El reconocido crítico estadounidense realizó un informe sobre el estado de los vinos en el país. Hay mucha presencia de etiquetas mendocinas.
El crítico vitivinícola, James Sucklink hizo un informe de los vinos en Argentina. Destacando no solo las variedades que poseen los viñedos sino también la calidad de los vinos. A pesar de que nuestro país es reconocido por el Malbec, el estadounidense hace hincapié en que no es el único vino de excelencia.
“Argentina evoca grandeza en formas diversas más allá de su punto dulce tradicional”, comenta en el escrito. El vino Norton Semillón 1959 de la bodega mendocina tiene una puntuación perfecta. James lo describe como una deliciosa cápsula del tiempo del apogeo del semillón en Argentina. Si bien no es un vino comercialmente importante (solo quedan unos pocos cientos de botellas en el cava de Bodega Norton), se erige como testimonio del auge y la caída del semillón, que fue la segunda variedad de uva blanca más plantada en Argentina hace medio siglo, pero actualmente comprende sólo 800 hectáreas.
El crítico degustó este vino junto al enólogo jefe de Norton, David Bonomi, quien abrió y compartió una botella en la bodega de Perdriel. James comenta que se le puso la piel de gallina con su vitalidad y su final interminable de trufas. “Si bien sé que para un vino de esta edad solo existen grandes botellas, más que grandes vinos, demuestra la excepcional capacidad de crianza del semillón argentino”, indica.
La cosecha más fresca de este varietal blanco fue la de 2021, un gran año para el semillón. Muchos de los vinos mostraron una excelente frescura y tensión, debido a las condiciones climáticas que se mantuvieron durante la maduración de la fruta, dando bayas muy dulces por los calores de esa temporada.
“Casi todas las personas con las que hablamos estuvieron de acuerdo en que 2021 era la añada soñada de un enólogo, donde podían cosechar a su propio ritmo después de un 2020 cálido, corto y afectado por el Covid”, agrega el crítico.
Pese a la incertidumbre por la pandemia durante la cosecha de uvas, las bodegas lograron concretar su trabajo y hacer vinos exquisitos. Paul Hobbs de Viña Cobos en Mendoza también se entusiasmó con la cosecha 2021, calificándola como la mejor de los últimos 10 años. “Y eso es mucho para decir considerando 2017, 2018 y 2019″, dijo.
Un punto para los vinos de Salta y Valle de Uco
Otra de las marcas seleccionadas por el estadounidense fueron los vinos de Zuccardi, los cuales resaltan la concentración natural por sus viñedos de bajo rendimiento, respaldados por el equilibrio que aportan las uvas de 2021. El vino que considera el mejor es Matervini Malbec Valles Calchaquíes Imposibles 2021 de Pucará de Angastaco, que se encuentra a una altura de más de 2200 metros en Salta. Este vino muestra una frescura notable y una excelente concentración, longitud y potencia.
Para Laura Principiano, enóloga jefe de Zuccardi en Mendoza, 2020 y 2021 fueron añadas maravillosas pero con condiciones climáticas muy diferentes. “2020 fue más cálido que 2021, por lo que la cosecha fue temprana y la ventana de recolección fue muy corta”, dijo. “Muchas uvas y paquetes maduraron al mismo tiempo. 2021 fue mucho más fresco, por lo que las condiciones propiciaron una cosecha más fácil. Logramos cosechar a nuestro propio ritmo”.
La alta calidad de vinos de esta marca se ejemplifica también en Zuccardi Malbec Valle de Uco, Paraje Altamira, Finca Canal Uco 2020. Un tinto profundo, prístino, puro y fresco con taninos ultrafinos e inmaculados. Es un vino concentrado que muestra confianza en su complejidad cruda de lugar y fruta. “Mendoza es austera [en su paisaje], y hacemos vinos de montaña, entonces los vinos deben mostrar el lugar”, le comento Zuccardi a Suckling.
Vinos austeros y deliciosos
Hablando de austeridad mineral el ex editor de Wine Spectaror se refiere a uno de los cabernet franc argentinos más destacados. El hombre se refiere a El Enemigo Cabernet Franc Gualtallary, Gran Enemigo Single Vineyard 2019 , el primer vino de este varietal sudamericano en obtener la calificación más alta de James Suckling.
Este vino es hecho en una parcela de 1,5 hectáreas en Gualtallary, y se distingue por la frescura nerviosa y la tensión mineral de los suelos complejos y ricos en carbonato de calcio del viñedo. “Tiene una textura deliciosa con taninos harinosos y calcáreos que se disuelven en el paladar, subrayando la pureza que vino con la cosecha 2019, seca y moderadamente fresca, que fue un año verdaderamente grandioso en Mendoza, especialmente en el Valle de Uco, y uno que será recordado. por mucho tiempo”, especifica el crítico.
Otra botella top de Gualtallary que mostró una austeridad mineral similar a la de esta añada excepcional fue Bemberg Estate Wines Gualtallary Valle de Uco Pionero 2019 . Esta es la potencia de Bemberg de malbec, cabernet sauvignon y cabernet franc, con una estructura densa pero cohesiva similar a la de Chateau Latour, profundidad fascinante y mineralidad que envejecerá sin esfuerzo.