Exportaciones de vino: Argentina y Chile cayeron en 2023, pero las perspectivas son distintas

Exportaciones de vino: Argentina y Chile cayeron en 2023, pero las perspectivas son distintas
El 2024 para Chile parece revertir la tendencia, pero en Argentina se profundiza la caída. - Foto: Archivo / Los Andes

Referentes de la industria vitivinícola nacional explicaron las causas de la caída y analizaron el difícil panorama para el mercado externo.

Chile es uno de los mayores productores de vino del mundo y también uno de los grandes exportadores. Lo cierto es que tras experimentar un 2022 con un nivel de facturación al exterior récord, con 1.815 millones de euros, pasó a un 2023 con tan solo 1.413 millones, lo que lo colocó en el nivel más bajo en ventas al exterior desde 2014.

Es decir, Chile perdió el 22% del valor de vino exportado, lo que se hizo sentir luego del pico del 2022. Esta caída, reflejada por el sitio italiano I numeri del vino, coloca al país trasandino en una situación de sobreproducción muy compleja, ya que su mercado interno es muy pequeño de 2,5 millones de hectolitros, mientras que su exportación asciende a 9 millones de hectolitros.

En el análisis pormenorizado, China es uno de los grandes consumidores de vino chileno y en este mercado sólo la caída fue del orden de 32%. El Reino Unido, otro de los principales destinos de las exportaciones chilenas, también sufrió una caída del 30% en las exportaciones.

Ahora bien, de este lado de la cordillera, este fenómeno que impacta a Chile también repercutió en Argentina, que sufrió una caída en sus exportaciones en 2023 de 23,3% en volumen y 16% en valor según datos del INV. Esto, abre un abanico de posibilidades al momento de determinar las razones de este descenso en ambos países.

Foto: Archivo / Los Andes
Foto: Archivo / Los Andes

Alejandro Vigil, presidente de Wines of Argentina (WofA), asoció este fenómeno con una caída de consumo a nivel global: “Tiene que ver con la competencia que hay en relación al dinero que el mundo utiliza para recreación. Hoy hay un gasto que es transversal al alcohol que es el cannabis, por ejemplo, y esa es una gran competencia para el vino”.

Además, explicó que existen otros factores, asociados a un cambio social muy fuerte, donde el consumo de vino va disminuyendo y se va concentrando solo en “momentos especiales”. En ese sentido, explicó: “El tema es no transformar al vino en un enemigo de la sociedad cuando ha sido parte de la dieta mediterránea para mejorar la salud, obviamente siempre hablamos de un consumo moderado”.

Otra de las competencias fuertes a las que se enfrenta el vino, la remarcó Mauricio Boullaude, vicepresidente de WofA, en relación con los productos RTD (Ready to drink): “El segmento joven se está volcando a productos con bajo alcohol como los RTD o productos sin alcohol (vinos, cervezas y espirituosas). En principio la categoría más afectada es la de los vinos entry level o varietales, donde Chile es muy fuerte comparado con Argentina que está en un segmento más premium”, explicó.

En relación a cómo revertir esta caída, Vigil opinó que la clave es “producir vinos de gama media de muy buena calidad y base de la pirámide, a muy buen costo”.

En tanto, para Boullaude, la llave estará además en “invertir en reconocimiento de marca, ferias y visitas a los mercados para mejorar la performance. Pero se necesita tener buena competitividad de la mano de bajo costo y tipo de cambio favorable”.

Ramiro Barrios, responsable del comercio exterior de Bodegas de Argentina (BdA), también detectó señaló la baja de consumo a nivel mundial: “Existe una tendencia negativa de consumo de vino en los principales mercados como los Estados Unidos, principalmente explicada por un menor nivel de consumo de vino de las nuevas generaciones que alcanzan la edad legal para consumir alcohol”.

Las soluciones para Barrios son similares para ambos países, con la salvedad de que Chile, históricamente, posee un mejor marco para retomar la senda positiva: “Cuenta con una mayor cantidad de tratados de libre comercio, mayor cercanía a los puertos de donde se exportan las mercaderías y una situación macroeconómica de mayor estabilidad. Todo esto redunda en una mejor posición competitiva de Chile en relación con Argentina”, explicó.

Chile tiene mejores condiciones para reponerse de esta caída. - Foto: Prensa Gobierno de Mendoza
Chile tiene mejores condiciones para reponerse de esta caída. - Foto: Prensa Gobierno de Mendoza

El impacto de la caída chilena en Argentina

En ese sentido, Ramiro Barrios dejó en claro que no ve que sea posible que el vino argentino pueda verse beneficiado en relación con la caída de exportación del vino chileno. “Las bodegas argentinas deberán encarar el 2024 con mucha energía y disposición para trabajar en el mercado y así poder ralentizar la caída”, explicó.

Por su parte, Alejandro Vigil remarcó: “En vista de estos datos preliminares, vemos un 2024 muy difícil para las exportaciones y la industria necesitará que la macro se estabilice pues, si bien la devaluación de diciembre y el tipo de cambio mix (entre dólar divisa y dólar financiero) mejoró la rentabilidad, la inflación de los últimos meses y el aumento de insumos ha erosionado esta mejora y se dificulta recuperar competitividad sobre todo en los segmentos de entrada de precios”.

2024: Chile se recupera, Argentina no

Los primeros números de este año evidencian que Chile ya comenzó a revertir la caída con respecto al 2023. El país trasandino creció 9% en valor y 13% en volumen, según explicó Barrios. Mientras que Argentina, continúa cayendo: “Los primeros datos del 2024 han sido preocupantes: 13,1% de caída en volumen y 10,8% de caída en valor en los dos primeros meses del año”.

Para el responsable del comercio exterior de BdA, existen dificultades hacia adentro de la economía nacional que de alguna manera restringen su capacidad exportadora. “Nuestro país, además de estos problemas externos, tiene problemas internos. Si bien parecería que algunos de estos temas se han solucionado, aún quedan algunas trabas que van a determinar la expansión o retracción de las exportaciones en el 2024″.

El impacto de la pandemia y “la tormenta perfecta”

Gustavo Hormann es el enólogo principal de Bodegas Kaiken, emprendimiento emplazado en nuestra provincia, de capitales chilenos. Sobre la crisis de exportaciones del 2023, Hormann explicó que “el aumento de consumo que se produjo en la pandemia, en los años 2020, 2021, y 2022, cambió las perspectivas a ambos países y pensamos que este aumento en el consumo iba a ser eterno y no fue así, la pandemia se acabó y el consumo de vino y alcohol empezó a bajar en todos lados y esto afectó a los importadores que acumularon más stock de vinos del que solían tener debido a la crisis de logística que se dio entre China y Estados Unidos y pasaron a manejar stocks para abastecerse durante casi un año, para un mercado que ya había empezado a consumir mucho menos”.

En ese sentido explicó que “la caída de las ventas reales hizo que los importadores dejaran de hacer órdenes y empezaran a acomodar sus stocks y eso fue lo que hizo que se formara esa ‘tormenta perfecta’: el fin de la pandemia, la crisis de logística y el aumento de los stocks de los importadores. Por otro lado, post pandemia se generó inflación en todo el mundo y esto hizo que los primeros bienes que dejaron de consumirse son los suntuarios, lo que provocó la caída del consumo del vino a nivel mundial”.

Para Hormann, las bodegas en este marco, deberían “mantener los mercados que ya poseen y tratar de abrir nuevos, cosa que para Argentina es más difícil porque ha costado pagar mucho los servicios prestado en el extranjero”.

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