Gérald Gabillet, de Cheval des Andes, se refirió a sus objetivos profesionales en la bodega a un año de haberse radicado en Mendoza.
A un año de haberse embarcado en esta aventura de radicarse en Mendoza, junto a su familia, para convertirse en el enólogo de Cheval des Andes, el francés Gérald Gabillet (40), recibió a Guarda 14 en la finca que la bodega tiene en Las Compuertas (Luján de Cuyo) para conversar acerca de los objetivos profesionales que se ha propuesto, los proyectos futuros para la empresa y los que imagina para él y su familia.
En este video, el también director técnico de la empresa hace mención al reconocimiento de James Suckling, el prestigioso crítico que calificó con 100 puntos a Cheval des Andes 2017. "Es una recompensa", dice Gabillet al respecto.
De Burdeos a Mendoza, sin escalas
"Creo que cuando tomé la decisión de venir a Argentina estaba en el momento justo para hacer un cambio. Fue muy especial para mí porque es la primera vez que tengo una experiencia fuera de Burdeos, el lugar donde nací, estudié y trabajé", cuenta el joven enólogo con tono francés, pero en un claro castellano. Y agrega: "Tenía la idea de mudarme, de salir de Burdeos. Imaginaba ir a España, pero terminé en Argentina. La historia fue que Cheval Blanc me propuso venir aquí".
Así fue como Gérald, su esposa y sus tres hijos llegaron a la provincia, sin conocer ni haber pisado nunca suelo argentino.
"Mis niños son chicos y sabíamos que no tomábamos un gran riesgo. Me motivaba venir a desarrollar un proyecto profesional", continúa.
Hoy, al frente de Cheval des Andes, el winemaker asegura que el futuro de la bodega es muy claro para él: hacer un Grand Cru. "Es interpretar lo mejor de un terroir, utilizando nuestra cosecha únicamente. Eso nos permite seguir nuestros cuarteles, delimitar zonas, adaptar la poda a nuestra zona, adaptar el trabajo del suelo y nos permite trabajar con más precisión. Interpretar lo mejor de nuestro lugar y obtener una cosecha que simbolice nuestro lugar", especifica.
Con esto, Gabillet apunta a un objetivo preciso y aclara que no tienen intención de parecer arrogantes ni orgullosos al intentar esta meta. Tiene en mente introducir la marca en el gusto del consumidor de manera tal que cuando se le pregunte cuáles son los tres mejores vinos de América del Sur, Cheval des Andes esté en ese top tres.
"Queremos hacer las cosas en orden; primero, hacer un buen vino y, luego, salir a comunicarlo. Tenemos todo para hacer un gran vino. Estamos muy contentos con el nivel de nuestros productos", detalla.
La misma claridad con la que plantea el futuro para la bodega, la tiene para sus proyectos familiares que incluyen a Mendoza en todo momento. Asegura que su familia se siente muy a gusto; el idioma, poco a poco, deja de ser un obstáculo para ellos; y aclara que le gusta mucho la provincia y su gente por su calidez y por su amabilidad.
"Todo está dado para quedarnos. Es parte de un proyecto familiar y es un lujo poder concretarlo. Hace unos meses viajé a Francia por trabajo y a los pocos días de estar allá, ya quería volver a Mendoza", finaliza.
