Un vino aromático y fresco que se puede maridar con varias comidas. Tiene presencia en varios países de América y Europa.
Sauvignon Blanc es una uva blanca, esta cepa es celebrada en la viticultura el primer viernes de mayo. Este año el día de este varietal con la que se realizan excelentes blancos cayó el 5 mayo. El origen de esta variedad se remonta hace muchos años en Francia. Se dice que su nombre proviene de las palabras francesas sauvage (salvaje) y blanc (blanca).
La cepa nació de forma salvaje en los viñedos de Burdeos pero luego se extendió a otros países. Entre los principales están Italia, España, Argentina, Chile, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Sudáfrica y Estados Unidos. Es toda una variedad que revela directamente al terroir de donde proviene, por lo general se acomoda donde va. Su escasa adaptabilidad se transmite en las características organolépticas de sus vinos de manera clara y precisa. Es el claro ejemplo de que, en muchos casos, la vinificación no es tan determinante en el resultado de un vino como la viña en sí.
Características principales del Sauvignon Blanc
Su color blanquecino fue evolucionando con el paso del tiempo hasta adquirir el tono verdoso que hoy la caracteriza. Adquiriendo así un aspecto fresco, el viñedo contiene bayas pequeñas que forman un racimo pequeño y compacto, en el que los granos llegan incluso a perder su forma, dada la presión que hay entre ellos.
Si nos referimos exclusivamente al vino podemos describirlo de cuerpo ligero, elegante y de frescura particular. Es muy común presentar notas de cítricos y hortalizas, como espárragos y pepinos. Sin embargo, también es posible encontrar ejemplares con aromas de frutas tropicales, como maracuyá, piña y kiwi. Ya en el paladar, la uva muestra buena acidez, repite las notas herbáceas y un final refrescante.
Su personalidad es tan fuerte que, independientemente de la ubicación en la que se cultiva, la uva mantiene su carácter y nitidez. Además, se consideran vinos jóvenes, ya que deben consumirse entre el primer y el sexto año después de su cosecha.
En cuanto a su potencial enológico, podemos destacar que da mostos ácidos, con sabores a frutas verdes, a hierba y hojas, recuerda también a las grosellas, al sauco y a flores. El Sauvignon Blanc produce unos vinos blancos secos muy elegantes y equilibrados, con aromas varietales presentes durante los primeros años. Vendimias tardías o con Botrytis pueden producir grandes vinos licorosos, y su envejecimiento no es fácil, a no ser que se mantenga el vino en barrica mucho tiempo.
