Este 24 de noviembre cumplen diez años desde que se declaró como “Bebida Nacional”. Los positivos números del 2020 y más datos sobre el vino.
Cómo cada 24 de noviembre desde hace algunos años, Argentina celebra el Día del Vino, Bebida Nacional. En este 2020, habrá varios motivos para brindar, entre ellos los positivos números que ha dejado el consumo interno, pese a la pandemia de coronavirus.
Con el objetivo de resaltar el valor cultural del vino y su rol en la identidad nacional, Argentina se convirtió en el primer país en el mundo de declararlo su bebida nacional. A diez años del Decreto 1800, luego confirmado por la ley Nº 26.870, publicada en el Boletín Oficial el 2 de agosto de 2013, los últimos números del Instituto Nacional de Vitivinicultura indican que la tendencia positiva de este año se ha consolidado en los primeros nueve meses del año.
Además, el país aprovechó problemas climáticos en el hemisferio norte y fue el destino que más pudo hacer crecer sus exportaciones vitivinícolas en lo que va del año, con un incremento de 35,7%.
De acuerdo a las cifras del INV, entre enero y octubre, se exportaron 337,5 millones de litros de vino, es decir, 88,8 millones más con respecto al mismo período de 2019, siendo “tractorizadas” por la venta de vino a granel, que arrojaron un crecimiento de 90,5%, mientras que el vino fraccionado también operó en suba, con una variación positiva de 6,1%.
Y ya el 2019 se había logrado un aumentó del 7,3% en volumen de vino exportado, hasta rozar los 272 millones de litros, la mayor cantidad de los últimos 6 años.
Sin embargo, la Argentina todavía tiene un enorme potencial en cuanto a sus exportaciones de vino, ya que sigue siendo el país productor menos internacionalizado del hemisferio sur.
Juegan en contra para seguir creciendo en el mundo los altos aranceles que impiden el crecimiento de las exportaciones en mercados clave como la Unión Europea, China, Corea, Japón y México.
Según estadísticas de Wines of Argentina (WOFA), entre los principales productores de vino a nivel mundial, Argentina es el que menos recursos invierte en promoción de sus vinos en el exterior.
Si bien Mendoza acapara el 70% de la producción del vino a nivel nacional, cada vez hay más grandes vinos de diferentes terruños, como los producidos en San Juan, La Rioja, Catamarca, Salta, Jujuy, Río Negro, Córdoba, Tucumán, Neuquén, Buenos Aires y Chubut.
Otro dato a favor es que el Malbec, la cepa insignia por la que se reconoce a los vinos argentinos en el mundo, no fue el único protagonista en cuanto a los reconocimientos internacionales.
Prueba de ello es que el crítico estadounidense James Suckling eligió esta semana en su ranking como mejor vino del mundo al “Pinot Noir 32 2018” producido por la bodega Chacra, ubicada en la localidad de Mainqué, provincia de Río Negro.
En el Norte de la Argentina, el fenómeno de producción de calidad se repite en las provincias de Salta y Catamarca donde el Torrontés y otros grandes tintos como el Tannat y Cabernet Franc ofrecen lo mejor de los Valles Calchaquíes. Y a eso se le suma una zona nueva para la vitivinicultura, con Chapadmalal, cerca de Mar del Plata.