Investigadores descubrieron un nuevo mecanismo mediante el cual el alcohol en cantidades medidas sería beneficioso para la salud.
Si bien es cierto que el consumo moderado de alcohol y la salud cardiovascular vienen siendo objeto de estudio durante varias décadas, recientemente se ha producido un nuevo descubrimiento que apunta también en ese sentido y da cuenta de que pequeñas cantidades de alcohol pueden incrementar el colesterol HDL, también conocido como el “colesterol bueno”, e inhibir la formación de coágulos sanguíneos que podrían causar un infarto o un accidente cerebrovascular.
Sin embargo, un estudio reciente publicado en junio en el Journal of the American College of Cardiology sugiere que se ha pasado por alto una pieza esencial del rompecabezas científico.
Científicos del Hospital General de Massachusetts realizaron un revelador descubrimiento que podría cambiar la comprensión sobre el impacto del alcohol en la salud cardiovascular.
Según la investigación, el consumo moderado de alcohol está vinculado a una reducción significativa en la señalización del estrés en el cerebro, específicamente en la amígdala, un área asociada con el miedo y la ansiedad. Este hallazgo sugiere que el alcohol podría desempeñar un papel beneficioso en la prevención de problemas cardiovasculares.
El estudio, basado en datos recopilados del Biobanco de Mass General Brigham, que incluye información de más de 135.000 participantes, reveló que los adultos que consumen cantidades ligeras o moderadas de alcohol experimentan un 21.4% menos de riesgo de sufrir eventos cardiovasculares adversos mayores en comparación con aquellos que no beben o consumen en cantidades mínimas.
El vínculo entre el alcohol y la salud cardiovascular se ha explorado previamente, pero este estudio es el primero en mostrar cómo el alcohol puede tener un efecto beneficioso y duradero en el estrés cerebral, lo que, a su vez, reduce el riesgo de eventos cardiovasculares adversos.
El estrés crónico se asocia con un aumento en la actividad cerebral en la amígdala, lo que puede llevar a una inflamación dañina y aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares, hipertensión y otras afecciones. El alcohol, al reducir la actividad de las redes neuronales relacionadas con el estrés en reposo, puede ayudar a prevenir estos eventos adversos para la salud cardiovascular.
Un aspecto interesante del estudio es cómo la ansiedad también está relacionada con niveles más altos de señalización de estrés. Los individuos que consumen alcohol moderadamente y que tienen antecedentes de ansiedad experimentaron un beneficio aún mayor en términos de salud cardiovascular.
Los investigadores enfatizan que, a pesar de estos hallazgos, no están alentando a las personas a comenzar a beber si no lo hacen actualmente. El consumo de alcohol conlleva algunos problemas para la salud, incluido el aumento del riesgo de ciertos tipos de cáncer y otros problemas de salud. En su lugar, sugieren que se realicen más investigaciones para identificar intervenciones alternativas que puedan tener un efecto similar en la señalización del estrés cerebral sin los posibles efectos perjudiciales del alcohol, como el ejercicio, la meditación o el yoga.