Aunque lleva 20 años en el Valle de Uco, hasta ahora estuvieron centrados en el mercado externo. Pero en 2021 decidieron buscar la predilección del consumidor local
Si bien los fundadores de Bodega Flechas de Los Andes eligieron Argentina por su importante mercado interno, el prestigio de Benjamin de Rothschild y Laurent Dassault hizo que pronto los vinos ganaran notoriedad en otros países. Sin embargo, concentrarse en el consumidor argentino era un asunto pendiente. Por eso, el enólogo y director de la bodega, Pablo Richardi planeó una serie de catas maridaje para que los mendocinos puedan conocer las etiquetas que elaboran en el Valle de Uco.
Días atrás se realizó la primera de estas degustaciones, organizada en conjunto con un medio local, en el patio que Go Bar comparte con Bröd en el centro mendocino. Participaron unos 20 invitados, quienes pudieron conocer cuatro vinos –tres de Flechas de Los Andes y un cuarto, francés- y las propuestas de maridaje del café restaurante.
La cata comenzó con un Le Merle Blanc (Mirlo blanco) de Chateau Clark, de 2018, elaborado por el barón Edmond de Rotschild en uno de los pocos viñedos en Médoc que producen vino blanco. Se trata de un corte con un 70% de sauvignon blanc, 10% de sauvignon gris, un 10% de muscadelle y un 10% de semillón. Aunque no es una etiqueta de Flechas de Los Andes, sí se puede conseguir en el rincón francés que Richardi creó en Go Bar. El enólogo resaltó la intensidad de la acidez, típica de un vino blanco de Francia, y la tenue presencia de la madera, producto de su añejamiento en barricas de segundo uso. La propuesta de maridaje de Bröd fue crostini, zucchini marinado, pomelo y cheddar maduro.
En segundo lugar, Richardi presentó un Punta de Flechas Rosé 2019, elaborado con Tannat y aclaró que no es el “típico rosado”, precisamente por los taninos que le aporta esta uva, la elevada acidez natural –lo que combinado con el dulzor invita a seguir degustando- y la presencia de ácido málico (en lugar del más habitual tartárico). Esta copa estuvo acompañada por un tiradito de salmón, alcaparras, hojas verdes y limón.
La degustación siguió con un Gran Malbec 2014 Flechas de los Andes, que combina uvas seleccionadas de parcelas más pedregosas, con otras con mayor presencia de tierra, para lograr un juego de micro-terroir del que nace un vino con un buen punto de madurez y de frescura. Para acompañarlo, se sirvió smorrebrød, jamón crudo, pera grillada y kale crocante.
Y, para terminar, llegó el momento del Gran Corte 2015 Flechas de los Andes, que fue creado con 55% de malbec, 40% de cabernet franc y 5% de syrah. Richardi contó que fue uno de los primeros cortes ideados con el objetivo de que se convirtiera en un “Gran Cru Argentino”, cuando todos pensaban que sólo se podían lograr grandes vinos con malbec. En esta etiqueta, detalló, el malbec y el syrah aportan la potencia, al tiempo que el cabernet franc otorga elegancia, para lograr que el producto final tenga buen cuerpo e intensidad en la boca, pero al mismo tiempo sea suave. La propuesta de Bröd para acompañarlo incluyó un mini sándwich de milanesa de lomo con harissa, tomate y lechuga en ciabatta; junto a otro mini sándwich de cerdo braseado con salsa criolla cocida en pan brioche.