Con un crecimiento que no se detiene en el país, esta cepa se consagró como la segunda más premiada de la primera edición del Concurso Nacional de Vinos de Guarda14.
Sin lugar a dudas, el Cabernet Franc es una de las variedades que más han evolucionado en los últimos años en la vitivinicultura argentina. De ser una de las variedades inexistentes del país hace 30 años, hoy ha cobrado un protagonismo que promete seguir creciendo. Así se vio reflejado en el listado de ganadores del Concurso Nacional de Vinos Guarda14, donde esta cepa fue la segunda más premiada, solo detrás del Malbec, si hablamos de los vinos varietales.
En el certamen organizado por la sección especializada de Diario Los Andes fueron casi 250 vinos los que participaron, de los cuales, el jurado liderado por Cristina Pandolfi eligió los 78 mejores del país. Un dato no menor es que de ese total de premios que se entregó, casi el 10% fueron para el varietal Cabernet Franc, con dos Gran Oro, dos Medalla de Oro y tres con Medalla de Plata. Eso sin contar la presencia en los blends galardonados, donde también se distingue la combinación con el Malbec.
Algo que da cuenta de la evolución que ha tenido en el país es el crecimiento la cantidad de hectáreas plantadas. Para 2021, Argentina registró 1.569,1 hectáreas, pero si nos remontamos en el tiempo, en 1990 había apenas 76 hectáreas, es decir que se registró un crecimiento de más del 2.000% en su superficie. La ininterrumpida plantación se concentró principalmente en los últimos 10 años, donde se sumaron más de 900 hectáreas con el varietal entre 2011 y el año pasado, conforme a las cifras del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV).
Este avance estuvo respaldado por la demanda de los consumidores, que han demostrado que su consumo va más allá de una moda estacional. “El Cabernet Franc es una variedad que estamos descubriendo. Si hoy tuviéramos que vender todo lo que nos piden, no alcanzaría la uva plantada en Mendoza para poder satisfacer esa demanda”, sostuvo Mariano Di Paola, enólogo de Rutini Wines y jurado del Concurso Nacional de Vinos Guarda14,
“Es una cepa que ha encontrado, al igual que el Malbec que viene de Francia, un lugar completamente distinto del cual proviene. En el caso del Cabernet Franc, viene de Bordeaux, con características muy distintas a las de Mendoza. Pero creo que acá encontró un suelo donde tenemos un montón particularidades, lo que lo hace muy único y exótico dentro de lo que es la variedad”, argumentó el afamado enólogo que anotó uno de sus vinos en esta variedad con medalla de Oro.
Cuáles son los mejores Cabernet Franc de Argentina
Los 36 miembros del jurado que se encargó de evaluar todas las muestras a ciegas, determinaron cuáles son los mejores del país. Siguiendo con el orden de publicación avalado por la escribana Silvia Cervós, los premiados fueron:
- Aduentus Cabernet Franc 2018 - Bodega Antigal - Mendoza - Medalla Gran Oro
- Tordos Microvinificaciones Cabernet Franc 2020 - Tordos Wines - Salta - Medalla Gran Oro
- Rutini Single Vineyard Cabernet Franc 2018 - Rutini Wines - Mendoza - Medalla de Oro
- Mi Terruño Reserva Cabernet Franc 2020 - Bodega Mi Terruño - Mendoza - Medalla de Oro
- Altaluvia Cabernet Franc 2019 - Bodega Doña Paula - Mendoza - Medalla de Plata
- Giorgio Gieco Cabernet Franc Single Vineyard 2019 - Bodega Gieco - Mendoza - Medalla de Plata
- Almandino Cabernet Franc 2021 - Bodega Dal Borgo - Salta - Medalla de Plata
El Cabernet Franc en todo el país
De las 1.569 hectáreas cultivadas en Argentina para 2021, la mayor parte se concentró en Mendoza (1.265,4), pero su versatilidad y capacidad de adaptación a diversos suelos y climas ha hecho que el Cabernet Franc esté presente además en San Juan, La Rioja, Salta, Catamarca, Neuquén, Río Negro, La Pampa, Córdoba, Buenos Aires, Tucumán, San Luis, Chubut, Entre Ríos y Jujuy.
Pero si nos vamos más atrás en el tiempo, esta federalización del Cabernet Franc es mucho más notoria. En 1990, las 76 hectáreas existentes se repartían solo en Mendoza (68), Neuquén (6) y La Pampa (2). Incluso, provincias como Córdoba, Tucumán, Entre Ríos, Jujuy y San Luis, sumaron la variedad en los últimos 10 años.
Como lo vimos en los premiados, el Cabernet Franc salteño se ganó su lugar con dos medallas, pero esta provincia tiene apenas unas 41,8 hectáreas plantadas con el varietal. “En Salta no existe mucha superficie con viñedos de cabernet franc, pero, sin dudas, la altura en la que están cultivados, todos por encima de los 1.700 metros sobre el nivel del mar, y los tipos de suelos salteños, le dan características particulares que los hacen únicos”, argumentó Diego Goico, uno de los responsables de Tordos Wines.
Dentro de esta provincia, Cafayate concentra 37,1 hectáreas, mientras que el resto se divide en 4,8 ha en San Carlos y 0,1 ha en Cachi. El Cabernet Franc es la sexta variedad en importancia en la vitivinicultura salteña, detrás del Malbec, Cabernet Sauvignon, Tannat, Merlot y Bonarda.
Goico contó que la experiencia con el Cabernet Franc para Tordos Wines empezó hace poco más de cinco años. “Nosotros en 2016 hicimos pruebas de microvinificaciones de cabernet franc, petit verdot y tannat, buscando la expresión de estos varietales para salir del malbec y cabernet sauvignon y para ver cómo se comportaban y el potencial que tenía cada una. Salieron a la venta todos como Tordos Microvinificaciones y elegimos una para trabajar y tratar de lograr un vino que vaya mejorando añada a añada. Ese fue el Cabernet Franc que a partir de ese año lo elaboramos ininterrumpidamente”.
Tal fue el trabajo que han realizado que hoy los llevó a consagrarse como uno de los mejores del país. “El que participó del Concurso proviene de dos viñedos. Uno está ubicado a seis cuadras de la plaza de Cafayate, con suelo arenoso típico de la zona y donde la nota herbal es predominante. El otro se ubica al sur, sobre la Sierra Oriental, en la zona de Tolombón, a 1.780 msnm, con suelos pedregosos y donde la expresión varietal está relacionado a la fruta y con una complejidad de boca distinta. Luego hacemos un blend que da el producto final”, explicó.
Por último, el referente de Tordos Wines comentó que la idea es seguir creciendo con la variedad. “El año pasado se plantaron en la zona de Tolombón clones importados de Italia, el 214 y 215, con la idea de buscar diferentes aportes al vino final, hablando desde la parte clonal”, concluyó.
