La cita será el viernes 8 de septiembre en el Park Hyatt Mendoza, con la degustación de vinos a ciegas por la mañana, y el cóctel de premiación por la noche.
El próximo 8 de setiembre se desarrollará la segunda edición del Concurso Nacional de Vinos Guarda14, en las instalaciones del Hotel Park Hyatt Mendoza. Durante el día se degustarán las muestras y por la noche tendrá lugar el cóctel de premiación. El servicio estará a cargo de Wine Institute.
En su primera edición, en 2022, participaron alrededor de 250 muestras de nueve provincias argentinas. Como ya sucedió en la anterior ocasión, se trata de un evento que contará con prestigiosos jurados nacionales presididos por la Ing. Cristina Pandolfi, desarrollado bajo normas internacionales y con la presencia de una escribana pública. Ha sido declarado de Interés Legislativo Provincial.
Ya están abiertas las inscripciones para que las bodegas de todo el país interesadas puedan ser parte. Haciendo click aquí se puede conocer el reglamento del certamen.
La importancia de los concursos de vinos
Los concursos de vinos son fundamentales para poner en valor y premiar las mejores etiquetas, apreciando el gran trabajo que se realiza a lo largo de toda la cadena productiva durante muchos meses.
Para los productores y las bodegas revisten gran importancia, ya que son una herramienta que les permite destacar y dar a conocer sus mejores exponentes. También son una orientación para el público comprador, que se guía por estas recomendaciones.
¿Cómo se realiza un concurso?
Para empezar, todos los concursos cuentan con un grupo de jurados expertos que se encargan de catar a ciegas cientos de etiquetas. La condición primordial es el anonimato de las muestras que se degustan, lo cual permite que no haya ninguna influencia ni subjetividad que pueda generar un sesgo en los resultados.
Allí cobra gran relevancia el rol del escribano/a, que asegura la absoluta transparencia y que los vinos premiados sean aquellos que hayan obtenido la mayor puntuación. Su participación comienza cuando los vinos llegan a la sede del concurso; allí se les asigna un número de orden que, mediante un algoritmo, el escribano/a transforma en una clave que solo él o ella conoce.
Luego, las muestras llegan a los jurados siempre envueltas, para que no sepan qué vino están tomando. Como la botella llega a la mesa destapada, sin cápsula ni corcho, no es posible identificar qué es lo que contiene. Los jurados, proceden a ponderar la calidad y atributos de los vinos. Y una vez que ya se tienen los resultados, es el mismo escribano/a quien decodifica y recién ahí se toma conocimiento de cuáles son los vinos premiados.
En base a los puntajes obtenidos se otorgan las medallas, que pueden ser de Plata, Oro o Gran Oro.