La creciente demanda de vinos blancos y rosados avanza, según la Organización Internacional de la Viña y el Vino.
En la última década, el consumo de vino blanco ha experimentado un crecimiento “relativamente rápido”, según un informe de la OIV sobre tendencias vitivinícolas desde principios de siglo. Este incremento se atribuye, en gran medida, a la demanda de vino espumoso. A diferencia, el mercado del vino rosado ha mostrado un crecimiento más moderado después de los impactos de la crisis financiera mundial de 2008. Por otro lado, el consumo de vino tinto no ha logrado una recuperación similar, disminuyendo desde su punto máximo en 2007, según indica la organización intergubernamental.
Este cambio en las preferencias de los consumidores ha llevado a una evolución estructural en el sector vitivinícola mundial. En los últimos 20 años, el vino blanco ha ganado popularidad, especialmente en mercados de vinos espumosos como Estados Unidos, Alemania y el Reino Unido, compensando las disminuciones en consumidores tradicionales como Francia y España.
En cifras, el vino blanco representó el 43% del consumo global de vino en 2021, un aumento de 3 puntos porcentuales desde principios de siglo. Mientras tanto, la proporción de tintos ascendió al 47%, disminuyendo desde poco más de la mitad en las últimas dos décadas. En este contexto, el consumo mundial de vino blanco y rosado ha experimentado aumentos del 10% y 17% desde el año 2000, respectivamente, según datos de la OIV. Contrariamente, el vino tinto ha experimentado una disminución del 15% desde su punto máximo en 2007.
El cambio en la preferencia de los consumidores hacia vinos más ligeros y frescos ha contribuido al auge del vino rosado y espumoso, mientras que los vinos tintos enfrentan una crisis. Giorgio Delgrosso, jefe de estadísticas de la OIV, destaca que “la evolución de los hábitos de consumo ciertamente ha jugado a favor de bebidas más ligeras y frescas”.
Estados Unidos lidera el consumo de vino blanco, con un aumento del 65% en el período 2000-2021. Otros países como Rusia, Australia y el Reino Unido también han experimentado buenos resultados, mientras que Italia, el segundo mercado más grande para este tipo de vino, ha mantenido un consumo estable. En cuanto al vino rosado, Francia representa más de un tercio del mercado, pero el Reino Unido ha sido donde el consumo ha aumentado más rápidamente en las últimas dos décadas.
En lo que respecta al vino tinto, Estados Unidos, China y Alemania encabezan la lista de mayores consumidores, seguidos por Francia e Italia. Aunque China y Estados Unidos han registrado aumentos en el consumo en las últimas dos décadas, el consumo de vino en China ha disminuido desde su punto máximo en 2017. Además, el consumo en Francia, que alguna vez fue el mayor consumidor de vino tinto, ha disminuido casi a la mitad desde principios de siglo.
La producción mundial de vinos ha seguido estos patrones de consumo, con una disminución “notable” en la oferta global de vino tinto, según la OIV. Estos cambios en el panorama del consumo y la producción reflejan una transformación significativa en las preferencias de los amantes del vino a nivel mundial.