La cantidad de plantas por hectáreas que tenga cada viñedo marcará ciertas características en las uvas. Cuál es su influencia en el resultado final.
Los factores que entran en juego a la hora de elaborar un buen vino son muchos, y uno de ellos es la densidad de plantación del viñedo, esto es la cantidad de plantas que se han plantado por hectárea. Comúnmente está extendida la idea de que una alta densidad es sinónimo de uvas para vinos de alta calidad. Pero, ¿cuánto influye realmente esta decisión?
Según la publicación a cargo de “Dr. Vinny” en Wine Spectator, esto nace de la idea de que cuando las vides se plantan juntas, tienen que competir entre sí por los nutrientes y el agua en el suelo, lo que hace que sus sistemas de raíces se expandan más y, en última instancia, proporcionen elementos más complejos del terroir a las uvas.
Si bien esto puede tener una incidencia en el vino, el experto resalta que el espaciamiento de las viñas es solo uno de los muchos factores en el viñedo que pueden afectar potencialmente la calidad de la uva. Además acota que puede ser complicado, requiriendo más mano de obra, atención, líneas de riego y manejo del dosel.
Por otra parte, Vinny plantea otras preguntas sobre la tierra: ¿Puede el suelo soportar las vides? ¿Es lo suficientemente rico en nutrientes? ¿Hay suficiente agua? Lo cierto es que en general el consejo a los vitivinicultores es que planten tantas vides como puedan por hectárea para poder producir la mayor cantidad de vino posible, “pero para hacer un gran vino, necesitan encontrar la combinación perfecta de uvas, clones, portainjertos, suelos y espaciamiento. que le dará la mejor calidad”, cierra el experto.