Los cambios de hábitos de consumo harán crecer la industria del whisky escocés

Las bebidas alcohólicas pueden generar una industria muy importante para un país o región a nivel productivo. En Argentina lo vemos con la vitivinicultura, que es una de las economías regionales más importantes. Si la industria logra crecer, crece también la economía misma.

Quizás el mejor ejemplo a nivel internacional sea el whisky escocés, que según datos de la Scotch Whisky Association (SWA), concentró en 2020 el 75% de las exportaciones de alimentos y bebidas de Escocia, el 21% de todas las exportaciones de alimentos y bebidas del Reino Unido y el 1,4 % de todas las exportaciones de bienes de esa nación.

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Según el informe de este organismo, la industria del whisky escocés aporta 5,500 millones de libras esterlinas en valor añadido bruto a la economía del Reino Unido. De allí la conclusión sobre la importancia que puede tener la industria de las bebidas alcohólicas, que de lograr un crecimiento, impactará positivamente en miles de puestos de trabajo y en la propia economía.

Recientemente, un relevamiento de la consultora Global Market Insights aseguró que los ingresos del mercado del whisky escocés superarán los USD 85 mil millones para 2027. Esto gracias a la creciente demanda por parte de un tipo de consumidores de bebidas premium, que tiene su justificación en la percepción del whisky como signo de estatus social. O a esa conclusión arribó la consultora.

A este crecimiento y por las mismas causas se le suma también la proyección sobre el mercado mismo de scotch, que según Global Market Insights Inc, para el mismo año 2027, alcanzará los 33 mil millones de dólares. Esto significa una tasa de crecimiento anual de 6,7% durante ese período.

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El whisky escocés es uno de los más prestigiosos, en especial en su formato single malt, que recoge amantes en todo el mundo, con grandes marcas que lo respaldan. Según los datos de la Scotch Whisky Association, 44 botellas de 700 ml se exportan por segundo desde Escocia a más de 180 mercados en el planeta. Esto significa un total de 1.300 millones por año.

En 2021, las exportaciones de whisky escocés tuvieron un valor de 4.5 mil millones de libras esterlinas.

Con respecto a la generación de empleo en Escocia, la industria tiene empleadas a más de 11.000 personas de manera directa. Unos 7.000 de esos empleos se ofrecen en zonas rurales, contribuyendo a estas economías. En tanto que otras 42,000 fuentes de trabajo en todo el Reino Unido son apoyadas por la industria o se relacionan con ella de manera indirecta.

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Con respecto a la generación de empleo y divisas desde el punto de vista turístico, en 2019 hubo 2,2 millones de visitas a las destilerías de whisky escocés, lo que convierte a la industria en la tercera atracción turística más popular de Escocia. Esto según los datos de la misma asociación.

Dos de cada tres visitantes de las regiones protegidas productoras de whisky son extranjeros. Este segmento de la industria tiene contratados a más de 1,200 personas.

En definitiva, Escocia es un buen ejemplo de que la inversión y la planificación en el largo plazo puede hacer que una industria no sólo se potencie a sí misma sino que contribuya al ecosistema productivo de un país. Para eso, claramente necesita de un contexto macroeconómico favorable.

Sin embargo, los cambios de hábitos de consumo hacia la premiumización de las bebidas alcohólicas es un proceso que afecta a otras industrias, como la del vino, y es necesario atenderlo.