Todos están fuera de Mendoza, pero con el mismo espíritu de brindarle al huésped las bondades de la bebida nacional.
Cada uno con su estilo y poniendo énfasis en el vino, en el paisaje y la gastronomía pero con toques distintivos, los hoteles temáticos del vino son cada vez más y abren sus puertas en distintas provincias, incluso en Capital Federal.
Tomar vacaciones fuera de Mendoza y seguir conectados al vino y sus placeres es posible. Disfrutar de experiencias únicas en lugares rodeados de bodegas, viñedos, y con servicios diferenciales es lo que proponen muchos de éstos.
A continuación, sólo cinco de los tantos espacios del vino para alojarse, conocer, pasear y disfrutar de interesantes vacaciones.
El oasis sanjuanino, en el corazón de Sarmiento
Una propuesta integral es la que ofrece Marale Wine Hotel Boutique en el departamento sanjuanino, Sarmiento. Es un proyecto enoturístico que consta de bodega, hotel y el restaurante Franc162. El objetivo de sus anfitriones es que el huésped viva una experiencia enológica y gastronómica holística combinando viñedos, paisaje, sabor y placer.
Con uvas provenientes del Valle de Pedernal, a 1.400 msnm, los vinos de la casa buscan transmitir -al igual que la experiencia del alojamiento y la gastronomía- lo más original y auténtico de la provincia cuyana.
Habitaciones abrazadas por los viñedos, paisajes inigualables, la posibilidad de hacer visitas por los atractivos turísticos del valle y la degustación de una interesante gama de etiquetas propias como su línea de varietales (malbec, sauvignon blanc y cabernet franc), Reserva (malbec) y su Gran Reserva Malbec son, entre otras, las alternativas ofrecidas.
El hotel cuenta con 10 habitaciones y el proyecto se autodefine como un espacio de élite y para visitantes exigentes.
A metros del casco histórico de San Telmo, un hotel para sibaritas
Ubicado en el barrio de Monserrat, a pocos metros del pintoresco San Telmo, se encuentra Las Cepas Hotel Cata & Relax. Como su nombre lo anticipa, combina la degustación de vinos con el relax y la buena gastronomía. Cada una de sus 22 habitaciones y suites lleva el nombre de una cepa de vino. El hotel está orientado al amante del vino, al curioso, al bon vivant. En resumen, a quienes buscan el placer del relax y la gastronomía, la buena música y la compañía inigualable de un buen vino.
La cocina, por otra parte, se basa en un menú elaborado sobre la base de gastronomía argentina dividida en tres regiones: noroeste argentino (locro, tamales, carbonada, lentejas, etc.); centro argentino (picadas); y patagónica (ahumados regionales, trucha, ciervo, jabalí, etc.).
Lo distintivo de la propuesta es la carta de vinos con más de 400 etiquetas procedentes de 50 bodegas. Además, el spa permite circuitos con vinoterapia y descorche final de vino o espumante. El tesoro del hotel es la cava, con vinos únicos.
Vinos orgánicos y biodinámicos, en un hotel de la sierras cordobesas
Al pie del cerro Champaquí, máxima altura de las sierras de Córdoba con sus 2.790 metros, y con un clima extraordinario, Hostería & Viñedos Las Jarillas (en San Javier, a 195 de la capital cordobesa) recibe a sus huéspedes en un predio con viñedos propios y una bodega en la que se puede ver y compartir las etapas del proceso de producción de vinos y cervezas artesanales, además de su degustación.
Un dato curioso de la región es que en 2001 se comenzó a recuperar la viticultura de Traslasierra; y Las Jarillas fue la empresa que presentó el primer vino de la zona.
Eligieron este terruño por sus características ideales para lograr uvas con potencial. Su altura (900 msnm), clima, su suelo virgen y su biodiversidad intacta hacen de éste, un lugar único por su sanidad, lo que permite elaborar un vino sano y muy frutado. Con métodos orgánicos y biodinámicos se lleva adelante el manejo de los viñedos. Las Jarillas cuenta con 3.500 plantas de cabernet sauvignon y malbec. La pequeña bodega tiene el equipamiento más moderno para garantizar todas las naturales propiedades de la vid.
Experiencia para los cinco sentidos en Salta
Rodeado del imponente paisaje de los caminos del vino salteños, Altalaluna Boutique Hotel & Spa se encuentra en el corazón de los Valles Calchaquíes, a 1.660 msnm. Muy cerca de Cafayate, en Tolombón, se destaca por su arquitectura colonial española con una casona mítica de 1892.
Desayunos y almuerzos campestres bajo la sombra de añosos árboles, gastronomía regional de altura, pileta, spa y confortables habitaciones con vistas a los viñedos propios y al Valle de Cafayate son el fiel reflejo de distinción y calidez de su entorno natural.
Sus maravillosos viñedos que pueden disfrutarse libremente en caminatas de turismo enológico, la degustación de vinos propios de Bodega Tukma y una exclusiva selección realizada por el enólogo, describen el terruño, causante de la autenticidad del vino y su razón de ser.
Espíritu riojano, en un lugar único
Chañarmuyo Hotel de Vino, en Famatina (La Rioja), combina los recursos originales de un terroir único con el mejor descanso en un entorno natural de una belleza imponente.
Ubicado al pie de la cadena del Paimán, a 1.720 msnm, el hotel se presenta como el lugar ideal donde captar el particular espíritu riojano, saborear la comida regional, vagar por los cerros y reponerse tras los paseos memorables a las minas del Famatina, Chilecito, Cuesta de Miranda, el Parque Nacional Talampaya – Valle de la Luna, la ruta del adobe en la vecina Tinogasta, las termas de Fiambalá y el paso San Francisco a Chile.
Sus diferenciales, además de su ubicación, son los maridajes y degustaciones; platos con ingredientes naturales de estación, preparados en el momento. Todo a mano, por manos expertas. Los vinos son la expresión del terruño y su calidad depende directamente de él. Por eso en Chañarmuyo velan por las vides. Cada uno de los vinos celebra el respeto a la tierra, a su gente, a la tradición y al legado que dejan sus habitantes.