La decantación del vino es una práctica fundamental para la degustación óptima.
La cultura vinícola, enriquecida por matices y tradiciones, ha experimentado una notable evolución a lo largo del tiempo. Un aspecto destacado en la degustación de vinos es el proceso de decantación, una práctica que, más allá de considerarse a veces como un ritual, encuentra justificación en fundamentos científicos y prácticos.
La decantación surge como una respuesta a la evolución del vino, un ser vivo que transforma sus características con el tiempo. Este procedimiento tiene dos objetivos esenciales: eliminar sedimentos en vinos envejecidos y airear aquellos vinos que, por sus atributos, requieren abrirse para exhibir toda su magnificencia.
Durante el almacenamiento, el vino puede desarrollar características organolépticas no deseadas, como olores inusuales o aromas de reducción. Aunque estas alteraciones no son perjudiciales para la salud, afectan la experiencia de degustación. La decantación se presenta como una solución a estos inconvenientes, mejorando significativamente la calidad organoléptica del vino.
El proceso de decantación no se limita a un simple trasvase; exige una técnica específica, especialmente en vinos más antiguos, donde una oxigenación inadecuada puede resultar contraproducente. El objetivo es reoxigenar el vino con cuidado para no alterar sus cualidades.
Contrariamente a la creencia popular de que destapar una botella permite una adecuada aireación, los estudios actuales revelan que la oxigenación a través del cuello de la botella es mínima. Aquí es donde los decantadores, generalmente de vidrio con cuello largo y base ancha, desempeñan un papel crucial.
- Para una decantación efectiva, se deben seguir ciertos pasos: evaluar el estado del vino, verterlo suavemente en el decantador para maximizar el contacto con el aire y observar la aparición de sedimentos. Este proceso beneficia no solo a los vinos antiguos sino también a aquellos con un tiempo de guarda considerable, mejorando su expresión y cualidades.
Algunas reglas básicas para una decantación efectiva incluyen evaluar olfativa y gustativamente el vino antes de decantar, verterlo de manera que entre en contacto con el aire, observar sedimentos y cambios de color durante el trasvase, dejar reposar el vino junto a su botella original tras decantarlo, considerar la decantación para vinos con tiempo de guarda y ajustar el tiempo de decantación según la antigüedad del vino.
Además, girar suavemente el decantador para acelerar la oxigenación, especialmente en vinos jóvenes, realizar la decantación justo antes de servir y seleccionar un decantador adecuado en términos de capacidad, material y diseño son pasos esenciales en este proceso. La decantación, lejos de ser un mero ritual, se revela como una herramienta valiosa para potenciar la experiencia sensorial del vino.