La sommelier formará parte del panel de jurados en el Concurso Nacional de Vinos de Guarda14. Antes, habló con nosotros sobre vinos, sabores y la actualidad de la industria.
El Concurso Nacional de Vinos de Guarda14 continúa sumando nombres de prestigio al panel de jurados que estarán presentes el día de la degustación, para evaluar lo mejor de las producciones argentinas.
Diferentes perfiles de profesionales coinciden en un staff muy nutrido. La sommelier Eugenia Loria representará a su profesión en su primera participación para un evento de este tipo. “Acepté ni bien me lo ofrecieron porque me pareció algo muy bueno. Lo que más me alentó es la amplia experiencia de los demás jurados”.
Eugenia es secretaria de la Asociación Argentina de Sommeliers y docente en el rubro. Además de trabajar como tal e impulsar un emprendimiento gastronómico propio. “Está bueno que los concursos empiecen a desglosar un poquito su formato y que no sea solo ‘el mejor malbec’ sino que hablemos de zonas, de regiones, de métodos de elaboración. Creo que es lo más importante”, asegura sobre la competencia.
Con ella hablamos de la actualidad de la industria, la profesión y de vinos, claro.
¿Qué es el vino para vos?
Se me vienen miles de frases a la cabeza. Yo disfruto tomando vino, es algo que me hace bien. Es como una terapia, con sus límites por supuesto.
¿Qué vinos tomás?
En general soy muy cambiante con el clima. En verano tomo vino blanco, rosado y espumoso. En el invierno tinto. Dentro de los tintos prefiero más suaves, tipo un Pinot Noir. Me encantan los cortes, son mis preferidos. Pero si tiene que ser un asado al mediodía no tengo problemas con tomar un Malbec o un Cabernet Franc.
¿Mejor maridaje?
Uno más tradicional que es totalmente súper. Me encantan las empanadas criollas mendocinas, en horno de barro, con un Pinot Noir. Cualquier persona diría que con Malbec, pero a mí me gustan los vinos más suaves.
¿Cuáles son los vinos que están en tendencia?
Frescos, con la boca más suave. Mientras más naturales, mejor. Se usa el vino más para lo cotidiano, para tomar todos los días. Más fáciles de tomar. Con mucha carga organoléptica, muchos aromas. Además, bajó la temperatura de servicio, ya no hablamos más de 16 grados. Eso creo que es la tendencia. Esto no implica un abandono hacia el clásico Malbec, la cereza, la pimienta. Pero los veo más frescos y cotidianos.
¿La madera está marginada?
La madera sigue vigente en los vinos de guarda. En los otros que hice mención por ahí quedó relegada. Pero cada uno tiene sus gustos y no creo que esté en desuso. Siguen existiendo los vinos de guarda y espero que así sea para toda la vida.
¿Están muy lejos los otros varietales del Malbec?
Es muy complicado alcanzarlo. El Malbec se lleva un 80% de las consultas en mi restaurante, por ejemplo. El extranjero viene a tomar Malbec. Es nuestra cepa emblema, la que mejor nos sale. El consumidor local sí busca conocer algo diferente, más allá de no tener problemas con el Malbec que es lo más accesible. Si me preguntas, le veo futuro al Cabernet Franc.
¿Es necesario simplificar el vino?
Por supuesto, dentro de la complejidad.
¿Cómo se puede contar la complejidad del vino sin complejizarlo?
Lo primero que hay que hacer es quitarle los prejuicios. Tiene que ver con lo que a uno lo haga sentir más cómodo. El vino es nuestra bebida nacional, hay que disfrutarla, compartirla. Y como sommelier siempre digo que tiene que ir acompañado con comida, con lo que más te guste. Hay que acercarlo a la gente y eso ya está cambiando.
¿Los canales digitales facilitan esa tarea?
Para mí hay un antes y un después de la pandemia porque la mirada gastronómica cambió muchísimo y ahora el cliente empieza a informarse más sobre vinos y consumir más. Esto de las redes sociales es un poco el interés de los productores sobre que las personas entiendan su vino y lograr un vínculo más cercano.
¿Cómo ves el nivel de la sommellerie actual?
Cada vez mejor, con más capacitaciones y profesionalismo. No solo el sommelier que está en un restaurante, sino también el de las bodegas, el que está enseñando o capacitando. Se abrió mucho el abanico y cada vez hay más demanda. Veo una profesión fuerte y con futuro.
¿Y el circuito del vino en Mendoza?
Creo que todo va en marcha. La pandemia nos privó de hacer un montón de eventos y volver a arrancar esa máquina va a costar, pero creo que la industria estaba y sigue estando en pos de crecer y avanzar.