Este Malbec de Gualtallary se convirtió en el primero en lograr la perfección para el crítico inglés. Edgardo Del Pópolo, uno de sus hacedores, contó los secretos de su elaboración y reveló lo que se viene en las próximas añadas.
Casi treinta años de visitas a Argentina y una década realizando informes anuales sobre la vitivinicultura del país tuvieron que pasar para que Tim Atkin pudiera encontrar el vino perfecto en nuestra tierra. El afamado crítico inglés dio a conocer su “Argentina Special Report 2021” y por primera vez otorgó 100 puntos para un vino sudamericano. El elegido fue Uni Del Bonnesant 2019 de la multipremiada Bodega Per Se de Edgardo Del Pópolo y David Bonomi.
Hace tan solo algunas semanas, cuando Per Se recibió 100 puntos Parker en otro de sus vinos, el La Carie 2018, sin saber lo que le esperaba con el reporte del crítico inglés, “Edy” Del Pópolo nos había anticipado que la 2019 era una añada superior a esa que se estaba llevando el reconocimiento. Y no se equivocó. Incluso el propio Atkin expresó que “esta es la mejor añada argentina de todos los tiempos, un año superior incluso a 2013”.
“La añada 2018 fue calurosa y muy buena, distinta a la ’19 que fue fría y seca. Nosotros siempre le hemos dicho a los críticos que es la mejor añada de las últimas tres décadas. La ponemos en comparación con otras dos muy buenas, como son la 2013 y la 2016. Tim tomó a la 2019 como una añada muy especial y, en ese contexto, eligió el que para nosotros es un vino muy especial”, dijo en diálogo con Los Andes Edgardo Del Pópolo.
Con las emociones todavía frescas, el enólogo y experto en viñedos, reconoció que este tipo de reconocimientos genera mucho compromiso para seguir trabajando por la vitivinicultura argentina, más allá de que entienden que se trata de una opinión subjetiva de un crítico de los mejores del mundo. “Nos parece que el trabajo de Tim Atkin refleja un profundo compromiso y cariño con el vino argentino. Es una persona que viene al país desde el año ’92, teniendo él la posibilidad de poder probar vinos de cualquier otra región del mundo. Incluso son muy pocas las regiones que cata, tenemos que sentirnos privilegiados. Es una persona muy reconocida, con mucha experiencia y reconocimiento, eso nos tiene que dar la pauta de que es una opinión sumamente respetable”, opinó.
“Somos una bodega muy chiquita y joven. Si bien llevamos 10 cosechas, a nivel industria somos muy jóvenes frente a bodegas que llevan décadas trabajando. Tener este reconocimiento es algo notable. Nos lleva a comprometernos a hacer las cosas bien para la región, la provincia y el país”, agregó Del Pópolo.
La magia del lugar
Uno de los atributos que más elogió Atkin al anunciar el reconocimiento fue el lugar del que proviene el Uni Del Bonnesant, Gualtallary. “Es un lugar muy especial y donde estamos nosotros específicamente mucho más. Creo que es el primer viñedo del Valle de Uco que está plantado sobre un cerro, en una topografía compleja. Es un lugar muy bello, pero es un lugar difícil, duro y desafiante. Yo creo que esas condiciones hacen que salgan cosas especiales si uno sabe interpretarlas”, describió el enólogo.
El hacedor de Per Se destacó: “En la viticultura del mundo no hay muchos sitios en los que se repitan estas condiciones. Está plantado en un lugar donde hay muy poco suelo y es casi todo roca, las vides están apoyadas sobre la roca calcárea. Cualquiera pensaría que ahí es muy difícil que algo crezca, pero crece, da fruta y da un gran vino”.
“Una cosa que Tim destacó es que se trata de una viña joven que fue plantada en el 2013. Esto habla a las claras de que no hace falta tener un viñedo tan viejo para hacer vinos especiales. Esto no lo dijo él, pero no es un mito, pero no es tan cierto que la viña tenga que crecer en un suelo profundo”, ponderó.
Un Malbec distinto
Como no podía ser de otra manera, el primer vino en recibir los 100 puntos de Tim Atkin es un Malbec, pero para Del Pópolo no se trata de un Malbec más, sino que uno que expresa como pocos el lugar del que proviene. Se trata de un vino del que se hace una partida muy reducida y proviene de plantas que tienen una producción muy baja, por lo que solo se hace un barril. “Si bien es un Malbec, cuando uno lo cata es un vino que no habla del varietal. No es un vino de fruta, es un vino que muestra el suelo. Cuando lo abrís tiene olor a piedra caliza y tierra mojada. Después aparecen notas frutales y florales. Cuando uno lo degusta podría decir que no necesariamente es un Malbec. Más que hablar de la variedad, habla del lugar”, explicó el experto.
Estas particularidades son algo que el equipo de Per Se logró ver ya desde el momento en el que decidieron plantar. Si uno mira todo el viñedo, es como si formara un dedo señalando al oriente. La punta del dedo, que podría ser la uña, es la parcela de Uni del Bonnesant. “Cuando nosotros plantamos, nos dimos cuenta que era muy distinta. Porque es pequeña, porque no hay suelo y porque está orientada en la pendiente de un cerro al sureste, lo que constituye la parte más fría de la viña. Son plantas que producen muy poco, por eso la partida es muy reducida. Nosotros decidimos desde la primera cosecha, que fue la 2016, separarlo”, contó Del Pópolo.
Qué esperar los próximos años
Con solo cinco añadas presentadas, Per Se ya entró en la historia grande de la vitivinicultura argentina. Pero para Edy este es apenas el comienzo de un trabajo de conocimiento y profundización sobre el viñedo.
En casi 10 años en el lugar, el aprendizaje ha sido constante: “Estamos tratando de hacer un trabajo de profundización. A medida de que podamos entender más y el viñedo vaya ganando en edad, vamos ir generando vinos que tengan otra mirada, quizás un poco más profunda respecto a lo que son hoy. Todavía nos falta mucho por entender”.
Algo que refleja esto es la decisión de ampliar las variedades de Per Se hacia las blancos, algo que en la concepción del proyecto no estaba en mente. “Decidimos tomar un sector que tiene un bosque y ahí dentro plantamos Chardonnay. Son todas cosas ligadas a experiencias y conocimientos, todo lo que hemos vivido en la zona aplicado al lugar. Es una mezcla de experiencia e intuición”, expresó Del Pópolo.
La añada 2019 ha dejado sin dudas la vara muy alta, pero ¿qué podemos esperar en los próximos años? “La 2020 fue una particularmente distinta, por muchísimas razones. No puedo decir que fue una añada mala. Tuvo la particularidad de tener el inicio de la pandemia, en un momento en el que nos tomó con muchísima incertidumbre. Sin dudas que hay una influencia de la pandemia en las decisiones que nosotros tomamos. Desde el punto de vista climático, fue un año caluroso, lo que generalmente produce vendimias un poco aceleradas. Creo que entre la ’17, ’18 y ’20, que son las tres últimas calurosas, tal vez se acerca más a la de 2018 y es un poco mejor que la de 2017. Lo que podemos esperar son vinos quizás un poco más obvios, como sucede en las añadas más cálidas, y menos nítidos, como sucede con las añadas frías”, anticipó el enólogo.
La cosa cambia un poco para 2021: “Volvemos a tener una añada fría, pero, a diferencia de la 2019, es también húmeda porque llovió mucho. Tienen la calidad y la delicadeza de un año frío y se parece mucho a la 2016, que fue una muy buena añada. Con poca variación, seguramente dependiendo de cada lugar, vamos a tener vinos equivalentes o mejores de los que encontramos en ese año”, completó Del Pópolo.