El martes se celebró el Día Mundial del Hot Toddy. El origen y las variaciones de esta receta que puede disfrutarse en Argentina a pesar del calor.
¿Un té con whisky antes de dormir? Efectivamente. En el Reino Unido, uno de los cócteles de más tradición que se convirtió prácticamente en rutina es el Hot Toddy, una bebida a base de agua, hierbas, miel y whisky. Este martes se celebró su día mundial y queremos hablarte de esta receta.
Es tradición en Inglaterra beberlo en las noches antes de irse a dormir. En Irlanda se le llama Hot Whiskey, pero es idéntico. Es una bebida popular a la que se le ha atribuido virtudes medicinales, anticongestivas, ideales para tratar la gripe o el resfrío. Principalmente en las zonas más frías de la región.
Sin embargo, aunque su origen es dudoso, el primer registro del término y concepto proviene de la India, no del Reino Unido. En aquel país, un escrito de 1786 es el primero en incluir la palabra “taddy”, una bebida que se describió como un licor de agua caliente, azúcar y especias.
Algunos británicos promulgaron la teoría de que, en realidad, el cóctel fue inventado por un médico escocés, quien sería el primero en recetar una mezcla de brandy, canela y azúcar. Es conocida la relación entre los británicos y las “Indias” y su ruta comercial. No sería extraña la asociación.
Desde el punto de vista medicinal tenía sentido para la época. El agua caliente hidrata y desinflama. Las hierbas y la miel contribuyen a aliviar los síntomas. El alcohol también funciona como calmante. Hoy sería raro que los médicos lo receten.
Sin embargo, muchos bartender lo sugieren. Es uno de los pocos cócteles calientes que se masificaron. Y tiene sus variantes.
Variaciones
Lo necesario para preparar un completo Hot Toddy es agua hirviendo, miel (o azúcar), té, canela, naranja, limón y un alcohol. Si bien el formato más común es con whisky, suele incluirse ron y brandy.
Es una infusión alcohólica adaptativa, tanto para las hierbas que se infunden (clavo, canela, té) como el destilado que se utiliza. De allí las variaciones.
Y si de variaciones hablamos, hay un formato refrescante que se sirve frío y aunque puede distorsionar el espíritu del cóctel, es una opción que merece la pena. Incluye prácticamente los mismos ingredientes: whisky, naranjas, limones, canela en rama, té, miel y hasta jengibre; pero se incorporan otros como bitter de naranja y hielo. El agua debe ser fría, por supuesto.
Si bien el formato caliente es el que se bebe tradicionalmente en Europa, esta segunda opción parece más apta para celebrar el día mundial de este cóctel en nuestras latitudes, en pleno verano.