El origen de este producto dulce típico de estas fechas y las sugerencias para combinarlo con distintos tipos de vinos.
Desde los comienzos de la humanidad, el huevo fue sinónimo de fertilidad, esperanza y renacimiento -de acuerdo a un artículo publicado en el sitio de National Geographic en Español-. El huevo adquirió importancia dentro de la mitología egipcia cuando el ave fénix se quemó en su nido y volvió a renacer más tarde a partir del huevo que lo había creado en un principio. También los hindúes sostenían que el mundo había nacido de un huevo.
Los primeros cristianos consideraron al huevo como un símbolo de la resurrección de Jesús. En la Edad Media, cuando llegaba la Pascua los huevos, que eran de gallina o de pato, se pintaban de colores y se consideraban objetos muy preciados. En esta época del año se realizaba el festín del huevo porque representaba el regocijo y la vuelta a la alegría. Con el paso del tiempo, se mantuvo la costumbre de celebrar la Pascua consumiendo y regalando huevos.
Recién a principios del siglo XIX, en Alemania, Italia y Francia, aparecieron los primeros huevos hechos con chocolate con pequeños regalos en su interior. Las diversas culturas fueron decorando de manera diferente esos huevos. En sus comienzos, eran pintados a mano con colores estridentes que representaban la luz del sol.
En Argentina, la tradición del huevo o del conejo de chocolate está muy arraigada y es justamente el Domingo de Pascuas la fecha indicada en la que se acostumbra a regalar este dulce y compartirlo luego del almuerzo o cena, a modo de postre y de celebración.
Vinos para acompañar chocolates
Mucho se ha escrito con respecto al maridaje de vinos con chocolates. Dos productos potentes que se disfrutan muy bien por separado. Pero, ¿es posible fusionar ambos y beber una copa de vino, en este caso de esta fecha particular, con un huevo de chocolate? La respuesta es afirmativa, sin dudas.
En líneas generales y porque tal vez, en este tiempo de aislamiento social y obligatorio, no contemos con la posibilidad de adquirir determinados varietales o cosechas, algunas sugerencias de tipos de vinos que combinan muy bien con chocolate son:
tintos: una opción que no falla y que combina muy bien porque potencia el sabor de un chocolate amargo, puro. Cuanto más amargo y fuerte sea el chocolate, más cuerpo precisará el vino con el que se maride, por lo tanto, un cabernet sauvignon podría presentarse como ideal;
espumantes: son vinos que, debido a su composición habitual, a sus notas frutales y a su sabor fresco y liviano, resaltan los sabores del chocolate, cualquiera sea su tipo; y
dulces: como su propio nombre indica son vinos dulces que acostumbran a tener recuerdos a madera, fruta madura y caramelo, por lo tanto, son también un muy buen acompañante para el chocolate dulce y el chocolate blanco. Los vinos tardíos son perfectos.
Una buena alternativa es degustar por separado las opciones que tenemos, tanto de chocolates como de vinos, y jugar con los sabores y texturas hasta encontrar y lograr un buen maridaje. Es importante tener en cuenta que los vinos realcen o complementen los sabores del manjar que tenemos en nuestras manos.
¡Salud!