La sede central, ubicada en la provincia de Mendoza, es la principal infraestructura donde se analiza la mayor cantidad de productos.
El Departamento Laboratorio General y los distintos laboratorios de las delegaciones que tiene el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) en el país conforman un sector fundamental en la fiscalización, ya que garantizan analíticamente la genuinidad y aptitud para el consumo de los productos y subproductos de la industria vitivinícola, que se comercializan tanto en el mercado interno como en el externo.
El Departamento Laboratorio General, de la sede central, ubicada en la provincia de Mendoza, es la principal infraestructura donde se analiza la mayor cantidad de productos, ya que atiende la demanda más importante determinada por el gran número de establecimientos inscriptos en su jurisdicción. Además, el INV cuenta con laboratorios en Cafayate, La Rioja, Chilecito, San Juan, San Rafael, General Alvear, Tucumán, Resistencia, Rosario, Córdoba, Buenos Aires y General Roca.
Todos los laboratorios cuentan con el equipamiento básico necesario y, de acuerdo al tipo de producto que se analice, con equipos más específicos, como los cromatógrafos de gases donde se procesa una cantidad importante de muestras de alcohol. También, en los laboratorios que certifican exportaciones de vinos y otros productos vitivinícolas, se puede mencionar a los de absorción atómica.
El Laboratorio General de sede central, por la demanda de la industria, concentra la mayor cantidad de instrumental y de mayor diversidad: espectrómetros de masa (para determinar genuinidad), cromatógrafos líquidos con distintos detectores, cromatógrafos de gases con distintos detectores, ICP, espectrofluorómetros, etc.
Se destaca que la capacidad técnica que poseen los laboratorios del INV es excelente, en comparación con los laboratorios del exterior más avanzados en este rubro.
En cuanto a los recursos humanos, en el país se desempeñan 95 técnicos y 20 administrativos, quienes fueron los responsables, además de la labor diaria, de superar los impedimentos que presentó la pandemia por COVID-19. Por este motivo, los laboratorios del país continuaron trabajando bajo diversas modalidades. Una parte del personal realizó trabajo remoto, otros en forma presencial y algunos en un sistema mixto. Esto permitió cumplir en forma permanente con las funciones que son de su competencia.
Pandemia, un desafío a superar
En el 2020, la irrupción de la pandemia por COVID-19 impulsó al INV a implementar la habilitación de los análisis de exportación por Declaración Jurada, refrendada por la RESOL-2020-32-APN-INV#MAGYP. Simultáneamente se realizaron pericias analíticas de control en los laboratorios fijos de muestras de los mercados interno y externo.
Posteriormente, a través de la RESOL-2021-18-APN-INV#MAGYP, se creó el Sistema Mixto de Tramitación de los Análisis de Exportación. Por un lado, de manera online, el usuario debe consignar por Declaración Jurada en línea, los datos requeridos y las siguientes determinaciones analíticas: masa volúmica, alcohol, extracto seco, azúcares reductores, acidez total, acidez volátil, desviación polarimétrica, sulfatos, cloruros, aspecto, color, aroma y sabor. Por otro lado, al tratarse de un sistema mixto, el trámite se complementa con los análisis especiales que se realizan en el INV, según el destino de exportación. Por lo tanto, el interesado deberá presentar el Formulario Nº 1691 “Solicitud para Análisis de Exportación” con la muestra reglamentaria.
A partir del 1 de septiembre de 2021 se creó el Servicio de Análisis para Bodegas Exportadoras SABE que estableció tres canales para tramitar los análisis de exportación:
. CANAL AZUL: Tramitado el análisis por DDJJ en línea, implementada por RESOL-2020-32-APN-INV#MAGYP.
. CANAL CELESTE: Tramitado por Sistema Mixto (DDJJ y análisis en laboratorios del INV), según RESOL-2021-18-APN-INV#MAGYP.
. CANAL BORDÓ: Tramitado con presentación de muestras según lo normado por RESOL-2017-5-APN-INV#MA.
Estas iniciativas, sumado el trabajo cotidiano del personal de laboratorio, han permitido cumplir con la tarea fiscalizadora, dar respuesta a una situación de incertidumbre impuesta por la pandemia e incluso agilizar el trámite de los análisis de exportaciones, lo que ha sido muy bien recibido en el sector vitivinícola, especialmente por los establecimientos exportadores de vinos y mostos.