Angelina Yañez: "Intervenir lo justo y necesario para que el terroir se exprese con libertad"
Angelina Yañez, enóloga de Agrelo, analiza el proceso técnico detrás del Lamadrid Reserva Malbec, recientemente ubicado en el puesto 43 del Top 100 de Wine Spectator.
Angelina Yañez trabaja desde hace más de 18 años en la elaboración de vinos en Mendoza.
En Agrelo, una de las zonas más estudiadas y consistentes de Mendoza, la combinación de suelos arcillosos, buen drenaje y amplitud térmica sigue dando origen a algunos de los Malbec más precisos del país. Ese perfil, reconocido internacionalmente por su profundidad y estructura equilibrada, volvió a quedar en el centro de la escena tras la inclusión del Lamadrid Reserva Malbec en el Top 100 de Wine Spectator, donde alcanzó el puesto Nº 43 y se consolidó como el vino argentino mejor ubicado del año.
El reconocimiento también puso en foco el trabajo técnico detrás de la etiqueta, liderado por Angelina Yañez, Gerente Enológica de Lamadrid Estate Wines. En esta entrevista, analiza las decisiones que definieron el estilo del vino, los atributos que captaron la atención del panel y la identidad de Agrelo como eje de su trabajo.
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- ¿Qué representa para vos haber sido la enóloga mejor rankeada dentro del TOP 100 de Wine Spectator y cómo impacta este reconocimiento en tu carrera?
- Para mí es un honor enorme. Soy una joven enóloga mendocina y llevo más de 18 años trabajando en la industria con pasión absoluta. Haber sido la enóloga mejor rankeada dentro del TOP 100 de Wine Spectator es un reconocimiento que siento muy profundamente, porque valida un camino de dedicación, estudio y compromiso con la calidad. Profesionalmente significa un impulso enorme, ya que no solo posiciona mi trabajo a nivel internacional, sino que también reafirma mi rol actual como Gerente Enológica de Lamadrid Estate Wines. Este logro me motiva aún más a seguir elevando el estándar y a demostrar que desde Mendoza podemos competir al más alto nivel del mundo.
- ¿Cómo viviste la noticia de que Lamadrid Reserva Malbec logró el puesto N°43 del ranking, convirtiéndose en la bodega argentina mejor posicionada este año?
- Fue un momento emocionante. Recibí la noticia con una mezcla de sorpresa, orgullo y gratitud. Que Lamadrid Reserva Malbec haya alcanzado el puesto N°43 y se haya convertido en la bodega argentina mejor posicionada este año es un hito que marca un antes y un después para todos nosotros. Lo vivimos como un reconocimiento a un trabajo colectivo y, además, como la confirmación de que las decisiones que venimos tomando están en el camino correcto. Para una joven enóloga mendocina como yo, ver un vino propio en ese lugar del mundo es profundamente inspirador.
- ¿Qué atributos distintivos del Lamadrid Reserva Malbec creés que conquistaron al panel de Wine Spectator hasta alcanzar los 90 puntos?
- Creo que lo que conquistó al panel fue la pureza del carácter mendocino combinada con un estilo preciso y contemporáneo. Es un Malbec que logra equilibrio entre potencia y elegancia. La fruta roja y negra se expresa de manera nítida y vibrante, lo que se complementa con taninos redondos y jugosos que llenan la boca sin imponerse. A eso se suma una frescura natural que le aporta dinamismo y lo vuelve muy bebible, en conjunto con una crianza integrada que acompaña sin ocultar la identidad del viñedo. Es un vino que habla claro, sin excesos, y eso siempre conecta.
- ¿Qué decisiones técnicas o filosóficas fueron importantes para definir el perfil de este Malbec que hoy es referente internacional?
- La decisión más importante fue apostar por la honestidad del origen. Mi filosofía, después de tantos años elaborando vinos, es intervenir lo justo y necesario para que el terroir se exprese con libertad. Por eso buscamos cosechar en el punto exacto para preservar frescura, vinificar en pequeños volúmenes que permitan cuidar la identidad de cada parcela y trabajar con una extracción suave que respete el grano y evite sobrecargar el vino. En cuanto a la crianza, optamos por barricas que aporten estructura con muchísima mesura. Todo esto permitió que el vino mantuviera su energía, su textura y su autenticidad.
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- ¿Cómo se refleja la identidad de Agrelo y de Lamadrid Estate en este vino premiado?
- Agrelo es una de las zonas más emblemáticas de Mendoza, y nuestro Malbec lo refleja con claridad gracias a su intensidad aromática, su estructura fina y una profundidad que solo pueden dar estos suelos arcillosos y bien drenados. La identidad de Lamadrid Estate está presente en la búsqueda constante de equilibrio y elegancia, en un estilo muy limpio y preciso, y en el respeto absoluto por la fruta y la esencia del viñedo. Este vino es, para mí, una síntesis perfecta de dónde venimos y hacia dónde vamos.
- ¿Qué significa para la bodega estar entre las únicas cuatro bodegas argentinas que ingresaron al TOP 100 y qué proyección abre este logro?
- Significa muchísimo. Estar entre las únicas cuatro bodegas argentinas en el TOP 100 nos posiciona no solo como referentes de calidad, sino también como embajadores de una nueva generación de vinos argentinos. La proyección es enorme, ya que abre mayor visibilidad internacional, acceso a nuevos mercados y más oportunidades para mostrar lo que hacemos en Lamadrid. Es un impulso comercial y también emocional, porque confirma que un proyecto familiar, con visión y trabajo constante, puede competir con los mejores del mundo.
- Desde tu mirada como enóloga, ¿cuál es el sello personal que aportás al estilo de Lamadrid y cómo se expresa en este vino?
- Mi sello personal se basa en tres pilares: precisión, frescura y autenticidad. Me gusta trabajar vinos expresivos pero sutiles, intensos pero equilibrados, modernos sin perder identidad. En Lamadrid Reserva Malbec esto se percibe en la tensión y la energía del vino, en la pureza aromática y en esa combinación de suavidad y vitalidad que lo hace tan atractivo.
- ¿Qué desafíos técnicos te apasionan más hoy en la elaboración de vinos de alta gama?
- Me apasionan especialmente los desafíos que combinan técnica y sensibilidad. Entre ellos, entender mejor cada parcela y microterroir, profundizar en la precisión aromática y la textura, explorar fermentaciones alternativas que respeten la fruta y perseguir la elegancia como camino y destino. La alta gama exige una búsqueda constante, la capacidad de interpretar el viñedo con honestidad y una actitud de aprendizaje permanente. Eso es lo que más disfruto en esta etapa de mi carrera como enóloga y hoy, como Gerente Enológica de Lamadrid Estate Wines.