El Día Mundial del Sándwich se celebró esta semana, y para homenajearlos te proponemos algunas opciones que se acompañan perfectamente con vino.
Llega el verano y una de las comidas más sencillas, frescas y ricas para comer son los sándwiches. El mejor acompañante de las noches de calor, aunque la comida se popularizó más allá de una época del año.
Los vinos suelen ser un gran acompañante de estas preparaciones y, por supuesto, para cada tipo hay un varietal que le sienta mejor.
Este manjar no pasó desapercibido durante esta semana ya que se conmemoró el Día Mundial del Sándwich, que coincide con la fecha de nacimiento del inglés John Montagu IV, el 3 de noviembre de 1718, a quien se le atribuye su creación.
Un poco de historia
John Montagu era un aristócrata del Reino Unido, Conde de Sándwich, una ciudad inglesa. Fue responsable del financiamiento de varias expediciones marítimas. Una de ellas, encabezada por James Cook, colonizó el archipiélago que hoy se conoce como Islas Sándwich del Sur, territorio que el Estado argentino reclama desde 1948.
Fueron nombradas así en honor al Conde y el agregado “del Sur” se impuso para diferenciarlas de lo que se conocía en su momento como Islas Sándwich, actual Hawaii.
Se cree que el Conde de Sándwich era adicto al juego. Podía pasar horas con los mazos de naipes en la mesa. Como creía necesario no dejar de jugar aún en el horario de almuerzo, le encomendó a su cocinero una comida que pueda degustar sin ensuciarse las manos.
Es por eso que decidió poner carne en fetas, entre dos trozos de pan. De esta manera nació la famosa receta que lleva el nombre de su condado.
Lejos del siglo XVIII, los sándwiches ahora adquirieron una gran complejidad y versatilidad, debido a que pueden prepararse con cualquier tipo de ingrediente. Para cada una de esas recetas hay un vino perfecto. Vamos a dejar algunas opciones para que disfrutes en la temporada.
La primera opción incluye un vino tinto, sea Malbec o Cabernet Sauvignon con paso por barrica preferentemente. Vinos intensos, con cuerpo, que se adaptan a esos sándwiches de carne asada. En Argentina, por ejemplo, los tradicionales choripanes. También pueden ser cortes de ternero a la parrilla. La salsa del sándwich puede ser de tomate en caso de que queramos agregarle un elemento fresco o de chimichurri, para intensificar los aromas.
Para un vino Pinot Noir, que suele ser más fresco, agradable y con aromas frutales; la opción preferible es un sándwich de cerdo. Puede ser pernil o bien cerdo grillado. Esta preparación tiene que estar acompañada de tomates y jugos de cocción.
Entrando en la gama de blancos, un buen Chardonnay aromático es el acompañante perfecto de los sándwiches de pollo. La preparación puede incluir rodajas de palta y aceite de oliva. Está receta también va muy bien con un Sauvignon Blanc.
La última de las opciones tiene al Torrontés como eje del maridaje. Los sándwiches perfectos para esta cepa son de queso, preferentemente de cabra. Esta receta tiene que incluir ensaladas verdes como la rúcula.
Con todas estas opciones a disposición y la posibilidad de seguir experimentando dada la versatilidad de los sándwiches, el verano trae muchas oportunidades para ensayar uno de estos maridajes. Solo se necesita estar dispuesto a disfrutar.