La autora presentó su libro en La Enoteca y con él intenta plantar bandera para que el vino siga siendo parte de las mesas argentinas y de la vida cotidiana.
El libro “Chin Chin, el vino es fácil” de la periodista y sommelier Marcela Rienzo, quien forma parte del programa Cocineros Argentinos, está escrito sin vericuetos ni palabras difíciles, por el contrario, llega desde la pasión y el disfrute con muchísima claridad.
La publicación estuvo a cargo de Ediciones El Retortuño, una casa editora mendocina que puso en valor la artesanalidad de la escritura y el tono cercano que se trasluce en cada página. El resultado es un libro para atesorar, para usar y degustar en cada página y para regalar a gente querida con los mejores deseos, tal como se ofrece un “chin chin”.
En diálogo con Guarda 14, su autora se animó a derribar mitos, prejuicios y sentar una máxima: el mejor vino es el que se disfruta de principio a fin
¿Cómo fue tu primer contacto con el vino y qué te llevó a estudiarlo y luego a ser parte de su mundo?
Mi primer contacto con el mundo del vino no la recuerdo porque yo soy de una generación en donde el vino estaba en la mesa de todos los días, del 95% de los argentinos,
¿Cuándo fue que me llevó a estudiar y hacer parte del mundo del vino? Yo trabajé 15 años en nuestra profesión y en publicidad de la agencia y conocí la sommellerie porque tuve como cliente una bodega y entonces descubrí que existía algo que parecía mi profesión ideal así que después de pensar que iba a ser difícil meterme en una carrera nueva, en una profesión nueva con ya varios años de trayectoria, empecé a estudiar la sommellerie. Me recibí y desde ese momento gracias al cielo nunca paré de trabajar.
-¿Cuáles son tus vinos favoritos?
Hablar de vinos favoritos para mí es prácticamente imposible, o parafrasearía a mi madre, que dice que “si me cortan cualquiera de los dedos me duele” cuando habla de sus hijas. No tengo un vino preferido, tengo vinos entrañables que amo y que volvería a tomar mil veces, de acuerdo a cada circunstancia.
Los vinos cuentan paisajes, los vinos son paisajes embotellados entonces si uno empieza a prestarle atención al paisaje, al lugar, a la idiosincrasia de la gente de cada una de las 15 provincias productoras de vino que tiene Argentina vas a encontrar enormes diferencias entre sí y vas a encontrar enormes similitudes entre las otras cuestiones o productos de la zona y el vino.
Más que contarles mi apreciación me gustaría que cada uno encuentre sus favoritos probando y bebiendo.
-A la hora de servir un vino, ¿Cuáles son los grandes errores que se cometen?
-No, no quiero hablar de grandes errores, no hay errores. Si a vos el vino te gusta de una manera o de otra, una vez que compraste la botella el vino es tuyo. La decisión es tuya.
La única, tal vez, recomendación que podría hacer es que, de cualquier manera que lo tomes, en un vasito de vidrio o lo tomes en una Copa de cristal checoslovaco, cuidar la temperatura. La temperatura del vino jamás debería superar los 16 grados porque empieza a desvirtuarse todo el perfil y el equilibrio organoléptico del vino, aromático, sensorial. Me parece que cada uno tiene que tomar el vino como quiere y si tiene gana de empezar a darle más importancia a los detalles, que empiece a investigar y averiguar, pero en principio no hay errores. El error sería comprar otro tipo de bebidas.
-El blanco para el pescado y el tinto para el asado ¿Esas distinciones quedaron en el pasado?
No sé si quedó antiguo. En realidad, me parece que como otras de las cosas que le hicieron mal al vino, fue tratar de encorsetarlo en algunas leyes de maridaje que en realidad no tienen mucho mucha lógica.
Lo que sí es verdad es que hay combinaciones de comida y bebida que hacen que ambas se exalten, pero después el gusto personal es único. No tengo ninguna duda de que vino y comida, en algunas combinaciones, hace que la experiencia sea exponencialmente mejor, pero después si vos tenes ganas de seguir tomando tu vino o si estás muy encariñado con un tipo de vino y queres usarlo para todas las comidas, no hay ningún problema.
Me parece que lo que quedó demodé es eso de tratar de imponer algo cuando el único responsable, digamos el único dueño del paladar es uno mismo.
-En las bodegas la presencia de las mujeres crece cada vez más. Enólogas, ingenieras y tanto más. ¿Has visto un incremento de interés por parte de las mujeres en este ámbito? ¿Nos animamos a involucrarnos más y a probar más?
Sí, sí. Veo que hay muchas más. Me parece que siempre estuvieron, que ahora estamos por suerte, en un momento en el que se nos mira más, se nos da más lugar. Las mujeres siempre estuvieron desde cosechando hasta podando, hasta los tanques, como enólogas o sommelliers.
La sommellerie de Argentina tiene bastante cara de mujer, ya sea las por las referentes mujeres como Paz Levinson, Valeria Gamper que acaba de ganar el Panamericano o Marina Beltrame, que fue la primera mujer que puso una escuela de sommeliers. Así que sím hay mujeres.
¿Y respecto como consumidoras? Ahí sí veo un poquito más de interés, pero forma parte del mismo fenómeno sociológico.
-En tu libro decís que el vino es “fácil”. ¿A qué te referís?
Es una declaración que en sí misma sostiene que hay alguien que lo mostró, o lo cuenta, o piensa que es difícil.
El vino es fácil porque el vino es un producto popular y es un producto sencillo y que no tiene grandes complicaciones salvo que vos quieras abordarlo de esa manera, eso es lo que quiero decir, que él es tan maravilloso y una bebida tan noble que va a dejarse abordar como vos quieras. Si vos queres abordar cualquier vino de cualquier segmento de precio, de una manera fácil lo vas a poder hacer. Y este libro te va a ayudar seguramente.
-¿Cuáles son tus trucos para servir y disfrutar el vino en casa?
Mis trucos para servir y disfrutar del vino en casa están en el libro. Hay un capítulo hermoso sobre eso. En el libro están muy explicados los trucos, pero sobre todo el tema temperatura. Les dejo la intriga que en el libro está súper, además de otros capítulos, obviamente.