Los distintos tipos de riego en la vitivinicultura y la administración del agua

Los distintos tipos de riego en la vitivinicultura y la administración del agua
El riego por goteo es uno de los métodos más conocidos en la vitivinicultura.

Como el agua es un recurso fundamental, los distintos sistemas se implementan conforme sea necesario, con el objetivo de mantener la calidad de la planta al menor costo hídrico posible.

El agua es un recurso muy necesario también en la vitivinicultura. Es el promotor de la vida en los surcos y el artífice del crecimiento de la vid. Es por esto que cuidarla es muy necesario y para hacerlo es importante optimizar las herramientas que la administran.

Este martes se celebró el Día Internacional del Agua, un homenaje al recurso indispensable del planeta y de las industrias. La vitivinicultura, por ejemplo, emplea una gran infraestructura para administrarla eficientemente.

De allí deriva el tipo de riego que cada bodega opta conforme los requerimientos del tipo de suelo, de la modalidad de las parcelas y por supuesto la zona y el clima. Asistir el regadío es vital en una zona con emergencia hídrica.

El agua es un recurso fundamental para la industria por eso es importante saber administrarla. (Gustavo Rogé / Los Andes)
El agua es un recurso fundamental para la industria por eso es importante saber administrarla. (Gustavo Rogé / Los Andes)

Los tipos

Riego a manta o por inundación: Es uno de los más tradicionales y consiste exclusivamente en la canalización del suelo para trasladar el agua que llega de los ríos, sea en alta montaña o en las zonas de regadío en el llano. Es un sistema económico pero se requiere una buena nivelación de terreno. Para eso es fundamental la labor del tomero, que es quien habilita el riego cuando es el turno en esa franja de terreno.

El riego a manta entró en desuso por su ineficacia en el cuidado del agua. (Foto: Claudio Gutiérrez).
El riego a manta entró en desuso por su ineficacia en el cuidado del agua. (Foto: Claudio Gutiérrez).

Riego por goteo: Uno de los más utilizados en la actualidad. Principalmente por aquellas bodegas que cuentan con una gran producción en cantidad de hectáreas, porque permite automatizar las raciones hídricas que recibe la vid.

Consiste en la implementación de una tubería de plástico a lo largo de cada hilera de la plantación. Se colocan goteros en la manguera a una distancia aproximada de entre 10 y 20 centímetros. La lista de ventajas es muy larga: facilita una mejor distribución y automatización; es un método que cuida el agua ya que con el mismo caudal se puede regar todas las parcelas por igual; se reduce el riesgo de evaporación; el mantenimiento es sencillo, económico y no requiere de mucho personal.

Es necesario para eso construir un depósito de agua para regular el riego. En ocasiones las bodegas aprovechan ese requerimiento para construir un lago artificial que aporte estética a la propuesta turística asociada a la bodega.

Instalación de un sistema de riego por goteo previo al surgimiento de la planta.
Instalación de un sistema de riego por goteo previo al surgimiento de la planta.

Riego por goteo subterráneo: Este sistema es similar al anterior solo que la tubería se instala de manera subterránea en los surcos de las vides, con el objetivo de que humedezcan directamente la raíz. De esta manera son invisibles, pero es más difícil reparar una fuga. Lo positivo es que las pérdidas por evaporación se reducen aún más, siendo el más efectivo en el ahorro de agua.

Riego localizado: En este tipo de riego se utilizan sistemas de esparcimiento como los aspersores, que distribuyen el agua en un amplio espacio a través del aire. Se aplica en pequeñas cantidades pero frecuentemente. La pérdida por evaporación es un elemento a tener en cuenta. A veces se utilizan para generar condiciones de humedad en las vides, lo que impacta en la uva. Por ejemplo, cuando se busca botritizar la baya.

Estos tipos de riego en una finca no son excluyentes entre sí, de hecho es común ver que se compartan conforme sea más eficiente y adecuado. Lo importante es mantener los estándares de calidad de la vid al menor costo hídrico y medioambiental posible.

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