Así como sucede en el resto del mundo, la búsqueda de productos orgánicos es una tendencia que, afortunadamente, pisa cada vez más fuerte en Argentina. Cada día hay más conciencia sobre el respeto por el medio ambiente, así como por lo que comemos y bebemos.
El mercado del vino nos exige estar siempre en movimiento, no sólo con nuevos productos, sino también buscando nuevos consumidores, a los cuales muchas veces se llega con productos diferenciales y novedosos, pero, sobre todo, escuchándolos.
La realidad es que los enólogos siempre estamos trabajando en nuevos espumosos: algunos salen al mercado y otros quedan en la bodega, hasta encontrarle el punto justo que, en mi caso, represente “el espíritu Cruzat”. En el mundo vitivinícola nada se hace de un día para el otro; son años de planeamiento, de estudio, de vendimias y de mucho esfuerzo.
Cuando en Cruzat decidimos apostar a nuestro primer espumoso orgánico, sabíamos que estábamos en el camino correcto. La realidad es que, de la mano de un consumidor cada vez más comprometido con los productos que lleva a su mesa, los vinos orgánicos y sustentables son una tendencia que crece de forma sostenida: hoy, es cada vez más fácil encontrar este tipo de vinos en las góndolas. Y teníamos que estar presentes.
La apuesta orgánica
En el cultivo de uva orgánica es muy importante realizar un trabajo de prevención día tras día, evitando tener que realizar curaciones que necesiten productos químicos. Para la prevención se utiliza cobre, azufre y mucho trabajo en la viña, durante todo su proceso de madurez.
Para nosotros, la certificación orgánica es una herramienta que nos permite ofrecer transparencia y mostrar nuestro permanente compromiso con el terroir y el medio ambiente. Es decirle al consumidor que nuestro producto pasó un importante protocolo de producción y controles que confirman que nuestro espumoso es 100% orgánico. Que cada proceso de elaboración está certificado y cumple con los requerimientos internacionales para llevar el sello en su etiqueta.
Un mercado en ascenso
Según los últimos datos difundidos, en 2020 el 2,5% de la producción vitivinícola argentina era orgánica. En 2022, los viñedos orgánicos argentinos corresponden al 4,4% del total cultivado en el país.
Y mirando hacia el mercado externo, se estima que la exportación de vinos orgánicos aumentó un 85,6% en los últimos 10 años: es el segundo producto orgánico exportado de origen vegetal, luego del azúcar de caña.
Nosotros lanzamos el Cruzat Orgánico a finales del 2021. Es un Single Vineyard de partida limitada del que sólo elaboramos 5.000 botellas… y se agotó en menos de 2 meses. Eso demuestra que, lejos de haber sentimientos negativos hacia un producto orgánico, hay cada día más consumidores que comprenden su importancia, desde el compromiso hasta la calidad que ofrecen. En 2022, elaboramos más de 15.000 botellas y hoy representa uno de los productos que más orgullo nos genera.
Desde hace casi una década, existe la Feria de Vinos Orgánicos y Sustentables: un encuentro al que decidimos sumarnos con este espumoso y que está dedicado íntegramente a comunicar y dar a conocer este tipo de producción comprometida con el medioambiente. Es un público que, sin dudas, conoce y busca profundizar su elección.
La uva en su máxima expresión
Cruzat Orgánico es un 100% Chardonnay, elaborado bajo el método tradicional o Champenoise con uvas procedentes de los viñedos orgánicos ubicados en la región de Luján de Cuyo.
Es un Nature que tuvo una segunda fermentación en botella durante seis meses. Para su elaboración, decidimos no agregarle licor de expedición para así poder preservar su origen natural y expresar todo el potencial del viñedo y sus características particulares.
Conclusión
Actualmente son muchos consumidores los que entienden que todo producto orgánico genera un impacto positivo en el suelo, en el agua, en la biodiversidad y también en lo que ingerimos. Creemos que es una responsabilidad de todos dejar a nuestros hijos un mundo mejor y enseñarles el compromiso del cuidado por el medio ambiente y una alimentación saludable.
*La autora es Enóloga de Bodega Cruzat y Socia de A.MU.V.A.
“Las opiniones vertidas en este espacio no necesariamente coinciden con la línea editorial de Diario Los Andes”.