Llegado al país por error, en poco más de 20 años se ha convertido en un atractivo varietal con el que se pueden elaborar blancos y rosados.
La voracidad de nuevos productos y varietales que rige hoy en día a los consumidores lleva a las empresas a buscar siempre algo innovador y que cumpla con las exigencias del mercado. En el mundo del vino la cosa no es muy distinta. Día a día, las bodegas buscan sorprender a los amantes de la bebida nacional con ejemplares inéditos o versiones modernas de lo ya conocido. En este sentido, una de las variedades por las que más han apostado es el Pinot Gris.
Uno de los ejemplos es Susana Balbo Wines, que recientemente presentó a los consumidores Crios Sustentia Pinot Gris 2022, un vino reducido en alcohol y calorías que forma parte de una sublínea del clásico inspirado en los hijos de la primera enóloga mujer del país. Este ejemplar, así como el Malbec y el Cabernet Sauvignon orgánicos y el Cabernet Franc de pequeñas producciones, representan la idea de la bodega de apuntar a un futuro sostenible.
Este Pinot Gris es el primero dentro del porfolio de Susana Balbo y ya se encuentra a la venta a un precio sugerido de $2.144. “Decidimos utilizar la uva Pinot Gris para hacer este vino bajo en alcohol ya que se trata de una variedad que desarrolla aromas muy finos y una acidez muy equilibrada. Además, nos permite elaborar vinos elegantes, frescos y muy versátiles gastronómicamente hablando”, comentó Sebastián Gava, enólogo de la bodega.
“En lo que respecta a su elaboración, lo más importante es el punto de cosecha, el cual debe producirse en el momento justo en el que el grado de azúcar y la acidez de la uva sean los óptimos. El prensado se hace con racimos enteros y a baja presión, y la fermentación en tanques de acero inoxidable a bajas temperaturas (12-14°C) con levaduras seleccionadas. El resultado es un vino ligero y refrescante, de color amarillo verdoso, que presenta aromas que recuerdan al durazno blanco acompañados de delicadas notas a flores blancas. Además, su equilibrada acidez resalta su frescura”, describió el enólogo.
Pioneros por accidente
La llegada del pinot gris a Argentina fue un error, pero con gratificantes resultados. Es que a finales de los ‘90 y principios de los 2000, cuando el francés Francios Lurton, propietario de Piedra Negra, comenzó a plantar sus viñedos en el novel terroir de Los Chacayes, había encargado a un vivero de su país plantines de Chardonnay. Sin embargo, el destino quiso que se equivocaran y mandaran en su lugar pinot gris.
El varietal se adaptó a la perfección al terroir mendocino, y así comenzó en el país la historia, ya que hasta ese momento el Instituto Nacional de Vitivinicultura no tenía registros de su existencia. Actualmente, Piedra Negra sigue vinificando con pinot gris, incluso cuenta con 42 hectáreas con una edad promedio del viñedo de entre 15 y 16 años. De allí nacen ejemplares de todo tipo: blanco, rosado, joven, reserva y espumosos.
“Al principio eran tres hectáreas, pero cuando se sacaron los primeros vinos tuvo un éxito comercial en Argentina y América del Norte que llevó a que se siga plantando”, contó Thibault Lepoutre , enólogo de Piedra Negra.
Desde su punto de vista, lo que lo hace distinto es que es un blanco que tiene una tipicidad varietal que no es muy invasiva, es sutil y delicado, y más gastronómico que otros, como puede ser el Torrontés. Además, según el enólogo, sus bajos niveles de alcohol lo hacen un vino muy elegante que se puede tomar solo, o acompañando distintos tipos de comidas.
En el caso de Piedra Negra, hacen un volumen de 450/500 mil botellas entre blancos y rosados que se vende en Canadá, principalmente, Argentina y Estados Unidos. “Vender pinot gris en Europa es muy difícil porque hay mucho, pero América del Norte es un buen mercado. Creo que el sauvignon blanc está bien, el torrontés es sinónimo de Argentina pero es difícil de combinar, chardonnay hay en todo el mundo, pero el pinot gris es una buena apuesta, porque si bien existe en todos los países acá se da con una muy buena calidad y no es tan común en el resto de los mercados porque no todos los países productores”, destacó el enólogo francés.
Otra de las bodegas que hizo punta con el pinot gris es Domaine Bousquet. sus viñedos también tienen más de 20 años de antigüedad. “Se pensó en el pinot gris porque es una variedad que le favorece cosecharla más temprano, porque es muy propensa a cualquier ataque microbiológico, cuesta mucho tenerla en su etapa de madurez en la planta, más nosotros siendo orgánicos”, dijo Rodrigo Serrano, enólogo de la bodega orgánica de Valle de Uco.
“Empezamos primero como base de espumantes, pero poco a poco se pensó en hacer algunos vinos tranquilos. Primero un pinot gris de la línea Reserva con un pequeño paso por madera y en el año 2019 hicimos un pinot gris del año, sin paso por madera, y nos fue bien, sobre todo en el mercado americano, que es el principal mercado donde se ha vendido”, recordó Serrano.
En el año 2015, Grupo Avinea, con su bodega Argento, se sumó a la lista de establecimientos con plantaciones de pinot gris. En su caso son 30 hectáreas con certificación orgánica ubicadas en Luján de Cuyo. “Es una de las variedades más demandadas de vinos blancos por los consumidores de los principales mercados. Por ejemplo, en el Reino Unido es la variedad más consumida en blancos, en Estados Unidos tiene un crecimiento muy importante de consumo y en el mercado local viene creciendo cada año”, declaró Juan Pablo Murgia, gerente de Enología del grupo.
“Trabajar con las variedades de la familia del Pinot es desafiante para un enólogo, pero en el caso puntual de esta variedad, lo complejo es la morfología del racimo. Un racimo apretado, similar a una piña. Esta particularidad genera que en los años de humedad sea bastante complejo mantener la sanidad”, describió Murgia sobre los desafíos del varietal.
¿Pinto Gris o Pinot Grigio?
El origen del pinot gris es francés, nacido a partir de una mutación de la variedad pinot noir. Por su versatilidad, que permite elaborar blancos, rosados y espumosos, es cultivado en todo el mundo. Hasta hace poco tiempo se concentraba en Alsacia (Francia), el norte de Italia (como pinot grigio) y en Alemania (como grauburgunder u ocasionalmente ruländer). Sin embargo, hoy es conocida también en otras regiones vitivinícolas menos clásicas, como Mendoza, Oregon, Monterrey, Marlborough, entre otras.
Como dijimos, el pinot grigio es la versión italiana de esta uva y ofrece vinos totalmente diferentes a los de Mendoza. Incluso, son los dominadores del mercado por su masividad. Para Rodrigo Serrano, es muy difícil competir con el pinot grigio italiano, porque es una categoría muy fuerte. “Si bien generamos repercusión con el lanzamiento de nuestros pinot gris, no vemos una explosión en el varietal, porque el mercado está dominado por Italia”, argumentó.
Aun así, destacó que se trata de dos regiones muy diferentes entre sí: “Los suelos son distintos y la principal ventaja de Italia son los años que lleva haciendo pinot gris y la experiencia con el varietal. Tuve la suerte de viajar a Italia para conocer un poco más del varietal y, por ejemplo, nosotros hacíamos el pinot gris como cualquier variedad blanca, pero allá lo trabajan muy diferente. Son cosas que uno tiene que aprender y lleva tiempo. Nosotros tenemos potencial, pero creo que ellos tienen unos años de ventaja”, consideró.
En Argentina, de acuerdo a las estadísticas del INV, el pinot gris se encuentra dentro de la categoría de las variedades rosadas finas aptas para la elaboración de vino. Para el año 2021 había plantadas 44.822,1 hectáreas totales de rosadas, de las cuales 496.1 hectáreas correspondían a este varietal. Siendo la cuarta variedad en cantidad de hectáreas, Mendoza y San Juan son las provincias con mayor concentración, con el 46,88% y 45,29% del total, respectivamente.
