Hablamos con tres comerciantes sobre los beneficios del programa “Vino cercano” y los prejuicios que debe derribar.
En el marco del Día del Vino Argentino como Bebida Nacional, en Instituto Nacional Vitivinícola estrenó un nuevo programa de comercialización de vinos mediante envases retornables de 2 litros y 2,5 litros.
La propuesta, por aquel entonces llamada “Vino Cercano’', tenía como objetivo fortalecer la industria mediante una nueva herramienta de venta que se inserta como complemento de la botella y a la damajuana. La propuesta destacaba por su carácter sustentable desde lo medioambiental, pero también cultural y económicamente.
A un mes de su funcionamiento y con experiencias previas que datan del 2018 en materia de vino envasado en barril, consultamos a los vendedores de este formato cuáles han sido los requisitos para participar, la recepción por parte del público y los principales desafíos de este producto.
Danna es la propietaria de Enophilia, uno de los locales comerciales que sirve como punto de venta de vino en este formato. Cuenta sobre la recepción del público, que “ha generado bastante curiosidad en la gente”, y agrega, “sobre todo en la gente más joven que le gusta innovar y experimentar cosas nuevas”.
El rango etario es un concepto que comparte con Mariana Ibáñez, dueña de VinTruck Móvil y una de las pioneras de la comercialización de vinos en estos formatos. “En nuestro punto de venta tenemos coctelería de vinos y es sorprendente ver cómo los jóvenes se animan a probarlos y a tomarse un vaso de vino. A veces estamos al lado de carros de cerveza y siguen eligiendo vino”.
El precio, el gran valor
Hugo Kuperman, otro proveedor de vino en envases explicó que el formato reduce mucho el precio del vino. “Es casi un cuarto del valor de la botella. Es mucho más económico y es un vino de excelente calidad. Yo lo vendo a $300 el litro y según mi distribuidor, el mismo vino sale aproximadamente 900 pesos la botella de 750 ml. Es decir unos 1.200 pesos el litro”.
“Cuando la gente se acostumbre a ese precio lo va a consumir”, asegura.
Quienes lo eligen
“Sobre todo en juntadas y asados. Ahí vienen a buscar nuestros productos”, asegura Danna sobre la comercialización.
Sin embargo, Mariana asegura tener una experiencia con vinos de consumo diario: “Yo creo que este tipo de envase es bastante útil para el consumo diario. La gente se copó mucho con la venta por relleno. Tratamos de ponerle puntos de venta cercanos para que recarguen todas las semanas”.
La dueña de VinTruck viene trabajando con barriles de vino de acero inoxidable desde el 2018; es una de las primeras empresas habilitadas con esa modalidad.
Sobre este nuevo formato, explicó los prejuicios que afronta. “Te preguntan si el vino es gasificado. A nosotros nos gusta explicar, porque es un producto que nos gusta y lo defendemos. También te preguntan mucho cuánto tiempo puede estar en el botellón”. Ese es uno de los principales miedos del consumidor, pero el envase garantiza la calidad siempre que sea utilizado para consumir.
Más allá de los prejuicios, es un formato que sigue creciendo y encuentra adeptos. Apela a la sustentabilidad desde todo punto de vista y puede constituirse como una alternativa en el mercado. El tiempo dirá qué tan efectiva fue la apuesta.