Descubre la historia y la pasión detrás de las reconocidas Bodegas Domingo Hermanos y Domingo Molina en Cafayate, Salta. Rafa Domingo, enólogo y heredero de la tradición vinícola, comparte sus experiencias y visiones para el futuro del vino en la región.
En una charla exclusiva, Rafa Domingo, enólogo y uno de los propietarios de Bodegas Domingo Hermanos y Domingo Molina, revela los inicios y la evolución de estas dos destacadas bodegas ubicadas en la pintoresca región de Cafayate, Salta.
La historia comienza en 1977, cuando la Bodega Domingo Hermanos fue fundada por su padre, Palo Domingo, y su tío Martín Domingo. Inicialmente dedicada a la producción de vino a granel, la bodega pronto incursionó en la comercialización de vino en damajuana, una tradición que perdura hasta hoy. “Esa bodega, hoy en día sigue creciendo, también tiene líneas de vinos jóvenes y algunas reservas y estamos haciendo una modificación de algunos vinos y creando vinos nuevos”, nos cuenta Rafa.
En el año 2000, la segunda generación de la familia da vida a la Bodega Domingo Molina, ubicada en Yacochuya Norte, a 8 km de Cafayate. “la fundamos Osvaldo, Gabriel y Rafael, los 3 hermanos, y su nombre es en homenaje a nuestros padres, el Palo Domingo y Leonor Molina”. Con un enfoque en altitudes superiores a los 2000 metros, la bodega busca resaltar las características únicas que el terruño aporta a sus vinos, expresando frescura, especias y la esencia misma de Salta.
Al preguntar por las características distintivas de los vinos, Rafa destaca la versatilidad que les brinda el tener dos bodegas. Domingo Hermanos se especializa en vinos de la parte baja del Valle Calchaquí, mientras que Domingo Molina se aventura en altitudes que potencian la tipicidad salteña. La gama incluye desde vinos jóvenes hasta reservas, mostrando la diversidad de la región.
¿Cuál es su vino estrella y por qué?
Es difícil elegir un vino de todos los que hacemos. Sí, si tuviéramos tomar algunas elecciones sería muy difícil porque Domingo Hermanos en el país está muy identificada con el vino de damajuana, que un vino que tiene realmente características de Salta y permite que, por su envase, su forma de comercialización que esté presente en muchas de las mesas tanto al mediodía como de la noche. Creo que el torrontés que se hacen damajuana es una de las estrellas de Domingo Hermanos.
En Domingo Molina tenemos varios vinos, tenemos homenaje a nuestros padres tanto un blend de Malbec Cabernet que es Palo Domingo y un Cabernet Sauvignon 100% que Leonor Molina, que son los nombres de nuestros padres. Pero también tenemos vinos que nos enorgullecen, por ejemplo, Rupestre que es un vino que nosotros queremos mucho. Es un vino que sale de un de un pequeño Valle a 60 km de Cafayate y que muestra características tanto de concentración y como frescura a la vez que siempre nos sorprenden.
¿Cuáles son tus expectativas de crecimiento, tanto de la bodega como de los vinos que se producen en la zona en general?
Yo creo que Salta viene creciendo, cumpliendo las expectativas que todos los que elaboramos vinos en salta, y acá hablo como zona, que cada vez nos dan más alegrías. Demuestra cada vez que hay un potencial muy grande, que el techo está muy alto y eso nos permite que, día a día, nos demos el lujo de seguir soñando, de seguir apostando, de seguir buscando nuevos terruños, nuevas zonas, para mostrar que no hay un solo estilo de vinos en Salta, que se pueden hacer vinos en la parte baja y en las partes muy altas, y que cada uno tiene una característica. Estoy convencido que el que el futuro ahora es evolucionar en micro terruños, en buscar pequeñas zonas, que empiecen a dar diferentes características y diferentes perfiles.
Nosotros como empresa tenemos un crecimiento, estamos creciendo hoy en día, ya no tanto en cantidad, sino tratando de evolucionar en calidad. Buscamos encontrar pequeños detalles que sumen a que la calidad de nuestros vinos sea un poquito mejor año a año con cada cosecha.
Sabemos que esto demora tiempo, que esto toma tiempo, que esto toma esfuerzo. Los cambios grandes ya fueron, ya los tuvimos y que ahora lo que necesitamos es una sumatoria de pequeños pasos para tener grandes cambios. Entonces estamos con muchas expectativas, año por cada cosecha hay un trabajo muy fuerte en viñedo. Venimos tecnificando, aprendiendo, tratando de cada día conocer un poquito más el terruño. Sabemos que ahí está una de las claves hoy en día. Y en bodega, tratar de interpretar, primero, el perfil de vinos que buscan los consumidores y segundo, tratando de mostrar el potencial que tiene el Valle. nosotros. Siempre decimos que somos cafayateños y algo de lo que queremos es tratar de llevar un poquito de Cafayate en cada botella de vino. Que nosotros podamos aportar un estilo en los vinos pero que la tipicidad de Cafayate siempre este presente.
Con una mirada centrada en el viñedo y la interpretación del perfil buscado por los consumidores, Rafa y sus hermanos buscan llevar un pedazo de Cafayate en cada botella, destacando la autenticidad de la región en cada sorbo. La pasión por el vino y el deseo de transmitir el potencial de Salta resuenan en cada palabra de Rafa Domingo, un embajador apasionado de la tradición vitivinícola de Cafayate.