Si te gusta la variedad, seis vinos que sí o sí deberías probar

Vinos, degustación.
Vinos, degustación.

La riqueza vitivinícola es inagotable y hace que nos encontremos con otros tipos de vinos, menos habituales pero de gran calidad.

En el universo del vino, nos encontramos con una amplia diversidad de productos, no solo debido a las distintas variedades de uvas utilizadas, sino también a los procesos de elaboración específicos que se emplean.

Los vinos suelen clasificarse en tres categorías principales: vinos tranquilos, vinos espumosos y vinos generosos, que incluyen variedades como los finos. Sin embargo, existen otros tipos de variedades que presentan mayores desafíos a la hora de clasificarlos, o simplemente no encajan fácilmente en ninguna categoría, pero destacan por su calidad y singularidad.

Entre estos vinos tradicionales que merecen mención especial, encontramos seis que en algún momento, si eres de aquellos que gustan de probar cosas nuevas no deberías dejar de consumir.

  • Oporto: Originarios de Portugal, son vinos dulces generosos elaborados principalmente con la uva tinta Touriga Nacional. Se distinguen dos categorías principales: los Ruby, que envejecen en botella, y los Tawny, que envejecen en barricas. Tienen un alto contenido alcohólico debido a la adición de alcohol durante la fermentación.
Oporto, imagen ilustrativa.
Oporto, imagen ilustrativa.
  • Moscateles: Elaborados a partir de uvas de la variedad Moscatel pasificadas, a las que se les añade alcohol y se someten a un proceso de crianza en botas de roble. Por su método de elaboración, podrían considerarse vinos generosos.
  • Vinos Tostados: Originarios del noroeste de España, se elaboran de manera similar a la pasificación, pero en un entorno controlado y seco, en lugar de bajo el sol. Este proceso busca eliminar el agua de las uvas para concentrar sus sabores.
  • Fondillón: Provenientes de la región del Levante español, se elaboran con uvas de la variedad Monastrell que se dejan sobremadurar antes de fermentar. Luego, se someten a un largo proceso de crianza que puede extenderse hasta diez años.
  • Mistela: Aunque técnicamente no son vinos, se producen mediante la mezcla de mostos sin fermentar con alcohol. Algunas variedades, debido a su alto contenido de azúcares, se conocen como moscateles.
  • Vinos de Hielo: Populares en Centroeuropa y conocidos como Eiswein en alemán, se elaboran a partir de uvas recolectadas en pleno invierno, cuando están congeladas. Posteriormente, se fermentan y maduran en barricas.

Estos vinos, que destacan por sus métodos de elaboración únicos y sus sabores distintivos, contribuyen a la riqueza y diversidad del mundo vitivinícola.

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