Maridaje de vino y chocolate: las claves para hacerlo bien

Maridaje de vino y chocolate: las claves para hacerlo bien
El maridaje de vino y chocolate puede ser muy satisfactorio para nuestro paladar. - Imagen web

Aunque para muchos amantes del vino puede ser un desafío, emparejar estos dos infaltables de la gastronomía puede ser un verdadero placer.

Cada uno por separado, el vino y el chocolate son algunos de los elementos favoritos de nuestros paladares. La explosión de sensaciones que experimentamos cada vez que abrimos una botella de vino o comemos una barra de chocolate es única y juntos pueden llegar a garantizar un viaje sensorial sin fronteras si se los marida bien.

Una torta, en trufas, en caramelos, bombones o en una tableta, no son pocos los que se resisten a acompañar las distintas presentaciones del chocolate con una copa de vino y tienen sus motivos. Es que el chocolate tiene una fuerte presencia que cubre toda la boca y hace difícil distinguir el sabor de cualquier otra cosa que no sean su distintivo sabor de cacao.

Pero difícil no es igual que imposible. Aunque no hay regla escrita sobre piedra que se aplique para la combinación, si hay algunos consejos útiles para lograr el maridaje perfecto y tener una deliciosa recompensa por esta combinación.

Según la publicación de la prestigiosa revista especializada en vinos, Wine Spectator, hay una serie de consejos que ayudarán en la experiencia:

Conseguir un equilibrio en dulzor

Una norma implícita al maridar vinos y postres es que el vino siempre debe ser más dulce que la comida para evitar que este parezca amargo o agrio. Esta regla también se puede aplicar cuando se lo combina con chocolate. Sin embargo, el medio estadounidense remarca que existen algunas excepciones. Por ejemplo, los tintos jóvenes, maduros y secos a veces pueden combinar bien con chocolates con alto contenido de cacao. Los chocolates amargos y agridulces, que tienen suficiente azúcar para tener un sabor “neutro” en lugar de dulce, pueden incluso realzar los sabores de frutas, vainilla y chocolate de esos vinos.

Poner un poco de peso

Como dijimos, el chocolate puede llegar a cubrir toda la boca, algo que puede hacer que los vinos parezcan más ligeros y flácidos. Es por eso que la recomendación del mencionado medio es elegir un vino con cuerpo equilibrado con una acidez vibrante. Los vinos tintos fortificados, con su azúcar, taninos y altos niveles de alcohol, tienen el peso para resistir la riqueza del chocolate.

Emparejar los gustos

El vino y el chocolate pueden ofrecernos una compleja variedad de aromas y sabores. Por eso, lo mejor es buscar vinos dulces con variadas notas que sabemos que combinan bien con chocolate: caramelo, café, nueces, almendras, cerezas, moras, tartas de frutas, especias y, por supuesto, chocolate.

En este sentido, cuando sea posible, lo recomendado es hacer coincidir el vino con el carácter específico de un chocolate. Esto es, si tenemos un chocolate con sabores frutales o una tarta o torta de chocolate y frutas, se puede combinar con un vino que tenga notas de frutos rojos.

Crear un contrapunto

Poder lograr la complementación de cada elemento puede ser un verdadero placer. Llenando los “huecos” que deja el otro, la experiencia puede ser completa con un vino frutado y un chocolate seco.

Darle lugar a la exploración

Las recomendaciones pueden ser muy útiles para la orientación, pero no hay que resistirse a la experimentación con sabores pocos convencionales. Para las diversas presentaciones del chocolate, el vino puede presentarse como el compañero ideal, simplemente hay que encontrarlo. Y el error no debe ser motivo de frustración, sino que también forma parte de la experiencia.

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