El vino orgánico toma cada vez más popularidad, estudios confirmaron que eran los más elegidos por los jóvenes pero ahora la premisa indicaría una ventaja con respecto al consumo y dolores de cabeza que provoca el alcohol en el organismo.
El vino orgánico es un producto hecho a base de uvas cultivadas orgánicamente y certificadas como tal, esto quiere decir que no han sido utilizados productos químicos en el proceso de cultivo y vinificación. Muchos conocedores de esta bebida defienden que sus dolores de cabeza y resacas son menos severos.
La experta en uvas y vinos de la Universidad de California, Anita Oberholster, destacó: “Existe una percepción generalizada de que cuando bebes algo más limpio, estás bebiendo algo más saludable”. Pero luego de decir esto aclaró para The New York Times que no hay nada confirmado.
Si analizamos entonces podemos decir que el vino orgánico es puede ser más sano aunque tiene un alto componente de marketing que vende esa imagen. Para averiguar más sobre esta bebida se realizó una lista de características que afirman o niegan la premisa de que da menos resaca.
Un argumento recurrente es que los vinos convencionales pueden estar cargados de pesticidas tóxicos, mientras que los vinos naturales, cultivados con prácticas de viticultura orgánica, no lo están. Según el Dr. Oberholster: “Los niveles de pesticida permitidos en el vino son apenas detectables. Los niveles están muy por debajo de cualquier cosa que pueda afectar la salud humana”.
Los vinos orgánicos provocan resacas más leves
Existe la sensación entre los aficionados de que el vino orgánico es menos dañino para su constitución general. Alice Feiring, una célebre escritora de vinos de la ciudad de Nueva York, afirmó: “No quiero sonar como otros fanáticos sobre esto, pero el vino orgánico realmente se siente mejor en tu cuerpo”, aunque tuvo cuidado de señalar que esto no era una afirmación respaldada científicamente.
Debido a que el vino natural tiende a tener un nivel de alcohol por volumen más bajo que los vinos convencionales, algunos dicen que es más fácil de procesar al día siguiente. Andrew Waterhouse, profesor y director del Instituto Robert Mondavi de Ciencias del Vino y los Alimentos de la Universidad de California, dijo que el vino natural no iba a aliviar la mañana siguiente.
Los investigadores agregaron que no hay absolutamente ninguna prueba de que la resaca de vino natural sea menos severa, lo que sí recomiendan es que siempre se lean las etiquetas para conocer la graduación alcohólica que posee.
Otra afirmación frecuente es que tanto los sulfitos añadidos como los naturales en los vinos convencionales son perjudiciales para la salud humana. Es cierto que, en exceso, la exposición al sulfito puede causar una variedad de problemas, incluidos dolores de cabeza leves y deshidratación, y dificultad respiratoria grave.
Actualmente se permite legalmente que el vino convencional contenga 350 partes por millón de sulfitos, mientras que el vino orgánico limita los niveles de sulfitos a 100 partes por millón, pero por lo general contienen mucho menos que eso. Amarat Simonne, profesora de seguridad alimentaria en la Universidad de Florida ha investigado los efectos de los sulfitos en la salud humana. Expresó que a menos que se encuentre entre el 2 o 3 por ciento de las personas que sufren de intolerancia a los sulfitos, la exposición a los niveles de sulfitos permitidos legalmente en alimentos y bebidas no afectará negativamente su salud.