La sidra, un clásico en los brindis de fin de año

La sidra, un clásico en los brindis de fin de año
La sidra, un clásico en los brindis de fin de año

Con una historia que data de la antigüedad, pero sin un origen certero, la bebida sigue vigente en las fiestas de fin de año.

Al parecer no existe constancia escrita del verdadero origen de la sidra, aunque las distintas corrientes sobre su historia tienen muchos puntos en común. Algo que es sabido es que la sidra -"sikera" en griego y "sicera" en latín- es una bebida obtenida gracias a la fermentación, total o parcial, del mosto de manzana. 

Como el pan dulce, es indiscutible su consumo en las fiestas de fin de año y, a pesar del protagonismo que cada año van ganando los espumantes para el brindis navideño, la sidra conserva su lugar e, incluso, se renueva en calidad y sabor –en la Patagonia, se elabora también sidra a base de pera- y sorprende a sus consumidores.

Si bien es cierto que los griegos y romanos bebían un vino procedente de la manzana, se desconoce cómo lo elaboraban, aunque los entendidos aseguran que no debía ser muy diferente a la receta actual. En la actualidad, se parte de una selección de distintas variedades de manzanas que otorgan el sabor característico a cada variedad de sidra.

Las manzanas son trituradas y prensadas hasta conseguir un mosto, que posteriormente se fermenta y madura hasta conseguir el producto final.

Mundialmente conocida

En España, la producción de sidra natural históricamente se extendía por toda la cordillera Cantábrica, quedando desde el siglo XIX centrada principalmente en Asturias (región más importante respecto a su producción y consumo), Cantabria, Galicia, País Vasco y Navarra, así como varias comarcas de Castilla y León.

Realmente se trata de una bebida extendida por todo el mundo. En Europa es producida en países como España, Portugal, Francia, Italia, Alemania, Escocia e Inglaterra. En América es producida en México, Argentina, Chile y Estados Unidos.

Ahora bien; existe la sidra natural y la sidra espumosa. Mientras que en el norte de España, mayoritariamente, se consume la sidra natural, en el resto el mundo se acostumbra a consumir la sidra espumosa.

Sidra natural vs. sidra espumosa

Son estos dos los tipos de sidra conocidos en el mundo. La sidra natural tiene un inconveniente y es que conserva sus propiedades organolépticas intactas durante un corto espacio de tiempo, ya que es un producto no estabilizado y se degrada con facilidad.

La producción artesanal de sidra no sería un problema salvo por la obligatoriedad de ser consumida con rapidez. Por este motivo, a mediados del siglo XIX se creó la sidra espumosa o achampanada, a la que se le añadía dióxido de carbono.

La presencia del carbónico forma parte del ritual propio de la sidra y en Argentina es de esta manera que se bebe. Sin lugar a dudas, se disfruta bien 

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