Marcelo Pelleriti: “Todos mis días tienen vino y música”

Referente indiscutido de la industria vitivinícola, es uno de los enólogos más reconocidos de Argentina y del mundo. Dirige la Bodega Monteviejo y también su propio establecimiento -Marcelo Pelleriti Wines- en el Valle de Uco.

Marcelo Pelleriti fue el primer enólogo latinoamericano en obtener 100 puntos de Robert Parker. Como joven profesional, fue contratado por Michel Rolland, un influyente enólogo de Burdeos, y juntos, lograron convertir el viñedo en excelentes vinos con una reputación mundial.

En 2007 se embarcó en su propio proyecto personal, Marcelo Pelleriti Wines, además de ser el enólogo oficial de Bodega Monteviejo (Tunuyán) y de Chateau La Violette y Chateau Le Gay en Burdeos (Francia).

-¿Cómo arrancaste en el mundo del vino?

-De muy chiquito con mi abuelo, y después fui haciendo mi camino. Estudié en el Liceo Agrícola y Enológico de Mendoza, hice la carrera de Enología, luego estudié Viticultura.

-¿Qué recuerdo tenés del primer vino que elaboraste?

-Siempre quise hacer mi propio vino, y soñaba con tener mi pequeña bodega. Nunca la pensé como una gran empresa, sino como algo boutique.

Finalmente, en 1994 pude elaborar mis primeras mil botellas y nunca paré. Y aquí estamos hoy, con una empresa en marcha, con muchas ventas a todas partes del mundo… Puedo decir que gracias al vino se cumplió mi sueño.

-¿Hay algún punto de inflexión que recuerdes en tu carrera? ¿Y algún profesional que te haya marcado especialmente?

-Hay tres hitos muy importantes. El primero, cuando comencé a elaborar mi vino en 1994. El segundo, cuando conocí a mi maestro, Michel Rolland –quien marcó mi vida enológica- y comencé mi carrera en Francia y Argentina. Junto a Michel comenzamos a desarrollar un proyecto soñado en la zona de Pomerol (Francia) y aquí en Bodega Monteviejo.

El tercero fue hace poco, me pasó algo muy loco... Probando todos mis vinos desde el año 2002 al 2020 noté que, luego de morir Catherine Péré Vergé (propietaria de Monteviejo) en 2013, a partir del 2014 se produjo un cambio en ellos. Un cambio grande en el concepto, en la elegancia, en la fineza de los vinos.

-¿Cómo es tu vida profesional hoy, entre Argentina y Francia?

-Tengo a cargo la dirección de Monteviejo, que está asociada a mi bodega Marcelo Pelleriti Wines. Cumplo un rol de director general y también estoy a cargo de la enología, que es lo que más me gusta.

Es mi primera gran bodega, la construí de cero… Será la única y allí voy a morir. Ya llevo más de 20 años trabajando, con el apoyo de un equipo hermoso en todas las áreas.

En Francia me ocupo de la parte más técnica en lo enológico y vitícola, y dirijo cosechas allí desde 2001.

-¿Cómo es hoy la realidad de MPW? ¿Qué buscás que expresen tus vinos?

-Es una realidad hermosa… Se está vendiendo mucho a varios países del mundo y ya dejó de ser un nombre para pasar a ser una marca, que ha pegado muy bien en el mercado de EEUU, por ejemplo. Siento que somos reconocidos internacionalmente por nuestra calidad constante, lo cual nos da mucha felicidad.

En cuanto a nuestros vinos, son más de exportación, y al llevar mi nombre siento una responsabilidad muy grande, ya que no me puedo equivocar. Por eso es tan importante trabajar mucho en equipo, desde los viñedos, sobre todo para la alta gama.

En mis vinos busco siempre la expresión del lugar, del terruño de donde vienen. Hago vinos intervenidos, porque siempre busco expresar lo que siento. También les doy una impronta personal. Son vinos con una cierta estructura y concentración, con madera equilibrada y sobre todo busco que trasciendan, que tengan potencial de guarda.

-Se sabe que tus dos grandes amores son el vino y la música: ¿cómo conjugás esas dos pasiones?

-Van siempre de la mano, y así las conjugo: haciendo vino y haciendo música. Todos mis días tienen las dos cosas.

Particularmente durante la cuarentena experimenté un acercamiento muy fuerte hacia la música, lo cual me llevó a armar un disco que saldrá pronto y será presentado en el Quilmes Rock.

Creo que sin vino no hay motivación para hacer música y viceversa. Es muy sano tener esos momentos de ocio, de vuelo y creatividad, es algo que nos cuida y nos protege.

-Justamente se viene un nuevo Winerock en Bodega Monteviejo, ¿qué podés contarnos al respecto?

-Previo a la pandemia íbamos a festejar los 10 años de Winerock con un evento muy grande, con más de 10 bandas, que tuvimos que posponer… Luego de todo lo que pasó reflexionamos y nos dimos cuenta de que era una locura de evento, con una logística tremenda.

Por eso decidimos hacer algo adaptado a la realidad nuestra y de la zona, y así surgió la idea de las rock sessions. Pensamos hacer de 3 a 5 por año, cada una con una gran banda y dos o tres bandas locales más pequeñas, para que también puedan promocionarse.

Todo esto irá acompañado por una parte artística que gestiona mi esposa, que es la directora de Cultura de la bodega. Así, el próximo 26 de marzo vamos a fusionar arte y música en el Winerock, con la presencia de los Enanitos Verdes lanzando su gira internacional y festejando sus 40 años de trayectoria.

-Si pudieras elegir un vino y un plato para disfrutar, ¿cuáles serían y con la música de qué banda?

-Si me dieran a elegir, el vino sería La Violeta 2014, que probé anoche y fue una sorpresa. Creo que es el mejor vino que hice hasta el momento.

Como soy fanático de la carne, lo acompañaría con una entraña asada a punto, con una ensalada de rúcula bien amarga, y de fondo sonaría At the door, de The Strokes.

¡Tu copa, la montaña y mucho rock!

  • Winerock tendrá lugar el sábado 26 de marzo, desde las 12, en Bodega Monteviejo.
  • Las entradas anticipadas ya pueden adquirirse en Eventbrite.
  • Entrada general: incluye estacionamiento, acceso al campo, 3 copas de vino “joven” y 1 sándwich.
  • Entrada Vip Winerock: incluye estacionamiento, acceso al espacio Vip en la terraza, gastronomía junto a Nadia Haron, degustación de vinos “alta gama” y coctelería.
  • Todas las entradas incluyen el acceso al Plus + Arte.
  • La capacidad es limitada, ya que el escenario se monta entre los viñedos de la bodega y éstos requieren de mucho cuidado.

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