Hoy se celebra el Día del Sommeliers por la creación, en 1969, de la Asociación Internacional de Sommeliers en Francia.
Hoy, 3 de junio, se celebra el Día Internacional del Sommelier en en conmemoración de la creación, en Francia, de l'Association de la Sommellerie Internationale (ASI), en 1969. Esta agrupación es actualmente la comunidad más grande de sommeliers del mundo, ya que agrupa a más de 55 países en los cinco continentes.
"La ASI une a las asociaciones nacionales de sommeliers con el fin de crear de forma conjunta acciones que ayuden al avance y desarrollo de la profesión. Nuestro país forma parte activa de la asociación desde 2001 a través de la Asociación Argentina de Sommeliers", describe la sommelier y consultora mendocina María Laura Ortiz.
Argentina incorporó formalmente la profesión tres décadas más tarde con la apertura de la primera escuela del rubro en 1999. Por lo tanto, hoy festeja dos décadas de la sommelierie en el país, con más de 500 profesionales trabajando en restaurantes, hoteles y bodegas de todo el país, según una nota publicada hoy en Clarín.
"El nacimiento de la profesión coincidió con la revolución y modernización del vino argentino, que empezó en la década del '90 y se plasmó efectivamente en la década del 2000. Si uno mira para atrás, el camino recorrido es muy bueno porque hoy el sommelier no sólo es reconocido por la gente de la industria, sino por cualquier persona que le presta atención al vino", indicó Matías Prezioso, presidente de la Asociación Argentina de Sommeliers, en esa misma nota publicada por el diario de circulación nacional.
¿A qué se dedica un sommelier?
Sí; es cierto que un sommelier es quien recomienda qué vino beber de acuerdo al menú o al acontecimiento. Pero aquí, no reside toda su función.
"El sommelier es una persona que se ocupa de todo lo que llega a la mesa que no fue elaborado en la cocina", agrega Ortiz. Y explica: la palabra sommelier deriva de somme que en galo significa cuidador de las bestias de carga o cuidador de las cargas. Era la persona encargada del traslado de las pertenencias del señor durante el camino, entre ellas, su vino. Esta bebida tan preciada debía ser cuidada por él y catada antes de su servicio. No sabemos a ciencia cierta si las cataba para reconocer sus aromas a frutos rojos, con sutil nota de pimienta negra recién molida o simplemente para comprobar que no estuviese envenenado y así impedir la muerte de su señor".
Hoy, el trabajo del sommelier implica mucho más que llevar las cargas o cuidar del vino. El trabajo del sommelier se refiere a hospitalidad, es decir, de hacer feliz al comensal; elevar la experiencia de una comida acompañando con la mejor opción posible en lo que a bebidas se refiere.
Entre otras, implica: saber comprar y saber vender; buscar la mejor relación calidad precio en cada producto; descubrir las joyitas de la industria; cuidar el producto desde que llega a sus manos hasta que sea servido en la copa del consumidor; y manejar los costos de compra, la rotación y llevar un gran control de stock.
En su aniversario, ¡salud a los sommeliers argentinos!
Fuente: Winifera.com