un poco relegada y la madera cobra más protagonismo. La fruta fresca queda casi nula por el tiempo de crianza. De ese vino se hacen anualmente 13.000 botellas”, cerró Funes.

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