El ganador de la segunda temporada de “MasterChef Celebrity” llegó a Mendoza por el Día Mundial de la Pasta y presentó por primera vez en público un menú propio en una alianza con Nipoti. En un mano a mano con Los Andes adelantó todos sus proyectos.
El Distrito Shopping Food del Mendoza Plaza Shopping se vio revolucionado en la noche del miércoles por la presencia de “casi un ángel”. Y no hablamos de una aparición celestial o religiosa en el centro comercial de Guaymallén, sino que Gastón Dalmau, actor, cantante, productor y ganador de la segunda temporada de “MasterChef Celebrity”, llegó a la provincia en el marco del Día Mundial de la Pasta (25 de octubre), donde tuvo un nuevo debut: por primera vez presentó en público un menú preparado por él.
Reconocido por su personaje de “Rama” en la tira juvenil de Cris Morena, Dalmau regresó a la provincia después de casi una década (tal como lo recuerda, su anterior visita había sido en la gira de la cuarta temporada de “Casi Ángeles”) para aliarse con Nipoti Ristorante, propiedad de la familia Barbera, para elaborar un menú de tres pasos maridado con vino para presentar a los mendocinos en la efeméride.
Después de tres meses de trabajo y ajustes, el pasado miércoles él mismo recibió y compartió con decenas de personas la “Bruschetta a la Dalmau” como entrada; un “Pollo Mediterráneo” o “Ravioles Fiorentina” como opciones en el principal; y una “Panna Cotta eterna” para cerrar un menú marcado por el agridulce -la combinación preferida del artista-.
En una charla mano a mano con Los Andes no solo habló de esta primera experiencia a cargo del diseño de los platos, también se refirió a sus proyectos laborales, su vida personal, su pasión por la cocina y más.
- ¿Cómo se dio este debut armando un menú para el público?
- Se acercó la gente de Nipoti con este proyecto y yo venía con ganas de hacer cosas gastronómicas. La idea es, en algún momento, tener mi propio restaurante, es lo que vengo trabajando de a poco. Pero tengo muchas ganas en un futuro, así que fue una incursión. Se acercaron, charlamos, vimos la idea de la propuesta y a mí me encantó. Y, además, la idea era volver a Mendoza, que no venía desde hace diez años.
- ¿Cómo llegaste a descubrir la pasión por la cocina?
- Desde chico cocino, desde los 12 años. Pero MasterChef fue lo que me hizo descubrir que realmente me gusta. Y sobre todo aprender. Soy medio nerd, por ahí soy de buscar un ingrediente que no conozco, o miro algo y le saco una foto y digo “¿qué será eso?”, y busco con qué se puede combinar. En el programa descubrí esa curiosidad, de no solo probar con lo que uno cocina en casa, sino de animarme a ver qué ingrediente va con qué, que puede resultar muy bueno. Uno de los platos del menú que armamos tiene yogur, algo que la gente por ahí no lo usa mucho en un plato, algo que sí pasa en las zonas musulmanas, por ejemplo. Pero acá no estamos acostumbrados. Está bueno que por ahí empecemos a abrir cabezas y decir: “Tengo yogur, lo voy a meter”. Está bueno, queda bien, y hay que animarse.
- ¿Cómo te llevás con el vino?
- Me llevo bien, aunque no soy tomador. Directamente no soy muy tomador de alcohol ahora, algo que quizás si hacía más en otras épocas, pero me empecé a cuidar un poco más. Pero del vino, mi preferido es el Malbec. No tengo una bodega en sí, o una marca, por así decirlo, pero me gusta ese varietal probar de distintos estilos. Tengo mi pequeña cava con algunos vinitos.
- Decís que querés abrir tu propio restaurante, ¿por qué estilo irías?
- Tengo muchas ganas., pero el estilo todavía lo tendría que definir. Porque la verdad, a mí me gusta comer de todo, pero lo agridulce es algo que presentamos en este menú y es como que tengo algo con esa combinación... No sé, por ahí va a ir por ese lado.
- En tu carrera podemos ver muchas facetas… ¿En qué etapa estás de tu vida profesional y personal?
- Es muy loco, voy a decir. Muy random todas las profesiones -risas-. Hoy, en la etapa profesional, acabo de terminar de grabar hace muy poco en Córdoba una serie, que todavía no está en la plataforma. Después, en febrero sale Medusa por Paramount+. Esa podríamos decir que es la parte actoral. En lo que sería empresario, en septiembre saqué mi marca de ropa que se llama Human Club. Así que también estoy mucho con eso.
La parte amorosa está muy bien. Mi pareja ahora está en Los Ángeles con mi perro. Sigue allá y yo voy y vengo. De hecho, ahora volví a Argentina hace dos semanas. Estuve allá después de grabar la serie, ahora volví y él viene en un tiempo. Es parte de mi vida, que cambió mucho después de MasterChef.
- ¿Qué fue lo que te dejó el reality y volver a un nivel muy fuerte de exposición?
- Para mí fue fuertísimo. Antes de hacer MasterChef me habían ofrecido un montón de cosas para volver, de reality, sobre todo. Por ahí cosas de competencia que no me intrigaban mucho. Pero cuando me ofrecieron MasterChef yo venía viendo el de España hacía muchos años. Y cuando me llamaron me dije, “bueno, voy a probar”. Lo que sabía era que no quería irme la primera semana. Y empezó a pasar que me empecé a ocupar de verdad, a estudiar. Me levantaba a las siete y seguía estudiando. Soñaba con recetas. Y me dije, “¿Qué pasa?”. Había algo que se estaba moviendo dentro y que de verdad descubrí que me gustaba la cocina. No me pasaba que grababa el programa y se terminaba. Me gustó y me cambió mucho en ese sentido.
Yo me fui en 2012 y pensé que la gente ya se había olvidado de mí, porque pasa eso. Desapareces de la tele y piensan como que ya está. Y cuando volví fue buenísima la reacción. Otra vez el público, por ahí desde chiquitos hasta abuelos. Y me encantó. Porque me gusta que la gente me quiera. Y sí, es lógico. Uno busca la aprobación.
Lo que pasó en MasterChef fue que me vieron a mí, a Gastón. Realmente, puteé un montón e hice un montón de cosas en las que no me gustaba verme así. Pero bueno, soy yo. Y la gente lo aceptó.
- ¿Cómo te sentiste cuando descubrieron al verdadero Gastón? Porque nosotros siempre te vimos en un personaje…
- Claro. Porque uno cuando es actor, te excusas con un personaje. Nosotros grabamos el primer mes de MasterChef y no salió al aire inmediatamente. Me di cuenta de que estaba puteando demasiado y no me gusta hacerlo cuando hay chiquitos que lo miran. Por lo que trato de cuidar esas cosas. Sobre todo porque hay un público que todavía está creciendo. Y no quiero mostrar cosas que no están tan bien. Pero también digo, soy yo y no puedo hacer otra cosa. Fue una experiencia increíble.
No sé si lo volvería a repetir, porque de verdad fue muy intenso, muy fuerte. Me iba a casa llorando muchas noches por la frustración. Porque de verdad le ponía todo, no era que iba una horita a grabar y listo, hago lo que salga. No, para mí no era así. Fue intenso.
- Igual estás acostumbrado a la intensidad laboral…
- Sí. Me gusta.
- ¿Dónde encontrás esa intensidad o adrenalina en la cocina?
- En las cocinas comerciales, la de cualquier restaurante hay una locura, aunque uno como comensal no lo ve. Porque los platos tienen que salir y no tiene que haber errores. Entonces la adrenalina está constantemente.
- En esta colaboración con Nipoti, ¿quedaste conforme con el resultado?
- El menú quedó bien. Yo estoy contento. Obviamente que a veces te gustaría poder ir acomodándolo. Pero es un menú que decís, bueno, ya está. Hay que darle un fin. Este es el plato y ahí cerrarlo. Porque me pasa con todo. Hago una escena y digo, me gustaría hacerla de nuevo. Porque es como que tenés que buscar un stop y decís, ya está. Es esto. Ahí eso también aprendí. A poner un límite. Decir, no, hay que seguir dando vuelta y listo. Bien.
- Y con respecto a la exposición, ¿volverías a esos niveles de exposición de Casi Ángeles, Masterchef?
- Sí. Masterchef me hizo otra vez despertar esas ganas de volver. Obviamente, no sé si con el ritmo de Casi Ángeles, que era de lunes a lunes, 570 capítulos, fue fuerte. Y ya estoy grande, en sentido de la energía -risas-. Pero a mí me gusta trabajar, me gusta estudiar y aprender cosas nuevas. Eso también terminó en mi estudio en efectos visuales, fui por todos lados un poco.
- ¿Qué proyectos vienen para el futuro?
- Está difícil ese tema porque estoy con audiciones esperando propuestas que se cierren. Por ahora voy a estar en Argentina. Lo del restaurante, la idea es empezar a armarlo primero. También empecé con la marca de ropa hace poco y pienso que hasta que no me acomode un poco ese temita, no puedo meterme en algo. Porque cuando entro en algo tengo que estar 100%. En un futuro vamos a ver.
- ¿Y extrañas por ahí esa rutina de trabajo de la tele por muy agotadora que era?
- Sí, obviamente, ni bien me fui en el 2012 que habíamos terminado con Casi Ángeles, al principio no extrañaba. Estaba relajado, eran vacaciones. Ahora sí, extraño en el ritmo de trabajar constantemente.