No es fácil combinarlos. A continuación, te dejamos unos tips para que puedas lograr un sabor único y distintivo a la hora de maridar estas dos exquisiteces.
El chocolate de alta calidad abre un mundo de posibilidades gastronómicas, ofreciendo emocionantes opciones de maridaje más allá de la típica elección de vinos dulces. Al igual que el vino, el chocolate es una experiencia sensorial influenciada por el tipo y origen, creando un intrigante terreno para explorar armonías entre ambos productos.
La afinidad entre la uva y el cacao, ambos apasionados por su origen y la diversidad de variedades, crea un ambiente ideal para la búsqueda de combinaciones deliciosas. La clave para disfrutar plenamente de la unión entre vino y chocolate radica en encontrar puntos de afinidad o contraste, donde la subjetividad juega un papel fundamental.
Aquí algunas combinaciones que han demostrado funcionar especialmente bien:
- Chocolate cremoso con vinos blancos no dulces: Chocolates con menor porcentaje de cacao, como el chocolate con leche al 50%, maridan excelente con vinos blancos no dulces. La combinación permite que los sabores contrasten y se complementen, equilibrando el dulzor del chocolate.
- Chocolate negro con alto contenido de cacao y vinos rosados: Chocolates oscuros con un 70% u 80% de cacao combinan perfectamente con vinos rosados que destacan por sus notas afrutadas y florales. Esta armonía complementa el carácter intenso y complejo del chocolate negro.
- Chocolate negro con más del 70% de cacao y vinos tintos con crianza: Una combinación audaz y sofisticada. Tanto el chocolate negro de alto porcentaje de cacao como los vinos tintos con crianza comparten sabores terciarios y matices amaderados, creando una experiencia culinaria excepcional, especialmente con platos principales que involucren carne.
- Chocolates con sabores adicionales y vinos blancos dulces afrutados o con toques cítricos: Chocolates con frutos rojos, naranja, café, almendras, encuentran en los vinos blancos dulces su complemento perfecto. Un moscatel, por ejemplo, puede resaltar las notas cítricas de un chocolate con sabor a maracuyá, creando una sinfonía de sabores exóticos.
La elección del vino para acompañar tu chocolate preferido es una experiencia personal y emocionante. No existe una regla única, ya que las preferencias varían de persona a persona. Sin embargo, tanto el vino como el chocolate ofrecen un abanico de sabores y sensaciones que, cuando se combinan cuidadosamente, pueden dar lugar a experiencias gastronómicas extraordinarias. La próxima vez que desees disfrutar de un buen chocolate, considera explorar estas opciones de maridaje y descubrirás un mundo de placer culinario.