Tequendama Wines: el renacer del Merlot en Mendoza

Tequendama Wines: el renacer del Merlot en Mendoza
El Salto del Tequendama y el antiguo hotel -hoy museo- dan nombre a un maravilloso vino de Tupungato.

Tequendama Wines obtuvo dos Medallas de Oro en la degustación a ciegas de Guarda 14. Este Merlot de Tupungato continúa conquistando el olfato y el paladar de quienes aprecian los vinos con carácter, elegancia y complejidad.

“Mmm, me llevó a la cocina de mi abuela cuando preparaba mermelada de tomate”. Así describió a Tequendama la sommelier de un reconocido restaurante de Buenos Aires cuando lo degustó por primera vez. Y es que este vino tiene la capacidad de evocar memorias, sentir mariposas en el paladar, erizar los pelos y muchas otras sensaciones, transportando a quienes lo prueban a historias intensas y familiares, gracias a su inigualable aroma y sabor.

Sus comienzos

“Todo comenzó en la cena familiar de Año Nuevo de 2010, cuando conocí a Giuseppe Franceschini y le hablé del parral familiar, comentándole mi curiosidad por descubrir el potencial de un vino elaborado con nuestras uvas. Decidimos reunirnos en la finca el 2 de enero y, ese mismo día, seleccionamos seis hileras para poner en marcha el proyecto. Solo puse dos condiciones: primero, que llevaríamos el viñedo y el proceso de elaboración a su máxima expresión, y segundo, que “si el resultado era un vinito lo tomaríamos en un asado con amigos, pero si era un vinazo, lo tomaríamos en un asado con los amigos.

Avancemos a febrero de 2013, en Houston, Texas, donde organizamos la primera degustación de Tequendama, una cata a ciegas con Merlots de Napa Valley (de al menos USD 70 cada uno). Entre las 14 personas que participaron, 13 eligieron a Tequendama 2010 como el mejor de la noche. Fue entonces cuando supe que teníamos algo especial y decidí que debía llevar un nombre que reflejara mi identidad colombiana”, contó Carlos Cálad, fundador Tequendama Wines.

Carlos Cálad y Gladys Vidal en el viñedo Tequendama en finca Vidal.
Carlos Cálad y Gladys Vidal en el viñedo Tequendama en finca Vidal.

El origen del nombre Tequendama

Los muiscas, una tribu que habitaba la sabana de Bogotá antes de la llegada de los españoles, creían en el diluvio universal. Según la leyenda, los dioses, enojados con la tribu, decidieron inundar la sabana. Los sobrevivientes pidieron ayuda a su dios principal, Bochica, quien tocó las rocas con una vara mágica y creó el Río Bogotá y la majestuosa cascada del Salto del Tequendama, de 157 metros de altura. “Tequendama” significa “el lugar por donde pasan las aguas” o “una puerta abierta”, significados que evocan transformación, tanto física como espiritual. Este nombre simboliza el cruce cultural entre Colombia y Argentina que da vida a la familia Cálad Vidal.

Una historia de tradición y reconocimiento

Sus vinos, elaborados con uvas de un parral de Merlot de más de 65 años en Finca Vidal, en Tupungato, recibieron reconocimientos tanto en Argentina como en Estados Unidos y Brasil. La finca ha pertenecido a la familia Vidal desde que el abuelo Pedro Vidal llegó desde Galicia a inicios del siglo XX.

Hoy, Gladys Vidal y Sofía Cálad Vidal, tercera y cuarta generación de propietarias, mantienen viva la tradición y el esmero que garantizan una materia prima de alta calidad. Cada racimo es cosechado a mano, seleccionado cuidadosamente y trasportado a la bodega en pequeñas cajas. La fermentación se realiza en tanques de acero inoxidable y el vino se añeja entre 18 y 24 meses en barricas de roble francés, para luego descansar entre 8 y 10 años en botella hasta alcanzar su madurez ideal. A diferencia de otros vinos de guarda, Tequendama sale al mercado cuando ha alcanzado un punto óptimo y está listo para ser consumido.

Sofia y Gladys, propietarias de Finca Vidal.
Sofia y Gladys, propietarias de Finca Vidal.
Finca Vidal con el Volcán Tupungato de fondo.
Finca Vidal con el Volcán Tupungato de fondo.

Durante siete años consecutivos, Tequendama ha recibido puntuaciones superiores a los 90 puntos en la Guía Descorchados, del reconocido crítico chileno Patricio Tapia. quien lo describió como “un vino del que siempre querés un poco más y no querés que se acabe la botella”. Por otro lado en la edición de Descorchados 2023, el Tequendama 2017 fue reconocido como Vino Revelación del año.

Palma de Cera, la nueva expresión joven de Tequendama

En 2018, lanzaron “Palma de Cera”, un vino joven, fresco y con menor tiempo en barrica, que ofrece una alternativa más accesible sin perder la complejidad y el carácter de su hermano mayor, Tequendama.

Tequendama y Palma de Cera expresan claramente el terroir y el cuidado que tenemos al mismo así como la meticulosidad del enólogo durante el proceso de elaboración.

“Tequendama está haciendo renacer del Merlot en Argentina demostrando que Mendoza es mucho más que Malbec y que tenemos la capacidad de elaborar vinos de alta calidad al nivel de Burdeos, de donde es originaria la cepa”, sentenció Carlos Cálad.

Instagram: @tequendamawines

www.tequendamawines.com

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