El CEO de la bodega A16 habló sobre las expectativas de cara a la vendimia y la actualidad de la industria.
En las semanas previas a la vendimia, las bodegas ya tienen a disposición información que les permita condicionar las expectativas de cara a una nueva cosecha. Así sabrán si pueden mantener los volúmenes de producción -se sabe que será una de las peores cosechas en los últimos cinco años-, los estándares de calidad y por qué no, dar un salto cualitativo.
La bodega A16 es una más de las que sorteó la pandemia de la mano de sus vinos premium y un enoturismo con distintas propuestas para el público mendocino. Con el CEO de la bodega, Mauricio Boullaude, hablamos de la actualidad de la industria y de vinos, por supuesto.
¿Qué expectativas hay de cara a la cosecha 2022?
Estimamos una caída del 15% en volumen con respecto al año pasado. Principalmente porque hubo heladas tardías en octubre. Es probable que los racimos pesen menos. Respecto a la calidad, consideramos que mantenemos el nivel. Es normal que cuando cosechamos menos, la calidad puede mejorar. Pero eso no lo vamos a saber hasta que hagamos el vino.
¿Cómo se administra la merma del volumen? ¿Determina el precio?
La vitivinicultura se maneja de manera independiente de los costos del productor, la inflación, etc. Está muy regida por la oferta-demanda. Muchos años hemos tenido inflación alta, corrida cambiaria, pero mucha mucha oferta; y los precios aún han sido bajos. Yo estimo que por lo menos va a estar un 50% arriba del precio, más o menos en torno a la inflación. Pero no hay una fórmula específica. El mercado sabe que viene menos volumen, hay mucha expectativa -demanda-, el consumo del vino no se afectó; entonces podemos esperar que el precio suba.
¿Cuáles son los principales desafíos?
Evidentemente lo principal es que necesitamos invertir más en la promoción a la exportación, porque es la salida de Argentina. El mercado interno se achica hacia un consumo de vinos de alta gama. El problema es que se han ido suspendiendo las principales ferias internacionales. El desafío es volver a llegar a los mercados internacionales.
Por supuesto, el tema de las botellas es un tema de preocupación. Otro tema es la falta de contenedores. Eso hace que los precios, dependiendo del destino, se hayan duplicado, triplicado y hasta cuadriplicado. Argentina es un país muy distante de los mercados internacionales. Además, a veces no se consiguen y esa demora puede quebrar el stock. Te obliga a manejarte con una mayor predicción.
¿Es factible y rentable un hub de fraccionamiento en algún lugar estratégico?
Es posible pero no para vinos de alta gama, porque para que sea rentable se necesita mucho volumen. No se puede enviar un contenedor con 40.000 botellas a un mercado específico. Es posible pero no es lo ideal. Después hay un tema de calidad, porque una cosa es embotellar en la bodega con el enólogo y otra es terciarizarlo. Lo que nosotros sí hacemos es abrir nuestro propio hub para exponer mercadería y agilizar la logística. Mandamos un contenedor completo de vinos a Europa, por ejemplo, y tenemos la mercadería a disposición del mercado rápidamente para distribuir desde ahí.Lo hacemos en Europa y Estados Unidos.
¿Cómo sortearon la caída del consumo de enoturismo?
Nosotros fuimos exitosos durante la pandemia en enoturismo, porque le dimos propuestas interesantes a los mendocinos. Sobre todo a los jóvenes. Le sacamos la premiumización a la oferta y le dimos una opción más accesible para disfrutar de una copa de vino, más allá de que todos nuestros vinos sean premium. De un consumidor internacional esperamos que compre el vino más caro pero nosotros apostamos a que el joven pueda disfrutar un muy buen vino a un precio razonable. Por eso crecimos en pandemia.
¿Las propuestas accesibles y descontracturadas llegaron para quedarse?
Yo creo que pueden convivir las dos. De hecho nosotros ofrecemos un menú de tres pasos un domingo al mediodía y jueves, viernes y sábado los sunset. El desafío es no perder el turista local.
¿Tenés un vino preferido de la bodega?
Es como preguntarme si tengo un hijo preferido (risas). A mi me gusta mucho el Civil 757 Grand Vino.
¿Y varietal predilecto?
En la bodega tenemos un muy buen Petit Verdot, que no es muy conocido y la verdad se da muy bien en Luján. De esa uva tenemos dos vinos: uno en la línea Blend de Terroirs y otro en Punto Ar Nuit, que es la línea en la que cosechamos noche. Es un vino de un precio más acomodado y es fantástico. El Petit Verdot es un varietal que vale la pena probar.
La finca en Perdriel de la bodega es de 240 hectáreas y tiene sembradas 80 hectáreas con uvas tintas. Las blancas son adquiridas en el Valle de Uco. Los vinos de A16 son distinguidos en Argentina y otros mercados.
