Al recorrer los caminos del vino, pasando por las tierras ricas de Luján de Cuyo, un alto obligado es Bodega Roberto Bonfanti. Esta casa vinícola familiar elabora vinos de alta calidad conjugando suelo, clima y tecnología con la pasión productiva y el conocimiento de cuatro generaciones.
La bodega boutique fue creada en el año 2004 por la familia compuesta por Roberto y Stella (agricultores) y sus hijos Alejandro (contador) y Sebastián (ingeniero agrónomo).
Ubicada en Perdriel Este, sus Malbec son de río, ya que se encuentra a un kilómetro al sur del río Mendoza, en antiguos lechos donde se fueron acumulando materiales finos, dando como resultados suelos poco profundos.
Explica su enólogo, Sebastián Bonfanti: “Elaboramos Malbec de estilos diferentes y de terroir. Los viñedos datan de nuestro bisabuelo, que llegó a la Argentina en 1915. Con plantas antiguas que no poseen un gran vigor, más un meticuloso trabajo que realiza mi padre Roberto, logramos uvas delicadas y concentradas que nos permiten elaborar líneas jóvenes, vinos ligeros frescos y frutales sin paso por madera, hasta Gran Reservas de 14 meses de guarda en barriles únicamente franceses, con estructura para guarda prolongada”.
Los viñedos de Bodega Bonfanti se encuentran muy cercanos a las cuchillas de Lunlunta, en un microclima donde las noches llegan a ser un poco más frescas, logrando una maduración más lenta que permite pequeñas notas de pimientas blancas en sus vinos, y así mayor complejidad. “Todos nuestros viñedos están acompañados por olivos centenarios, tal cual la cultura italiana, de donde elaboramos nuestro aceite extra virgen 70% Arauco”, agrega Sebastián.
Agroecología en acción
Al referirse al tema del cambio climático plantea Sebastián Bonfanti: “Nos replantea cada día cómo seguir trabajando nuestros viñedos. Desde el año 2019 trabajamos con el INTA, a través de un convenio de cooperación técnica denominado ´Viñedos Agroecológicos´ por el cual estamos evaluando nuevas prácticas culturales para mitigar la falta del recurso hídrico, mejorar la microbiología de nuestros suelos, el no agregado de herbicidas y la no dependencia de fertilizantes de síntesis químicas”.
En este sentido, las uvas de estas parcelas se elaboran en ánforas de cerámica de origen español, dando resultados muy alentadores a seguir con la conversión de más hectáreas de dicha alternativa. Por eso, explica el enólogo “Observamos y medimos que los viñedos se encuentran menos estresados, con desarrollos más equilibrados en cuento a vegetación/fruta y así dan como resultado vinos más amables, sin perder su concentración”.
También explica que la decisión de utilizar ánforas de cerámica de origen español se dio porque es una crianza intermedia entre el acero inoxidable y el barril, es decir que deja pasar oxígeno en pequeñas dosis, sin el aporte de madera que podría enmascarar los resultados de la experiencia “Viñedos Agroecológicos”.
“Al comparar nuestros vinos clásicos elaborados en tanques o barriles, de viñedos tradicionales y los de ánfora -viñedos agroecológicos- encontramos una gran diferencia. Considerando que no son mejores ni peores, pero sí vemos en esta nueva alternativa que se pueden apreciar vinos que respetan más el terroir, con una máxima expresión de frutas negras y pequeños aportes de pimientas blancas, con una sustancial mejora en frescura y acidez”, comenta Sebastián.
Y añade que “Estamos convencidos de que será una alternativa de mejora para nuestros viñedos, ya que deseamos que los mismos duren 100 años más, expresando características típicas de terroir, sin olvidar que estamos respetando la salud de nuestro planeta y nuestra comunidad”.
Es importante destacar que los vinos elaborados por Bonfanti son exportados en un 40% a Estados Unidos y el resto es comercializado en forma directa a público a través del turismo en sus instalaciones. También en su restaurante “Maris Resto”, ambas áreas desarrolladas por un grupo de personas de excelente calidad en atención y servicio.
El recomendado
Para este Día del Malbec “Recomendamos nuestro Malbec Reserva Lote 1915 2018, que proviene de nuestra parcela más antigua. Es un vino delicado de frutas rojas maduras acompañado de especias como la pimienta blanca, complejo y amable, de 12 meses de guarda en barriles de roble francés”, finaliza Sebastián Bonfanti.