Ubicado en Los Chacayes, Tunuyán, y con casi 400 hectáreas a disposición, Ushay Forestal SRL lleva adelante una propuesta que acaba de inaugurar su propio restaurante.
A 100 kilómetros de la Ciudad de Mendoza, en la localidad de Los Chacayes, más precisamente en el corazón de la finca Los Arbolitos, en los últimos días abrió sus puertas El Hornero, el restaurante de La Morada Life, uno de los proyectos inmobiliarios y hoteleros más ambiciosos del Valle de Uco y Mendoza, donde se desembolsará una inversión total que supera los 15 millones de dólares.
El proyecto es desarrollado por Esteban Rosberg, Andrés Rosberg, Federico Zavala y Edward Holloway y consta de dos grandes fideicomisos que le permitieron a la firma Ushay Forestal SRL no solo tener un viñedo de casi 300 hectáreas plantadas de donde salen algunos de los mejores vinos de la región, sino que ahora tendrán uno de los alojamientos más importantes de la zona, con suites 32 completamente equipadas, cada una de 40 m2 cubiertos y 28m2 de galerías semicubiertas.
En un orden cronológico de la millonaria inversión, todo comenzó en 2006 con un fideicomiso con una visión agrícola para darle vida a “Los Arbolitos”.
“A lo largo de cinco años reunimos aproximadamente 105 inversores de todo el mundo que se apasionaron con la idea de ser parte de un proyecto agrícola-vitivinícola. ¿Por qué elegimos esta modalidad? Porque la idea era que puede resultar más fácil producir uva que vender vino, porque hay muchos, pero todos necesitan de una buena materia prima y eso es lo que estamos haciendo. Quisimos ‘descomoditizar’ la uva dándole una característica propia, algo que con el tiempo hemos ido adquiriendo. En muchos casos hemos conseguido mejores precios que nuestros vecinos porque hay reconocidos single vineyards que se hacen con nuestra uva”, comenzó contando Esteban Rosberg.
En esa primera etapa también surgió la idea de avanzar en un desarrollo inmobiliario, pero la crisis financiera de 2008 hizo que muchos de los inversores se retiraran del proyecto, postergando un poco más la idea. “Quedó todo medio empantanado y, como líder de esa parte del proyecto, me quedé sin energía para resucitarlo”, contó Rosberg.
Antes de poner en marcha lo que hoy es La Morada Life, el grupo experimentó el modelo con Fierro Hotel Buenos Aires, donde ellos tienen a cargo la administración de las habitaciones, donde cada uno de los inversores es propietario de una y recibe dividendos por el funcionamiento del hotel.
“El año pasado se sumó un arquitecto amigo, Federico Zavala, y con Edward (Holloway) decidimos reflotar el proyecto. Luego reincorporamos a Andrés (Rosberg) porque nos daba el vínculo con el mundo del vino que es central. Armamos un fideicomiso hotelero especial y al break & breakfast que ya teníamos con La Morada Lodge decidimos sumarle hasta 32 tiny houses que son suites de manejo hotelero para tener capacidad de alojar a mucha gente, porque la zona tiene la demanda. Salvo el año de pandemia, hemos tenido una ocupación media anual del 60%, que con la estacionalidad que tiene Mendoza es algo increíble”, argumentó el economista y padre del reconocido sommelier.
Una inversión millonaria en el mundo del vino
La inversión total que se ha logrado entre el desarrollo vitivinícola y el inmobiliario y hotelero podría superar los 15 millones de dólares. “El fideicomiso inicial lleva 12 millones de dólares invertidos y cero dividendos a lo largo de 15 años, por lo que los inversores están esperando a ver qué hacemos para que eso mejore. El proyecto tiene dos promesas: una, la capacidad que tiene nuestra uva de generar valor; la otra, el día que se venda el inmueble, la persona que ingresó saldrá con una ganancia, pero para eso se necesita una economía en orden y eso no es así hoy”, explicó Rosberg.
En cuanto a la división inmobiliaria y hotelera, el fideicomiso creado para la La Morada Life Hotel, de 32 unidades, ofrece a cada una de ellas en un promedio de 100 mil dólares con un rendimiento estimado de entre el 10% y 12% anual. Pero no es lo único, también en el terreno que está rodeado de los viñedos y con todo los amenities a disposición también se puede acceder las Life Pods, que son 30 unidades de dos dormitorios cada una que podrían generar un retorno a los propietarios si se suma al manejo hotelero mientras no están ocupadas. Por último, están las 44 unidades de Life Homes, casa de tres dormitorios, piscina privada, terrazas y otros detalles. Por lo tanto, como mínimo, en caso de vender todas las unidades del fideicomiso, la suma llegaría a unos 3,2 millones de dólares más al proyecto.
El resultado final
La inauguración de El Hornero es el puntapié inicial de la etapa final del proyecto. El espacio funciona hoy donde La Morada Life tenía sus cuatro suites iniciales, donde seguirán funcionando tres. A eso, hacia finales de marzo se sumarán las primeras cuatro unidades tiny houses, con la proyección de que para 2024 las 32 puedan ya estar en funcionamiento.
El restaurante buscará convertirse en referencia de la gastronomía local y los platos giran en torno a la cocina de hornos, algo característico de Mendoza. El menú está diseñado íntegramente por Edward Holloway, mientras que Andrés Rosberg, ex presidente de la Asociación de la Sommellerie Internacional, se encarga de la selección de los vinos y la administración de la cava subterránea, que cuenta con una capacidad aproximada de ocho mil botellas.
La carta guarda un lugar importante para fiambres y embutidos nacionales e importados, para los cuales se restauró una antigua cortadora Berkel de los años sesenta. Entre los platos diseñados por Holloway se destacan también las empanadas de chivo y queso de cabra, los langostinos enteros a la chapa con huancaína, o la ceja ahumada con ajos confitados y salvia. En cuanto a los postres, el crumble con frutas de estación, tomillo y torrontés y los helados de elaboración propia.
Respecto a los vinos, Rosberg destacó: “Nuestra cava es un homenaje a los grandes vinos que Argentina produce. Por supuesto que hay un foco en la IG Los Chacayes y el Valle de Uco, ya que trabajamos codo a codo con nuestros vecinos. Pero también queremos honrar el trabajo de los viñateros del resto del país, por lo que seleccionamos meticulosamente etiquetas que provienen desde Chubut hasta Jujuy”.